domingo, 29 de junio de 2025

“¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! ¡Líbrame de la desobediencia para no pecar contra ti”, Salmos 19:13

  Una espiritualidad enfocada en la reflexión y el aprendizaje 

¿Le darías a una persona una segunda oportunidad?

Dios le da a Jonás una segunda oportunidad: “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama el mensaje que te voy a dar”, Jon 3:1-10

La palabra del Señor vino por segunda vez a la vida de Jonás. Debe ir a una gran ciudad donde predicará el mensaje que se le dirá. Nínive (cerca de Mosul, Irak) se arrepiente con una rapidez asombrosa y admirable. El mensaje es breve y contundente: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”.

Dios no salva a Jonás para Jonás mismo. La razón de salvar a Jonás no es para que continuara su camino a Tarsis (España) o para que regrese a Israel. Dios no lo salva porque es hebreo, elegido, especial, ungido, profeta, sino porque desea salvar a Nínive y quiere utilizar a Jonás no por lo que es él, sino por lo que hará a través de él. Dios nos salva con el propósito de que “ya no vivamos para sí”, 2 Co 5:15 y podamos ser un canal de salvación a otros, Is 49:6.

Dios salva a su iglesia en el día de hoy no tanto por ella misma sino por su misión al mundo. Nosotros necesitamos un arrepentimiento como los Ninivitas de la época de Jonás. Es volver a Dios cuando hemos estado muy lejos de Él.

La iglesia del Señor es “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios...”, pero ¿para qué?, “... para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.”, 1 P 2:9, Mt 5:16

Nuestra oración: “¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! ¡Líbrame de la desobediencia para no pecar contra ti”, Salmos 19:13

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 28 de junio de 2025

“Examíname, OH Dios y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno” Salmo 139: 23-24

 Una espiritualidad fragmentada

¿Pasaste alguna vez por una situación donde sentías que perdías la vida?

“Al sentir que sé mi iba la vida, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo”, Jonás 2:7

Jonás fue un profeta que quiso huir de su responsabilidad. Su desobediencia le llevó a una situación de angustia y desesperación. En el momento más desesperante se acordó de Dios.

La religiosidad que profesaba no le ayudó a obedecer. La obediencia no pasa por estar cerca del templo. Estar cerca del templo no es sinónimo de estar más cerca de Dios. Por mucho que nos quedemos en el ámbito de la religiosidad, la iglesia o el templo, Dios no se queda ahí, Jn 3:16.

Jonás servía a un pequeño Dios de su institución. Corremos el riesgo de limitar la acción de Dios a la esfera de la Iglesia, como Jonás quería limitarla a la esfera de Israel. Esta actitud lleva a la desobediencia. La tentación de Jonás es la tentación de la Iglesia: ¡No te metas!

Jonás representa a un patriota nacionalista cuya desobediencia no es por capricho o por falta de valor. Su desobediencia tiene que ver con buscar beneficios únicamente para su propia “institución”.

Jonás declara: “La salvación viene del Señor”, Jon 2:8-9. La palabra Salvación viene de la misma raíz de la palabra ensanchar, abrir camino, dar libertad, salvar tanto físicamente como espiritualmente. El profeta se da cuenta que por querer huir de Dios no encuentra esa libertad, y ahora tras su experiencia traumática conoce que la salvación viene de Dios.

La historia de Jonás revela que es un profeta que quiere serlo bajo sus propias condiciones. Prefiere quedarse cerca del templo, pero sin escuchar a Dios. En el fondo del mar descubre que debe obedecer a Dios y Dios le escucha a Él.

Nuestra oración: “Examíname, OH Dios y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno” Salmo 139: 23-24

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Cómo dejar de ser DISCÍPULOS de la MENTIRA - Andrés Pérez

jueves, 26 de junio de 2025

“Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, ¡los pecados que cometo sin darme cuenta!”, Salmos 19:12

  La verdad en la espiritualidad 

¿Cómo sueles reaccionar cuando te confrontan con la verdad?

“El Señor le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitay: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto lo perversa que es su gente»”, Jon 1:1-2

El texto de 2 Reyes 14:25 ubica a Jonás en el reino del Norte, el más rico y poderoso de los dos, de un reino dividido, cuya capital era Samaria. Muestra a Jonás como un patriota y con sentimientos nacionalistas que insta a su rey Jeroboam II, a seguir una política de expansión para restablecer las fronteras de Israel.

