lunes, 22 de abril de 2024

Examen

 Cuida tu corazón

“Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban, profundamente entristecido por la dureza de su corazón. Entonces le dijo al hombre: «Extiende la mano». Así que el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada!”, Mc 3:5 

Jesús sanó a una persona que tenía la mano deforme, pero también quiere sanar a la gente de duro corazón. Resulta fácil encontrar puntos de entendimiento cuando se trata de ponerse en contra de alguien. Cuando se rechaza a una persona en particular pueden surgir las alianzas más increíbles entre gente que nunca caminarán juntos. Esto pasó con Jesús: "Los fariseos salieron enseguida y se reunieron con los partidarios de Herodes para tramar cómo matar a Jesús.", Mc 3:6. Quieren poner fin al carpintero que abraza a los niños, sana a la gente de toda dolencia, resucita muertos, defiende a los débiles e indefensos, no da lugar a la discriminación y vive el poder del amor. Es muy difícil cambiar un corazón cuando se decide que Dios no tiene más lugar. La decisión de dar muerte a Jesús por parte de los responsables religiosos (fariseos) y políticos (herodianos) obedece a la lógica de un sistema que busca la autoconservación. Jesús ha sido condenado en el corazón duro, el de sus enemigos. Todo lo que seguirá en la práctica es la manifestación de lo que ocurrió en el corazón. Jesús coloca al ser humano en el centro de su atención. Jesús nos busca para sanarnos y es necesario revisar nuestro corazón. “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.”, Pr 4:23. “¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente! No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados.”, Salmo 19:12-13. Nuestra oración en este día: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna”, Salmo 139:23-24.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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