martes, 17 de octubre de 2023

Todos y Todas

Mujeres y Hombres

“Como Apolo quería recorrer la región de Acaya, los miembros de la iglesia escribieron una carta a los cristianos de la región, para que fuera bien recibido por todos. Cuando Apolo llegó a Acaya, ayudó mucho a los que, gracias al amor de Dios, habían creído en Jesús. Apolo se enfrentaba a los judíos que no creían en Jesús, y con las enseñanzas de la Biblia les probaba que Jesús era el Mesías,” Hch 18:27-28

Es interesante observar como en el texto del libro de los Hechos aparece primero el nombre de una mujer antes que el del varón. Este es el caso de Priscila y Aquila. Una de las antiguas iglesias de Roma se llamaba en el siglo IV “Iglesia de Santa Prisca”, poco después se llamó “de Prisca y Aquila” y para el siglo VIII era la “Iglesia de los Santos Aquila y Prisca”. Parece que a ciertas tradiciones les cuesta mucho valorar el sacerdocio de la mujer. Lo cierto es que Priscila aparece como la figura más relevante y su nombre esta primero. “Así que no importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales”, Ga 3:28. La experiencia pastoral de Priscila y Aquila constituye un ejemplo para ayudar a otros en el camino del Señor. “Ustedes, que honran a Cristo, deben sujetarse los unos a los otros.”, Ef 5:21. “Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado”, Ro 12:3. Gracias a la tarea de Priscila y Aquila la iglesia respaldo a Apolos para que vaya a Corinto, compartió el evangelio y ayudo mucho a los que habían creído. Hoy necesitamos de muchos matrimonios que animen, acompañen y capaciten a las nuevas generaciones y a todo el pueblo de Dios. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

lunes, 16 de octubre de 2023

Igualdad

Sin excepción y sin discriminación 

“Por aquel tiempo llegó a la ciudad de Éfeso un hombre que se llamaba Apolo. Era de la ciudad de Alejandría, y sabía convencer a la gente con sus palabras, pues conocía mucho de la Biblia. Apolo sabía también algo acerca de Jesús, y hablaba con entusiasmo a la gente y le explicaba muy bien lo que sabía acerca de Jesús. Sin embargo, conocía solamente lo que Juan el Bautista había anunciado. Un día Apolo, confiado en sus conocimientos, comenzó a hablarle a la gente que estaba en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Áquila lo escucharon, lo llevaron a su casa y le explicaron en forma más clara y directa el mensaje de Dios”, Hch 18:24-26

Priscila y Aquila estaban dedicados al ministerio en Éfeso y un aspecto sobresaliente fue su relación con Apolos. Apolos era una persona ilustrada, hablaba con fervor y enseñaba, pero no conocía todo el contenido y los alcances de la buena noticia del reino de Dios. Priscila y Aquila lo tomaron bajo su tutela y lo instruyeron con mayor precisión en el camino de Dios. Es interesante observar cómo aparece primero el nombre de una mujer. En la historia han surgido reacciones antifeministas limitando la autoridad de la mujer en la iglesia. Se oculto la tradición de mujeres que habían realizado cosas extraordinarias y una de ellas es Priscila. La historia de la iglesia antigua fue primero abierta a las mujeres y luego más cerrada. En la historia de la misión los que compartían el mensaje eran tanto varones como mujeres y viajaron a lugares remotos, abrieron brechas, fundaron iglesias, enseñaron teología, pero determinadas corrientes limitaron la participación de la mujer. Priscila al igual que las cuatro hijas de Felipe nos señalan el mensaje de Pedro en Pentecostés. El Espíritu y sus dones se derrama por igual en todas las personas y es destructor de todo privilegio. Ante la obra del Espíritu no debemos colocar límites y debemos ceder a todo lo que Dios quiere realizar, sin excepción y sin discriminación. No resistamos al Espíritu y su obra.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 




domingo, 15 de octubre de 2023

Vínculos

Relación y Misión

“De allí subió y visitó a la iglesia de Jerusalén, y luego regresó a Antioquía…  y después se fue a visitar varios lugares de las regiones de Galacia y de Frigia, donde animó a los seguidores a mantenerse fieles a Jesús”, Hch 18:22-23

