martes, 26 de septiembre de 2023

Ser Fiel

Lo bueno visto como malo

“Pero los dueños de la muchacha, al ver que se les había acabado la oportunidad de ganar más dinero, llevaron a Pablo y a Silas ante las autoridades, en la plaza principal. Allí les dijeron a los jueces: «Estos judíos están causando problemas en nuestra ciudad. Enseñan costumbres que nosotros, los romanos, no podemos aceptar ni seguir.» También la gente comenzó a atacar a Pablo y a Silas. Los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan en la espalda. Después de golpearlos bastante, los soldados los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara muy bien.  El carcelero los puso en la parte más escondida de la prisión, y les sujetó los pies con unas piezas de madera grandes y pesadas, Hch 16:19-24

La liberación de una muchacha poseída por un espíritu de adivinación provocó un motín en la ciudad y termino con la prisión de Pablo y Silas. Ellos fueron azotados y recluidos en la cárcel pública. La proclamación pública del evangelio con palabra y las señales visibles del poder de Dios produjo transformaciones sociales que evidenciaron las maneras en que explotaban a la gente indefensa. El bien que ellos hicieron no les trajo gratitud sino azotes y cárcel. Cuando nos oponemos al pecado, nos podemos oponer a los intereses de alguien. En este caso el dinero mandaba y todo a costa de la explotación humana de esta muchacha. La iglesia no puede ser fiel sin enfrentar lo que está mal. Sin ser controversiales o no enfrentar lo que daña al prójimo y a la sociedad es cuando perdemos la esencia, el rumbo y el significado del evangelio. No se trata de buscar conflictos, pero si se trata de que nuestra obediencia y fidelidad al evangelio nos puede originar problemas. La misión siempre se trata de “traer el cielo a la tierra”. ¡Venga tu Reino!

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 25 de septiembre de 2023

Discernir

Perceptividad, sabiduría y lucidez

"Un día, íbamos con Pablo al lugar de oración, y en el camino nos encontramos a una esclava. Esta muchacha tenía un espíritu que le daba poder para anunciar lo que iba a suceder en el futuro. De esa manera, los dueños de la muchacha ganaban mucho dinero. La muchacha nos seguía y le gritaba a la gente: «¡Estos hombres trabajan para el Dios Altísimo, y han venido a decirles que Dios puede salvarlos!» La muchacha hizo eso durante varios días, hasta que Pablo no aguantó más y, muy enojado, le dijo al espíritu: «¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de esta muchacha!» Al instante, el espíritu salió de ella.”, Hch 16:16-18

La liberación de una muchacha poseída por un espíritu de adivinación fue otro momento muy importante y clave. El espíritu de adivinación es un demonio y lo sorprendente es que este espíritu da testimonio del evangelio. Somos llamados a discernir los espíritus y no todo espíritu que habla del evangelio significa que es bueno. Muchos usan el evangelio para lograr adeptos a su causa, tener votos o bien lograr alguna ganancia especial de cualquier tipo. El apóstol Pablo nos habla de los dones espirituales que Dios le da a su iglesia y entre ellos esta la capacidad de discernir si un mensaje es del Espíritu de Dios o de otro espíritu, 1 Co 12:4-11. »¡Cuídense de los profetas mentirosos, que dicen que hablan de parte de Dios! Se presentan ante ustedes tan inofensivos como una oveja, pero en realidad son tan peligrosos como un lobo feroz. "Ustedes los podrán reconocer, pues no hacen nada bueno. Son como las espinas, que sólo te hieren. El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo produce frutos malos. El árbol que no da buenos frutos se corta y se quema. Así que ustedes reconocerán a esos mentirosos por el mal que hacen. »No todos los que dicen que yo soy su Señor y dueño entrarán en el reino de Dios. Eso no es suficiente; antes que nada deben obedecer los mandamientos de mi Padre, que está en el cielo", Mt 7:15-23

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

domingo, 24 de septiembre de 2023

Contextos

 Flexibilidad

“En Filipos nos quedamos durante algunos días. Un sábado, fuimos a la orilla del río, en las afueras de la ciudad. Pensábamos que por allí se reunían los judíos para orar. Al llegar, nos sentamos y hablamos con las mujeres que se reunían en el lugar. Una de las que nos escuchaba se llamaba Lidia, una mujer que honraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas muy finas de color púrpura. El Señor hizo que Lidia pusiera mucha atención a Pablo, y cuando ella y toda su familia fueron bautizados, nos rogó: «si ustedes consideran que soy fiel seguidora del Señor, vengan a quedarse en mi casa» Y nos convenció”, Hch 16:11-15

