Descansar y confiar
La vida del Señor es una propuesta de libertad y nos marca el camino para que la humanidad celebre la vida. Dios nos busca para sí y nos libera. No todo tiene que ver con el hacer, con producir, vivir con un tiempo programado, agotador y con frecuencia determinado por otros, determinadas ocupaciones y horarios inflexibles. "Después Jesús les dijo: —El día de descanso se hizo para satisfacer las necesidades de la gente, y no para que la gente satisfaga los requisitos del día de descanso. Así que el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso!, Mc 2:27-28. El día de descanso nos ayuda a tomar una decisión y es decir basta. El verdadero poder consiste en imponer un límite. El ser humano no puede perderse a sí mismo y quedar prisionero de un ciclo de producción, de rendimiento y acumulación. Es dejar la relación con las cosas. Ante una sociedad líquida donde todo es aceleración y se corre tras el éxito en lo que sea, a cualquier costo; la contra propuesta es que seamos más humanos y no perdamos los vínculos. Se trata de dedicarnos a la exploración de nosotros mismos, dedicarnos al reencuentro con nuestro creador y nuestro prójimo. Tiempo de contemplación para no descuidar la dimensión de la interioridad, que es lo que da significado y valor a la existencia humana. “Tienen que entender que el día de descanso es un regalo del Señor para ustedes”, Ex 16:29» Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo. Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios”, Ex 20:9-10. El día de descanso está hecho para la persona y es dejar paso a las relaciones con Dios, consigo mismo y con los demás.Carlos Scott
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