El propósito de Pablo de visitar las iglesias tenía que ver con la visión misma del carácter de la misión. Implicaba estar unidos en los propósitos globales de Dios fortaleciendo y creando nuevos vínculos de unos con otros. No podemos ser iglesia de Cristo por sí sola aislada del resto del cuerpo. No es un tema secundario. Seguir a Jesús implica unirse a la comunidad de los creyentes, a la comunión o Koinonia. Creer en Jesucristo es algo personal, sí; pero no privado. Si perdemos esta visión la iglesia se vuelve algo opcional. La relación con el Señor nos debe llevar a la comunión unos con otros y entre las diversas comunidades. La iglesia o comunidad de los creyentes es mucho más que buscar satisfacer una determinada necesidad. La comunidad o iglesia es parte del evangelio mismo. Es un anticipo del reino, aunque imperfecta. Somos desafiados a mostrar en palabra y obra los valores del reino de Dios llegando con su bendición a todos lados. Que su nombre sea adorado y el mal derrotado. Dios nos ha creado para vivir en comunidad y nadie se salva solo. La imagen de Dios es comunitaria y nos apela a caminar hacia el otro. Celebremos profundamente la vida en darnos la bienvenida y aceptarnos unos a otros. Somos comunidad para responder a las necesidades del mundo y ser señal de la obra y gracia de Jesucristo. “Por lo tanto, acéptense unos a otros, tal como Cristo los aceptó a ustedes, para que Dios reciba la gloria”, Ro 15:7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 14 de octubre de 2023

Basque Country - Daniel, Marta e Iker Scott - País Vasco -


 

¡Te estábamos esperando!

La relación unos con otros

“Pablo se quedó algún tiempo en la ciudad de Corinto. Después se despidió de los miembros de la iglesia y decidió irse a la región de Siria... Cuando llegaron al puerto de Éfeso, …  Los judíos de ese lugar le pidieron que se quedara unos días más, pero Pablo no quiso. Se despidió de ellos y les dijo: «Si Dios quiere, regresaré a verlos.» … La siguiente parada fue en el puerto de Cesarea. De allí subió y visitó a la iglesia de Jerusalén, y luego regresó a Antioquía…  y después se fue a visitar varios lugares de las regiones de Galacia y de Frigia, donde animó a los seguidores a mantenerse fieles a Jesús”, Hch 18:18-23

Lucas nos relata que Pablo se quedó algún tiempo más en Corinto y probablemente animado cuando el Señor le dijo: “Tengo mucha gente en esta ciudad”. No sabemos cuánto tiempo más estuvo, pero luego llego el momento de despedirse de los hermanos y seguir su viaje. En Éfeso se dedicó a compartir con los judíos y su mensaje fue bien recibido. Le pidieron que se quede unos días más, pero decidió seguir adelante. Desembarco en Cesarea, llego hasta Jerusalén y después se fue a Antioquia y finalmente siguió rumbo a las regiones de Galacia y de Frigia, donde animó a los seguidores a mantenerse fieles a Jesús. En todo este relato se destaca la importancia que el apóstol le daba a la comunión o sea a la relación de unos con otros. Esta relación implicaba animar, alentar, acompañar, sobrellevar las cargas unos a otros y confiar en el Señor en toda situación. Este es un dato esencial para los tiempos que nos toca vivir en nuestros días. La vida de los seguidores de Jesús no está separada de las comunidades de los creyentes. Nos necesitamos unos a otros para alentarnos a las buenas obras, sentirnos amados, aceptados, darnos la bienvenida con brazos abiertos y que la misma refleje la empatía y el apego: ¡Te estábamos esperando! En comunidad es donde nos ayudamos a ser pacientes, perseverantes en la fe, alegrarnos juntos, compartir las bendiciones como también las dificultades. Es colaborar, ayudarnos, adorar juntos a nuestro Dios y que el canto, la palabra y la oración tenga profundidad misionera.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 13 de octubre de 2023

Apego

Comunión

“Todos los sábados Pablo iba a la sinagoga, y hablaba con judíos y griegos para tratar de convencerlos de hacerse seguidores de Jesús”, Hch 18:1-5. Luego con la llegada de Timoteo y Silas pudo dedicarse mucho más. Pablo les recordó a los Corintios: “Cuando estuve entre ustedes y necesité algo, nunca les pedí que me ayudaran. Los miembros de la iglesia en la región de Macedonia llegaron y me dieron lo que necesitaba", 2 Co 11:8-9. Dios nos llama a la cooperación de unos con otros, a la unidad sin caer en la uniformidad, la distinción sin caer en el individualismo, la diferencia sin caer en la división. Todo esto implica unidad, comunión, relación, compartir la fe y que la misma tenga una salida práctica en la obra. Que podamos ser como un soldado que esta espalda contra espalda con otro compañero de lucha a tal punto que el enemigo no puede distinguir donde comienza uno y donde termina el otro. Unidos en la alegría y el sufrimiento. “Me alegra mucho que, como hermanos en Cristo, al fin hayan vuelto a pensar en mí. Yo estaba seguro de que no me habían olvidado, sólo que no habían tenido oportunidad de ayudarme…  Sin embargo, fue muy bueno de parte de ustedes ayudarme en mis dificultades. Al principio, cuando comencé a anunciar la buena noticia y salí de Macedonia, los únicos que me ayudaron fueron ustedes, los de la iglesia en Filipos. Ninguna otra iglesia colaboró conmigo. Aun cuando estuve en Tesalónica y necesité ayuda, más de una vez ustedes me enviaron lo que necesitaba… Epafrodito me entregó todo lo que ustedes me enviaron, y fue más que suficiente. La ayuda de ustedes fue tan agradable como el suave aroma de las ofrendas que Dios acepta con agrado. Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta. ¡Que todos alaben a Dios nuestro Padre por siempre jamás! Amén”, Fil 4:10-19. Sigamos profundizando la relación, comunión y unidad unos con otros para que Dios sea conocido y adorado.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox

jueves, 12 de octubre de 2023

Fe y obra

Hermanos, colaboradores y compañeros de lucha

"Cada día de descanso, Pablo se encontraba en la sinagoga tratando de persuadir tanto a judíos como a griegos. Después de que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo pasó todo el tiempo predicando la palabra. Testificaba a los judíos que Jesús era el Mesías", Hch 18:4-5

Cuando Silas y Timoteo llegaron procedentes de Macedonia, Pablo se pudo dedicar exclusivamente a la predicación del evangelio. Todo esto fue gracias a los miembros de la iglesia en la región de Macedonia que llegaron y le dieron lo que necesitaba, 2 Co 11:8-9. Pablo en su carta a los filipenses destaca el valor de la comunión, la cooperación y la solidaridad y valora la presencia de Epafrodito como un hermano, colaborador y compañero de lucha. Pablo comparte su corazón y le escribe a la iglesia en Filipos: “Mientras tanto, pensé que debería enviarles de vuelta a Epafrodito. Él es un verdadero hermano, colaborador y compañero de lucha. Además, fue el mensajero de ustedes para ayudarme en mi necesidad. Lo envío porque, desde hace tiempo, tiene deseos de verlos y se afligió mucho cuando ustedes se enteraron de que estaba enfermo. Es cierto que estuvo enfermo e incluso a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, como también la tuvo de mí, para que yo no tuviera una tristeza tras otra. Así que estoy aún más ansioso por enviarlo de regreso a ustedes, porque sé que se pondrán contentos al verlo, y entonces ya no estaré tan preocupado por ustedes. Recíbanlo en el amor del Señor y mucha alegría, y denle el honor que una persona como él merece. Pues arriesgó su vida por la obra de Cristo y estuvo al borde de la muerte mientras hacía por mí lo que ustedes no podían desde tan lejos”, Fil 2:25-30. Dios nos llama a vivir el grado más profundo de la comunión para que toda la humanidad en todo lugar reciba su bendición, Dios sea adorado y el mal derrotado. Nadie se salva solo y hoy más que nunca necesitamos "Hermanos, colaboradores y compañeros de lucha". Que la fe y la relación unos con otros tengan una salida práctica en la obra y Dios sea glorificado.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 10 de octubre de 2023

Presente

El Dios de la Historia

“Pablo fue a visitar a Áquila y a Priscila, y al ver que ellos se dedicaban a fabricar tiendas de campaña, se quedó a trabajar con ellos, pues también él sabía cómo hacerlas”, Hch 18:2-3

Los Hechos de los apóstoles no es lo que hicieron ellos sino lo que hizo el Espíritu por medio de ellos. Estos pasajes nos revelan la actividad del Espíritu en la comunidad de los creyentes. Aquila y Priscila colaboraron en la extensión del evangelio ayudando a Pablo, Ro 16:3-5. El Espíritu de Dios actúa en la historia en medio de los acontecimientos como fue el edicto de Claudio que expulso a los judíos de Roma y que llevo a Aquila y Priscila a ir primeramente a Corinto y luego estar en Éfeso. Antes que Pablo llegara a Corinto, ya el Espíritu de Dios había preparado el terreno actuando no solo en la vida de los creyentes sino en la historia del mundo. Dios está presente en medio de nuestra historia y negar esa presencia es negar su poder. Tanto Aquila y Priscila como Pablo habrán sentido temor ante las circunstancias que rodearon su vida, pero fue una visión y la palabra de Dios que les dio ánimo, firmeza y esperanza: “No temas, sino habla y no calles”. Dios es quien mueve las piezas y este encuentro entre ellos les permitió ser mucho más que hermanos en la fe. Nuestro Dios sigue presente en toda circunstancia y nos da la posibilidad de tener nuevos amigos. "Por eso, vivan como se espera de ustedes: amen a los demás, sean buenos, humildes, amables y pacientes... Y sobre todo, ámense unos a otros, porque el amor es el mejor lazo de unión. Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos", Col 3:12-15