Pablo y sus compañeros aprendieron a tener una visión muy amplia por medio de sus vivencias y experiencias en la misión. Supieron tener flexibilidad y adaptarse en cada contexto. La estrategia de ellos era la de comenzar predicando el evangelio en las sinagogas, pero Dios les presento otra manera diferente de hacer el trabajo en la ciudad de Filipos. Ellos fueron sensibles, flexibles y abiertos a esta nueva oportunidad que les brindaba el Espíritu de Dios. El resultado fue la conversión de Lidia, cuya casa seria el núcleo de la iglesia en Filipos y este seria el centro de operaciones para el equipo misionero. Somos llamados constantemente a repensar, revisar y si es necesario cambiar la manera de hacer el trabajo al cual Dios nos ha llamado. Por otro lado, la política misionera de Pablo era la de sostenerse con su mismo trabajo, pero Lidia insiste en llevarlos a su casa y ofrecerles ayuda. Los filipenses se convirtieron en su respaldo aún después en la continuación de su misión, 2 Co 11:8-9, Fil 4:10-16. Pablo escribió: “Cada vez que pienso en ustedes, le doy gracias a mi Dios. Siempre que oro, pido por todos ustedes con alegría, porque han colaborado conmigo en dar a conocer la Buena Noticia acerca de Cristo desde el momento en que la escucharon por primera vez hasta ahora. Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”, Fil 1:3-6

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 22 de septiembre de 2023

Comprensión espiritual

Oportunidades, discernimiento y fe

“Luego, Pablo y Silas viajaron por la región de Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia en ese tiempo. Luego, al llegar a los límites con Misia, se dirigieron al norte, hacia la provincia de Bitinia, pero de nuevo el Espíritu de Jesús no les permitió ir allí. Así que siguieron su viaje por Misia hasta el puerto de Troas. Esa noche Pablo tuvo una visión. Puesto de pie, un hombre de Macedonia—al norte de Grecia—le rogaba: «¡Ven aquí a Macedonia y ayúdanos!». Entonces decidimos salir de inmediato hacia Macedonia, después de haber llegado a la conclusión de que Dios nos llamaba a predicar la Buena Noticia allí", Hch 16:6-10
Hay algunas cosas que debemos tener en cuenta para saber buscar y entender cuáles son las oportunidades que Dios presenta. Toda oportunidad debe estar alineada con los valores y principios de la palabra de Dios. Estos son los valores cristianos. Si Dios abre las puertas no habrá conflictos de valores. Entre los temas importantes de la vida es clave recordar la prioridad sobre lo que Dios espera de nosotros: “¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios”, Mi 6:8. La fe y la guía del Espíritu Santo no significan que no tengamos dudas. La obediencia incluye la duda, pero la duda no debe excluir la obediencia. Dios nos ha dado la mente de Cristo y confía en nosotros para que podamos discernir correctamente. Nuestra oración es que el Señor nos ayude a tener comprensión espiritual, ver cuáles son las puertas abiertas que nos presenta y luego tener fe para atravesar las mismas, Col 1:9-11.
Carlos Scott 
Foto Gilbert Lennox

jueves, 21 de septiembre de 2023

Caminos no pensados

Persistir y seguir

“Pablo y sus compañeros intentaron anunciar el mensaje de Dios en la provincia de Asia, pero el Espíritu Santo no se lo permitió. Entonces viajaron por la región de Frigia y Galacia, y llegaron a la frontera con la región de Misia. Luego intentaron pasar a la región de Bitinia, pero el Espíritu de Jesús tampoco les permitió hacerlo. Entonces siguieron su viaje por la región de Misia, y llegaron al puerto de Tróade. Al caer la noche, Pablo tuvo allí una visión. Vio a un hombre de la región de Macedonia, que le rogaba: «¡Por favor, venga usted a Macedonia y ayúdenos!» Cuando Pablo vio eso, todos nos preparamos de inmediato para viajar a la región de Macedonia. Estábamos seguros de que Dios nos ordenaba ir a ese lugar, para anunciar las buenas noticias a la gente que allí vivía”, Hch 16:6-10

