viernes, 26 de enero de 2018

Caminando Juntos: La Espiritualidad del Camino

“Por la fe Abraham, … salió sin saber dónde iba… y habito en tiendas de campaña con Isaac y Jacob…” . «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios.

Cuando hablamos de la espiritualidad del camino estamos hablando de Creer. Hablamos del riesgo y la aventura. Abraham le creyó a Dios y el Señor lo reconoció a él como justo. Pero creer es más que un estado adquirido, denuncia una voluntad de progresar, una obstinación por buscar, una tensión hacia horizontes siempre nuevos y sorprendentes. Es el deseo por lo que está más allá y que todavía no hemos descubierto.
   
Estar en el camino también implica aprender a caminar junto a otros. Creer y seguir caminando no sugiere la idea de una meta alcanzada, sino de un camino que hay que inventar. No tenemos todas las respuestas ante los problemas del camino y el futuro.

La espiritualidad del camino nos ofrece una nueva partida. Una mentalidad de gueto va en contra del espíritu que quiere llegar a otras costas. El Reino se encuentra en territorios inexplorados.

Estar en al camino y habitar en tiendas de campaña sugiere la idea de éxodo. No es instalación, estructura, sino viaje, itinerario, movimiento. El camino se desarrolla fuera de la vivienda, hay éxodo y recorrido. 

El camino a seguir plantea preguntas: ¿Dónde está?, ¿Dónde podemos encontrarlo?, pero la más desafiante es ¿Dónde nos lleva?

Jesucristo se define como “Yo soy el Camino”. Somos llamados a movernos con El y caminar implica desplazarnos. Jesús nos espera en otra parte.

Caminemos Juntos con Jesús y unos con otros.

miércoles, 24 de enero de 2018

Caminando Juntos en el 2018

“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.” Fil 3:13-14

Dios nos considera capaces de hacer cosas imposibles (Jn 14.12) y el apóstol nos da tres consejos para poder concretar una mayor obra.

-Olvidando lo que está atrás.

¿Ha sido un año difícil? ¿Has cometido algunos errores? ¿Nos han maltratado? Ese día se fue. Se acabó. Ya está, se fue. La pregunta ahora es: ¿qué vas a hacer al respecto? ¿Vas a vivir en el pasado? ¿Aferrarte a la culpa? ¿Rechazar la gracia de Dios en tu vida? ¿Negarte a perdonar? ¿Mantener resentimiento? Es posible que tengas que llorar, llorar o pedir perdón, pero ahora tenemos que tomar una decisión. Podemos elegir que el pasado nos controle o lo que viene adelante. No ambos. ¿Cuál elegirás?

-Afirmando lo que está por venir.

Los mejores días están por venir si eres un hijo de Dios. El Señor está escribiendo una historia con un final feliz, donde todas las cosas funcionan para un bien final. En este momento tenemos más preguntas que respuestas. Bueno, solo espera. "Ningún ojo ha visto" lo que Dios ha preparado para los que le aman. Si Cristo está en ti, tienes un Ayudante presente y una recompensa futura. Todo está trabajando para su gloria.

-Seguir metas valiosas

Sigue a Cristo. Hónralo con tu vida. Ten la mente de Cristo. Ámense los unos a los otros. Ora por tus enemigos. Haz el bien, sin esperar nada a cambio. Llenara tu corazón con más alegría, más satisfacción: más acción de gracias mientras inviertes tu vida en los demás.

Y, más tarde, en esta misma carta a los Filipenses, Pablo comparte que la "paz de Dios" cuidara sus corazones y pensamientos. Estarás lleno de satisfacción.

Y, te encontrarás siendo una persona más agradecida para concretar una mayor obra.   

Caminemos Juntos con Jesús y unos con otros en el 2018.

viernes, 19 de enero de 2018

El campo de misión viene a nuestros campus - Lausanne Movement

El campo de misión viene a nuestros campus - Lausanne Movement: El evento que lanzó al Ministerio Estudiantil Internacional (International Student Ministry – ISM) al escenario mundial fue el Foro de Lausana 2004, en Tailandia, donde se presentó el Ministerio de las Diásporas y el Ministerio Estudiantil Internacional como un grupo…Leer más ›

miércoles, 17 de enero de 2018

¿Qué pueden aprender los cristianos de un movimiento islámico mundial? - Lausanne Movement

¿Qué pueden aprender los cristianos de un movimiento islámico mundial? - Lausanne Movement: El mayor movimiento musulmán del mundo está en crisis. Decenas de miles de seguidores de la vasta red internacional liderada por el teólogo y filósofo islámico Fetullah Gülen languidecen en cárceles de Turquía y otros países. Gülen mismo enfrenta la…Leer más ›

lunes, 15 de enero de 2018

ORAMOS por la extension del Evangelio en el País Vasco.

ORAMOS por la extension del Evangelio en el País Vasco. Oramos por las Iglesias y por Daniel y Marta.

Con la ayuda y la gracia de Dios este año cada semana haremos los estudios bíblicos en euskara.

Necesitamos mucho vuestras oraciones

Muchas gracias y que Dios te bendiga!!!!     
Daniel y Marta Rizzo Scott

 Kaixo, lagunak! ¡Hola amigos!

Jainkoaren laguntza eta graziarekin aurten astero euskarazko ikasketa biblikoak egingo ditugu.

Zuen otoitzak behar ditugu!!