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

lunes, 9 de octubre de 2023

Familia

Colaboradores

"Pablo salió de Atenas y se fue a la ciudad de Corinto.  Allí encontró a un judío llamado Áquila, que era de la región de Ponto. Hacía poco tiempo que Áquila y su esposa Priscila habían salido de Italia, pues Claudio, el emperador de Roma, había ordenado que todos los judíos salieran del país. Pablo fue a visitar a Áquila y a Priscila, y al ver que ellos se dedicaban a fabricar tiendas de campaña, se quedó a trabajar con ellos, pues también él sabía cómo hacerlas”, Hch 18:1-5

Cuando Pablo llega a Corinto se encuentra con un matrimonio judío cuyos nombres eran Aquila y Priscila. Ellos seguían a Jesucristo y fueron de gran ayuda para Pablo. Cuando Pablo le escribe a la iglesia en Roma expresa lo siguiente: “Den mis saludos a Priscila y Aquila, mis colaboradores en el ministerio de Cristo Jesús. De hecho, ellos una vez arriesgaron la vida por mí. Yo les estoy agradecido, igual que todas las iglesias de los gentiles. Den también mis saludos a la iglesia que se reúne en el hogar de ellos”, Ro 16:3-5. A cada paso que damos Dios nos permite tener comunión y amistad con nuevos hermanos. Un tiempo después, cuando Silas y Timoteo llegaron procedentes de Macedonia, Pablo se pudo dedicar exclusivamente a la predicación del evangelio. Todo esto fue gracias a los miembros de la iglesia en la región de Macedonia que llegaron y le dieron lo que necesitaba, 2 Co 11:8-9. Hoy damos gracias a Dios por la iglesia global que nos permite avanzar como un solo cuerpo y servir en la predicación del evangelio a todas las etnias y a toda la iglesia. En este tiempo el avance del evangelio se debe a hermanos e iglesias de diferentes culturas, nacionalidades y lenguas que se unen para que Dios pueda ser conocido y adorado, el mal derrotado y la humanidad bendecida. Pablo expreso: “Siempre doy gracias a mi Dios, al acordarme de ustedes; y cuando oro, siempre pido con alegría por todos, porque me ayudaron a anunciar la buena noticia desde el primer día que la oyeron hasta ahora”, Fil 1:3-5. Sigamos avanzando hacia el grado más alto de la comunión. "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros", Jn 13:35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 8 de octubre de 2023

Alegría

 ¿Cómo seguir y permanecer?

“Una noche, el Señor Jesús habló con Pablo por medio de una visión, y le dijo: «No tengas miedo de hablar de mí ante la gente; ¡nunca te calles! Yo te ayudaré en todo, y nadie te hará daño. En esta ciudad hay mucha gente que me pertenece.» Pablo se quedó un año y medio en Corinto, y allí enseñó a la gente el mensaje de Dios”, Hch 18:9-11

Lucas nos relata que, desde Atenas, Pablo se dirigió a Corinto. Era una ciudad cosmopolita, floreciente, y famosa por la inmoralidad de sus habitantes. No era fácil estar en esa ciudad y encontró un gran rechazo en su comienzo. Cuando Pablo le escribe a la iglesia en Corinto le dice: “Hermanos en Cristo, cuando fui a ustedes, para hablarles de los planes que Dios tenía en secreto, no lo hice con palabras difíciles ni traté de impresionarlos. Al contrario, decidí hablarles sólo de Cristo, y principalmente de su muerte en la cruz.  Cuando me acerqué para enseñarles y anunciarles el mensaje, me sentía poco importante y temblaba de miedo. No fui a ustedes como un sabelotodo, ni usé palabras elegantes. Sólo dejé que el Espíritu de Dios mostrara su poder y los convenciera. Y así, ustedes creyeron en Dios, no por medio de la sabiduría humana sino por el poder de Dios”, 2 Co 1-5. Pablo pudo permanecer en Corinto por la palabra que Dios le dio: “«No tengas miedo de hablar de mí ante la gente; ¡nunca te calles! Yo te ayudaré en todo, y nadie te hará daño. En esta ciudad hay mucha gente que me pertenece»”. Esta misma palabra está vigente en el día de hoy para todos nosotros. Dios siempre está en el control de toda situación y nos toca a nosotros seguir adelante, sin miedo y confiando que nuestro trabajo en el Señor no es en vano. Dios todavía nos dice “En esta ciudad hay mucha gente que me pertenece”.  “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando”, Ro 12:12 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Creer y seguir creyendo

  Procesos “Y postrándose, lo adoró.”, Jn 9:35-38 El evangelio de Juan nos sigue confrontando con la transformación de un ciego y su proceso...