Pablo y sus compañeros tenían la intención de evangelizar la provincia romana de Asia. Sin embargo, el Espíritu le prohibió comunicar el evangelio en esa región. Entonces viajaron por la región de Frigia y Galacia. La epístola a los Gálatas nos habla que una de las dificultades que Pablo tuvo fue una enfermedad que le obligó a cambiar de rumbo y tuvo como resultado su misión entre los gálatas, Ga 4:13. Pablo modificó su agenda y decidieron luego ir a Bitinia, pero el Espíritu tampoco les permitió evangelizar en ese lugar. El Espíritu puede abrir puertas y también las puede cerrar para dirigirnos por caminos que no pensábamos andar. Las dificultades también nos pueden hablar de que Dios sigue teniendo el control y nos orienta en forma diferente para llevarnos a donde debemos ir. El Espíritu los guio a Troas y les presento una nueva visión: Europa. Bajo el impulso del Espíritu la frontera misionera suele ampliarse. El Espíritu es quien dirige la misión y ensancha las fronteras de esta. No debemos darnos por vencidos y seguir adelante. Guillermo Carey, el famoso misionero a la India, en una de sus cartas escribió: “Mi posición resulta insostenible… hay dificultades por todas partes, y muchas más por delante; por lo tanto, no tenemos otra alternativa que seguir adelante”. Que Dios nos capacite y ayude a no claudicar.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 


miércoles, 20 de septiembre de 2023

Pensar

Capacitar y soltar

“Pablo siguió su viaje y llegó a los pueblos de Derbe y de Listra. Allí vivía un joven llamado Timoteo, que era seguidor de Jesús. La madre de Timoteo era una judía cristiana, y su padre era griego. Los miembros de la iglesia en Listra y en Iconio hablaban muy bien de Timoteo. Por eso Pablo quiso que Timoteo lo acompañara en su viaje”, Hch 16:1-3

Pablo y Timoteo se conocieron en una circunstancia misionera. Timoteo era de la ciudad de Listra donde vivía su madre Eunice y su abuela Loida. Timoteo era joven y sin experiencia, pero parece que Pablo pudo ver en el un gran potencial. Pablo supo incorporar en su equipo a creyentes de diferentes lugares, trasfondos culturales y experiencias de conversión distintas, Hch 20:4, Ro 16:3-15, 1 Co 16:10-19, Fil 2:19-30, 4:2-3. Somos llamados a ir y hacer discípulos, formar liderazgos de relevo, brindar oportunidades, animar, acompañar y finalmente liberar o soltar a la gente a la tarea que Dios les indique. No estamos destinados a retener la autoridad y ejercer un control nocivo. Cuando nos enfocamos en “la misión de Dios” el Señor nos lleva a pensar con mayor amplitud. Que lo importante sea el nombre de nuestro Señor y no el nuestro.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 19 de septiembre de 2023

Continuar el viaje

Avanzar y cuidar

“Pablo siguió su viaje y llegó a los pueblos de Derbe y de Listra, … Pablo y sus compañeros continuaron el viaje. En todos los pueblos por donde pasaban, informaban a los seguidores de Jesús de lo que se había decidido en Jerusalén. Los miembros de las iglesias de todos esos lugares confiaban cada vez más en Jesús, y cada día más y más personas se unían a ellos.”, Hch 16:1-5

Pablo y sus compañeros vieron la necesidad de nutrir, supervisar y alentar a las iglesias. En todo tiempo necesitamos afirmar un movimiento de plantación de iglesias y a su vez fortalecer, animar y consolidar las nuevas comunidades de fe. Se nos anima a mantener un equilibrio entre un movimiento de nuevas iglesias y la atención de las mismas. Son las dos caras de la misma moneda y no opciones diferentes. Se necesitan la una a la otra para responder con fidelidad a los nuevos desafíos. Pablo escribió: “Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias.”, 2 Co 11:28. Necesitamos pastores y maestros que enseñen la escritura con relevancia ante los tiempos que nos toca vivir. El Espíritu fue ampliando las fronteras a medida que la tarea se desarrolló en el comienzo de nuevas comunidades y la visita pastoral a las diferentes ciudades. Los propósitos de Dios nos enfocan en su bendición para todas las etnias, que Dios sea reconocido y adorado y que el mal sea derrotado por medio del Reino de Dios. "Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria. En efecto, mi propósito ha sido predicar las buenas noticias donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno… Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje”, Ro 15:18-24. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 18 de septiembre de 2023