Eskerrik asko! Jainkoak bedeinka zaitzala!!!

lunes, 25 de diciembre de 2017

Navidad. Cuando sentimos la suciedad de la vida en este mundo...

"Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho."— Lucas 2.20
Durante el nacimiento de Jesús, en medio de la suciedad de un establo, se cumplió un milenio de promesas, profecías y esperanzas. Con el nacimiento de un hijo (una realidad que sucede cada día en todo el mundo) ocurrió algo que cambiaría la historia. Todo lo que los fieles estaban anticipando tomó forma. Fue la alineación de todo lo que estaba destinado a ocurrir.
Los pastores oyeron, vieron y todo fue como les habían dicho. En una perfecta conjunción de Cielo y Tierra, Dios vino al mundo conectando a los dos para sus propósitos eternos. Años después, Jesús nos diría de tantas maneras diferentes: «Yo soy la luz que ha venido al mundo» (Jn. 12.46), «…yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn. 10.10), «Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad» (Juan 18.37).
Entonces…
Cuando sentimos la suciedad de la vida en este mundo, podemos focalizarnos en la pureza de Cristo.
Cuando nos sentimos débiles, podemos reposar en el poder de Cristo.
Cuando estamos enfermos, podemos recordar que Él es el Gran Médico.
Cuando estamos confundidos, podemos recurrir a Sus palabras para orientarnos.
Cuando nos sentimos dañados, podemos recordar que Él dijo que no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde.
Cuando sabemos que hemos pecado, podemos conocer Su perdón.
Cuando estamos descarriados, podemos recordar que Él se llamó a sí mismo «el camino».
Cuando hemos mentido, podemos recordar que Él se llamó a sí mismo «la verdad».
Cuando sentimos que nuestra energía y nuestro entusiasmo menguan, podemos recordar que Él mismo se llamó «la vida».
Y así, podemos orar:
Gracias, Señor Jesucristo, por humillarte y asumir forma de ser humano. Gracias por empujar lejos la oscuridad de este mundo y de mi vida. Gracias por vivir entre nosotros de modo que podamos ver cuánta vida podemos tener. Permíteme vivir las siguientes 52 semanas a la luz de tu presencia y tu poder continuos en este mundo. Y luego poder celebrar nuevamente la Navidad, con alegría.
Mel Lawrenz -Alegría de Navidad-

viernes, 22 de diciembre de 2017

Dios con nosotros. Dios tiene la primera y última palabra.

Las últimas palabras del Evangelio de Mateo dicen: «Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo» Mt. 28:20b. Una de las preguntas que a veces nos hacemos es la siguiente: ¿Debemos asumir riesgos y enfrentar peligros por unirnos a la misión de Dios en el mundo? El texto de la palabra de Dios que se encuentra en la Gran Comisión (Mt. 28:16-20) nos ayuda a pensar y recordar que cuando nos involucramos en su misión Jesús promete estar con nosotros siempre.
“En el Antiguo Testamento la presencia del Señor se enfatiza especialmente cuando la misión es peligrosa (Jos. 1:5, Is43:1-13)”. Hoy también en nuestra generación debemos afirmarnos y depender de la palabra sencilla de Jesús. No dependemos de ciertas seguridades en el orden material y natural sino de lo sobrenatural que se manifiesta por la presencia de Emanuel: “Dios con nosotros”.
Mateo toma la expresión “con ustedes” y “hasta el fin del mundo” de la palabra Emanuel que es “Dios con nosotros” citado en Is 7:14 y Mt 1:23. La permanencia de Jesús está relacionada con el compromiso de sus seguidores con la misión. En el proceso de hacer discípulos Jesús permanece con todos aquellos que se comprometen a estar en su seguimiento.
«Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra» (Mt. 28:18). Su autoridad no solamente la tiene sobre la tierra sino también sobre el cielo. Su autoridad es de extensión universal.
Nuevamente surge la pregunta con otro matiz: ¿Si Jesucristo es él Señor de todo el cosmos porque debemos ir a las naciones? David Bosch contesta: “Si Jesús, en realidad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser proclamada” .Jesús nos dijo: “Por tanto vayan y hagan discípulos” (Mt 28:19). El hecho que Jesucristo es él Señor y Rey de todo implica una misión no solo local, sino también global. La misión adquiere un carácter universal que incluye a todas las etnias.
Vivimos tiempos en que muchas veces nos sentimos amedrentados por las circunstancias que nos toca vivir, por un contexto errático, con pérdida de valores y falta de temor a Dios. La impresión es que muchas veces la última palabra la tiene el poder imperante, ya sea, la pauta cultural, el mercado, gobierno, políticos, jueces, periodistas o bien los medios de comunicación. Es precisamente aquí donde debemos a volver a confiar en la palabra sencilla de Jesús y toda la escritura. La última palabra la tiene nuestro Dios. Es el principio y es el final, es la primera y última palabra para la humanidad. Debe ser la autoridad para mi vida como primera y última palabra. Sigue siendo la única autoridad para su Iglesia. Su reinado y victoria es final. Se cumple o se cumple, no hay medias tintas o marcha atrás (Fil 2:9-10).
Ante tal realidad nos queda caer postrados en adoración y confesarle al Señor nuestras dudas, temores y falta de Fe. El Señor nos llama a entregar la indeterminación del ánimo o la falta de determinación para seguirle. Jesús nos anima a tener valor y perseverar en obediencia más allá de nuestras dudas y temores (Heb 10:35-39). Dios está con nosotros y tiene la última palabra.
“Por tanto vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”.