Dios le envía a predicarles a los Asirios que son los enemigos de su pueblo y conocidos por su maldad y crueldad. Para Israel, Nínive (cerca de Mosul, Irak) es símbolo de lo malo y perverso. Ahora Dios lo manda para allá. Debe levantarse: Ir y predicar contra ella. Este hecho, el ir hacia ellos es señal de que Dios también es Dios de Nínive. No está excluida de su amor y compasión.

A Jonás se lo describe como el “hijo de Amitay” que quiere decir “hijo de la verdad”. Es una persona que se cree en posesión absoluta de la verdad, pero cuando la verdad de Dios lo confronta lo que hace es huir: “Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del Señor.”, Jon 1:3

Ser parte del Pueblo de Dios implica no solo privilegios sino responsabilidades

Nuestra oración: “Nadie parece darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname, Dios mío, ¡los pecados que cometo sin darme cuenta!”, Salmos 19:12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 25 de junio de 2025

Orar y anhelar un futuro diferente

 La espiritualidad en el crecimiento del Reino de Dios

¿Cómo crece el Reino de Dios? ¿Qué significa orar y pedir que ¡VENGA TU REINO!?

Jesús nos desafía a pensar en el Reino de Dios. Es la esfera donde se reconoce su soberanía y autoridad para reinar. Jesús avanzo por medio de la oración. En la oración pedimos ¡VENGA TU REINO! y declaramos un nuevo presente que anhelamos para la vida humana, Is 35:5-7.

El Reino de Dios es una concreción histórica que trasciende los límites de la historia y es misterio. Se lo explica por medio de comparaciones y metáforas del saber popular

"El Reino de Dios se desarrolla desde lo pequeño a lo grande, de lo sencillo a lo completo, de lo familiar y cercano a lo social y distante. Hablamos de un reino que crece sin protagonismos y sin la pompa de los célebres"

Sabiendo que Dios reinará en plenitud nuestra práctica de la fe consiste en ser persistentes en orar y anhelar un presente diferente. Se nos llama a vivir con esperanza, perseverar y ser tenaces.

Para extender el Reino de Dios en las naciones y derrotar el mal tenemos que dedicarnos a la oración. No es magia y no siempre se hace realidad lo que pedimos. No se trata de algo que nosotros hacemos, sino es lo que Él hace en su tiempo y forma. Sin la oración nos agotamos.

Cuando oramos nos enfocamos en Dios y en lo que Él hará. La oración nos da descanso, trae esperanza, humildad y fortaleza. Nos enfocamos en sus recursos, su provisión y su fidelidad.

“Por medio de la oración Dios hace lo que solo Él puede hacer. En las situaciones más desesperadas el quebranta el falso dominio del enemigo, trae luz espiritual e infunde vida para una transformación social duradera."

"Dios usa la oración para cambiarnos a nosotros y para cambiar el futuro”. Nuestras oraciones son tenidas en cuenta, llegan a su presencia y Dios no las pasa por alto, Ap. 8:1-5. La oración marca un nuevo presente anhelado y forman el futuro.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 23 de junio de 2025

¿Cómo afecta mi vida cuando me encuentro ante la santidad de Dios?

 La espiritualidad en la santidad

¿Puede la santidad alejarnos de otras personas, abandonar el amor, la misericordia y descalificar a otros?

"¡Yo vi al Señor el año que murió el rey Uzías!", Isaías 6:1-8

Isaías fue un profeta del Antiguo Testamento que fue enviado a un duro trabajo: predicar y profetizar a la rebelde nación de Judá. En los capítulos iniciales de Isaías hay una denuncia directa del estado del pueblo y la sociedad de su época. El profeta está inmerso en esta realidad y no aparte de la misma. Son estos momentos donde necesitamos una renovada visión del Señor

Isaías tuvo una visión de la santidad de Dios. La descripción de la imagen de Dios en medio de su gloria es impresionante. Había poderosos serafines y "En gran coro antifonal cantaban: ―Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.", Is 6:1-3

La visión lo lleva a experimentar una profunda angustia por su condición humana. La palpable santidad de Dios lo lleva a mirar su propia vida – no a su vecino, no a su iglesia - sino al mismo Isaías. Su angustia radica en que ve su propio pecado que lo lleva a buscar confesión y purificación. Antes que Isaías fuese enviado por Dios, necesitaba un encuentro con la santidad de Dios.