Caminos diferentes

Circunstancias que nos llevan a otros caminos

“Después de un tiempo Pablo le dijo a Bernabé: «Volvamos a visitar cada una de las ciudades donde ya antes predicamos la palabra del Señor para ver cómo andan los nuevos creyentes». Bernabé estuvo de acuerdo y quería llevar con ellos a Juan Marcos; pero Pablo se opuso terminantemente ya que Juan Marcos los había abandonado en Panfilia y no había continuado con ellos en el trabajo. Su desacuerdo fue tan intenso que se separaron. Bernabé tomó a Juan Marcos consigo y navegó hacia Chipre. Pablo escogió a Silas y, al salir, los creyentes lo encomendaron al cuidado misericordioso del Señor. Luego viajó por toda Siria y Cilicia, fortaleciendo a las iglesias”, Hch 15:36-41

La misión a Europa fue todo un proceso y no surgió de una gran visión que se originó mucho antes. Lo primero que relata Lucas es que Pablo y Bernabé tenían interés en visitar cada una de las ciudades donde antes habían predicado y ver cómo andaban los nuevos creyentes. Debido a un desacuerdo intenso que hubo entro los dos apóstoles terminaron por separarse. Tanto uno como el otro emprenden un camino diferente y eligen a otra persona como compañero de viaje. Bernabé se fue con su primo Juan Marcos rumbo a Chipre, mientras que Pablo se fue con Silas a las regiones de Siria y Cilicia. Las distintas posturas de uno y otro no los alejo de la misión de Dios. Ambos pudieron encontrar caminos diferentes pero enfocados en servir a Dios y a sus propósitos. Por un lado, Pablo y su nuevo equipo verían la dirección de Dios cerrando puertas en Asia, pero llevándolos a Europa. En cuanto a Bernabé es reconocido por Pablo mismo continuando la labor misionera, 1 Co 9:6 y a su vez Pablo cambio de opinión con respecto a la utilidad de Juan Marcos para el servicio, Col 4:10, 2 Ti 4:11. Sobre ambos se podría decir lo que Pablo expreso: “Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias”, 2 Co 11:28. “Por eso, es necesario que se acepten unos a otros tal y como son, así como Cristo los aceptó a ustedes. Así, todos alabarán a Dios”, Ro 15:7. Que Dios nos ayude también a nosotros.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Unidad en la diversidad.

Diferencia sin división

«Les enviamos a Judas y a Silas. Ellos personalmente les explicarán el acuerdo a que hemos llegado”, Hch 15:23-27

Desde la perspectiva de Lucas, el Concilio de Jerusalén fue muy importante porque lo que estaba en juego era el evangelio mismo y el seguimiento a Jesucristo. Se trataba de un movimiento que incluía a toda persona de cualquier etnia que llegara a creer en Jesús y ser salvo por la gracia del Señor. Pedro, Santiago y tantos más llegan a la conclusión que no hay que poner obstáculos a los gentiles que aceptan a Jesucristo. La asamblea ratifica el principio de la libertad y de la autonomía. La carta que se les envía afirma la importancia del Espíritu Santo como guía de la comunidad. Hay una escucha humilde de la voz del Espíritu por parte de todos y por lo tanto han decidido no imponerles más cargas que lo básico para que reine la comunión o sea una buena convivencia entre gentiles y judíos. Lo contrario significaba ser una secta dentro del judaísmo que incluía circuncidarse y obedecer la ley de Moisés.  Pedro dijo: “Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también a ellos les perdonó sus pecados cuando creyeron en Jesús”, Hch 15:9. Estos acontecimientos nos dejan algunas reflexiones. Es Dios quien purifica el corazón de las personas y no la aceptación de nuestra práctica religiosa. Debemos ser lentos para juzgar. “No llames a algo impuro si Dios lo ha hecho limpio”, Hch 11:9. Debemos confiar en el trabajo del Espíritu Santo en las vidas de los nuevos creyentes y en los nuevos movimientos. Busquemos la evidencia de la obra de Dios. Animemos a los creyentes a obedecer y confiar en el Espíritu Santo. Ayudemos a la gente a descubrir por sí mismos principios bíblicos para hallar respuestas sabias y seguir a Jesucristo. Vivamos la unidad sin caer en la uniformidad, la distinción sin caer en el individualismo o personalismo, vivamos la diferencia sin caer en la división. Que nuestra existencia sea como una danza de vida y amor girando en rededor unos con otros. Que nos podamos mirar cara a cara y caminar hacia el otro, sin separación y confusión. Vivamos la unidad en la diversidad.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 16 de septiembre de 2023

Misericordia divina

 ¿Inclusivos o exclusivos?

