Una espiritualidad sencilla
¿Qué elementos podemos tener en cuenta para saber si somos una iglesia saludable? ¿Qué implica ser una iglesia saludable?Los inicios de la iglesia se caracterizaron por un movimiento que salió del templo hacia las casas: “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, Mt 18:20. La iglesia son las personas y no los edificios. Se apela a una sana comunidad de fe. El ideal bíblico no es que la iglesia local crezca en tener miles y miles de miembros para mantener su propia estructura. El modelo que vamos encontrando en las escrituras es un movimiento de discípulos que se multiplican y forman comunidades de fe o iglesias. El nuevo testamento hace referencia a las iglesias en las casas, Ro 16:5, 1 Co 16:19, Col 4:15, Flm 2.
Algunos piensan que la iglesia es y debe ser una gran institución, pero esto representa un enfoque equivocado. Las grandes congregaciones locales se ven limitadas por la institucionalización, la burocracia y el énfasis en los edificios. Debemos tener presente que el énfasis en la institución nos lleva a la rigidez, la impersonalidad y la jerarquía. Los ministerios terminan siendo espacios de poder. Hay competencias, celos, y lamentablemente todo se puede transformar en la lucha por tener poder.
Ver una sociedad y las naciones transformadas con el evangelio implica la formación de nuevas comunidades que no dependerán de edificios o estructuras institucionales. Si el crecimiento está limitado por las estructuras, propiedades o edificios estamos en un grave problema. La iglesia no es el templo o edificio. Estar más cerca del templo no significa estar más cerca de Dios. La iglesia es la gente.
El mayor obstáculo para que la iglesia crezca en sencillez es la falta de visión en continuar con un movimiento de discípulos que forman nuevas comunidades de fe. ¿Qué impide?
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
No hay comentarios:
Publicar un comentario