“Santo” significa “consagrado o apartado”, pero esto no significa que debía vivir dándole la espalda a su gente. “Isaías es humano y se encuentra en el mismo nivel que otros seres humanos. El profeta se coloca al lado de sus compatriotas y nunca en una posición de superioridad. Asume el problema del pueblo como algo propio, no se excusa y no se lava las manos”.

Isaías entiende el estado de su alma a la luz de la santidad de Dios, experimenta el perdón de Dios y reconoce que no debe vivir ajeno a lo que le pasa al otro. Isaías está listo para ser enviado.

Para pensar: ¿Cómo afecta mi vida cuando me encuentro ante la santidad de Dios? ¿Solemos examinarnos a nosotros mismos antes de mirar a otros? ¿Solemos colocarnos a favor de otras personas cuando enfrentan injusticias o terminamos colocándonos aparte? ¿Nos consideramos responsables de los problemas que vive la sociedad, la iglesia y asumimos nuestra culpa?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 22 de junio de 2025

Tres Rasgos de un Díscípulo en tiempos difíciles | Andrés Pérez | La Par...

Serenidad y tranquilidad

 La reflexión en la espiritualidad

"Puedo terminar este libro diciendo que ya todo está dicho. Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo. Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.", Ec 12:13-14

En todo el mundo nos estamos despertando con una nueva realidad. Hay incertidumbre y ansiedad.

La soberbia ha perdido vigencia, nos damos cuenta de nuestra debilidad y el poco control que realmente tenemos. 

La fragilidad de la vida nos ayuda a levantar nuestra mirada. Lo importante son las decisiones que tomamos en cuanto a cómo vivir ahora, lo que importa y lo que no. 

Buscamos un tiempo de serenidad y tranquilidad. El amor de Dios es perfecto, cierto y completo y su perfecto amor nos ayuda a echar fuera el temor. 

En las manos de Dios podemos descansar porque en su amor podemos vivir y confiar. 

Nuestra oración: "Enséñame a vivir de tal manera que el mañana no tenga que reprocharme el ayer"

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox

sábado, 21 de junio de 2025

Justicia, Misericordia y Humildad

La espiritualidad basada en la verdad 

Deitrich Bonhoeffer expresó: “Guardar silencio frente a la maldad es la maldad en sí misma. Dios no nos considerará sin culpa. No hablar, es hablar. No actuar, es actuar”. 

El profeta Miqueas nos recuerda: “¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios”, Mi 6:8. 

Miqueas responde con un duro mensaje sobre lo que es el verdadero culto a Dios. Es una vida caracterizada por tres profundos elementos: Justicia, Mishpat en hebreo; Misericordia, Chesed; y Humildad.

La Mishpat “justicia” es en esencia liberadora y salvífica. Enfatiza la acción, es dar lo que corresponde, es poner en orden las cosas. Se refiere a la justicia restaurativa. En el Antiguo Testamento, el hacer Mishpat tenía que ver con ocuparse de la viuda, el huérfano, el pobre y el extranjero que eran sectores marginales de la sociedad de esa época. Su base y fundamento son el amor y la compasión. 

Chesed, “misericordia”, es una actitud del corazón, de compasión, bondad y gracia. Representa el deseo de compartir, dar todo de sí mismo de la cual fluye una vida de justicia. Una vida sin esa virtud hacía que cualquier intento de culto a Dios fuera un sacrificio vacío o una pérdida de tiempo. 

“En efecto, el pueblo de Dios, que quiere adorar en verdad, cualquiera sea el cántico que cante, está llamado para hacer justicia (poner orden en la vida y las cosas), amar la misericordia (vivir con profunda compasión), y caminar humildemente delante de Dios. El culto, repensado bajo esta mirada, es lo que Dios quiere y lo que el mundo necesita desesperadamente" 

Es vital comprometernos a trabajar y apoyar los derechos humanos mediante la defensa de la igualdad y libertad para todos. Estar dedicados a defender y hablar por los que no tienen voz ante la violación de sus derechos humanos, Pr 31:8-9 

Que hoy sepamos acudir en auxilio de nuestro prójimo, cualquiera sea su origen étnico, creencia o procedencia. ¡Sin demora y sin reservas de ningún tipo! 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

¿Como te ves a ti mismo?

La identidad en la espiritualidad ¿Como te ves a ti mismo?  “Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdote...