sábado, 4 de octubre de 2025

No claudicar y volver atrás

Lo que esperábamos...

“Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que murió”, Lc 24:21

Como ellos nosotros tenemos necesidad de desahogarnos, de compartir las desilusiones, porque nosotros esperábamos… ¿Qué esperabas? ¿Qué es lo que esperábamos? Esperábamos una iglesia sin legalismo, lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas. Esperábamos una comunidad de gracia, libertad, respeto, ternura y cuidado mutuo. Esperábamos salir de modelos de repetición y jerárquicos. Esperábamos hallar pastos y movernos en libertad. Esperábamos un espacio para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza. Esperábamos vivir el poder del amor, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad. Esperábamos una comunidad donde hacer amigos, hospitalaria y espiritual. ¿Qué esperabas?... ¿Y Ahora qué? Volvamos a lo que Jesús espera de nosotros. Es no claudicar y volver atrás. “Nosotros no somos de los que retroceden”. Es amar, perdonar, pedir perdón, saber dejar atrás. Es sostener la esperanza, la fe y el amor. “El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios”. Es mirar al Señor y seguir su caminar. “Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras. Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo». "El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.” “Jesús nos dice: —Entonces cuida de mis seguidores, pues son como ovejas.”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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