“Todos escucharon en silencio mientras Bernabé y Pablo les contaron de las señales milagrosas y maravillas que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles”, Hch 15:12

“Cuando Pablo y Bernabé estaban en Antioquía de Siria, llegaron unos hombres de Judea y comenzaron a enseñarles a los creyentes: «A menos que se circunciden como exige la ley de Moisés, no podrán ser salvos». Pablo y Bernabé no estaban de acuerdo con ellos y discutieron con vehemencia. Finalmente, la iglesia decidió enviar a Pablo y a Bernabé a Jerusalén, junto con algunos creyentes del lugar, para que hablaran con los apóstoles y con los ancianos sobre esta cuestión”, Hch 15:1-2. Los apóstoles advierten que lo que está en juego no es principalmente su forma de hacer misión sino el evangelio mismo. Podemos suponer que tanto unos como otros, perseveraban en la doctrina, en la comunión, en las oraciones y que estos fariseos o religiosos formaban parte de la iglesia, por lo tanto: ¿Por qué es que Bernabé y Pablo pueden ver lo que Dios está haciendo entre los no alcanzados, mostrarse abiertos, y algunos religiosos no? ¿Dónde está la diferencia? La iglesia de Antioquía junto a sus líderes se ha unido a la misión de Dios en el mundo y se lanzaron a la labor misionera. El Espíritu estaba activo en Jerusalén, sí; pero donde el Espíritu estaba haciendo cosas nuevas y abriendo caminos era en otras partes. Somos desafiados una vez más a seguir el impulso del Espíritu aceptando nuevos desafíos. Se nos llama a participar de la obra del Espíritu, ser flexibles, creativos y no centrarnos en el mantenimiento de las estructuras, tradiciones, reglamentos. La periferia tiene un sabor especial para Dios cuando nos dice: “Vayan a Galilea y ahí me verán”. Dios nos espera en otra parte, con otro público y desde esos lugares manifiesta su poder haciendo cosas nuevas. Hay un tiempo nuevo, un vino nuevo y Dios nos llama donde no reina la fe, pero les alcanza la misericordia divina. Hoy necesitamos la voz de los incontables Bernabé y Pablo que están experimentando la aventura de la fe que los lleva más allá.

Carlos Scott

Foto G. Lennox

viernes, 15 de septiembre de 2023

Discípulos que hacen discípulos

HÉROES ANONIMOS

La persona que más ha influenciado espiritualmente para bien en mi vida fue mi mamá. Con ella de niño conocí a Dios, y en mi adolescencia y juventud entre mates y cafés en la cocina de casa, sus clases magistrales sobre la vida de Jesús marcaron para siempre mi vida. Su biblia esta subrayada y marcada con comentarios, y tiene un cuaderno de sus reflexiones personales sobre los evangelios que vale mucho más que cualquier libro que hoy te puedes encontrar en alguna librería cristiana. ¡De verdad lo digo!

Ella influencia en todo aspecto positivo, y no solamente a mí, sino a muchos. Pero no tiene redes sociales, y es de un perfil muy anónimo. Sin embargo, su influencia no tiene límites.

La verdad que habría que repensar que es “discipular” y hacer discípulo/as según los evangelios, y para sorpresa, tal vez, muchas veces está muy lejos de nuestros programas eclesiales. La influencia positiva para seguir los pasos de Jesús puede ser tan natural, diversa, hermosa y anónima, como lo es mi madre.

“Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.” (Juan 1:37)

Daniel Brian Scott


Creer y seguir creyendo

  Procesos “Y postrándose, lo adoró.”, Jn 9:35-38 El evangelio de Juan nos sigue confrontando con la transformación de un ciego y su proceso...