martes, 6 de mayo de 2025

Expuestos a la intemperie

 La profundidad del ser espiritual

"Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, ...", Stg. 2:22

Cuando somos probados estamos como expuestos a la intemperie, a lo provisional, a la dificultad e incomodidad, pero es ahí donde debemos recordar la esperanza que tenía Abraham que bien puede ser la nuestra. Él se fiaba de una palabra que le había dado Dios: “Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac”, Gn 21:12. Lo que te prometí se cumplirá.

En la prueba, lo esencial e indispensable se reduce a un encuentro con Dios. Él nos libera de la aridez, nos salva de la esterilidad y nosotros podemos volver a la vida porque su presencia es lo único necesario. El desierto de las circunstancias adversas se convierte así en la prueba de la fidelidad y es el examen de nuestra profundidad. Dios estaba buscando a un ser humano obediente, lleno de justicia, de fe, santidad, que obedeciera sin dudar. Abraham no era guiado por su inteligencia, sino guiado por la voluntad de Dios y el texto de hebreos nos dice: “consideraba que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos”. 

Él está interesado en nuestras vidas y quiere ver como reaccionamos. Cuando nos toman una prueba deseamos salir aprobados. Abraham tuvo que pasar por diferentes pruebas. Primero fue su llamado: “Vete a la tierra que te mostrare”, Gn 12:1-3. En segundo lugar, separarse de Lot que fue su compañero de fe, Gn 13:1-18 y, en tercer lugar, rendir sus propios planes a Dios confiando que también Ismael sería bendecido, Gn 21:8-20.

Ahora Dios le pide al hijo de la promesa, al amor de su corazón y su gozo. Dios viene a probarnos para ver que hay en nuestro corazón. Abraham se encontró en ese momento con la prueba de tres días de viaje llevando a Isaac al lugar del sacrificio. Se encuentra con el silencio de Dios, las oraciones no son contestadas y solo puede caminar en fe, sin entenderlo todo, pero sabiendo que Dios está presente. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 5 de mayo de 2025

El coraje ante esperas desgarradoras

 La espiritualidad puesta a prueba

“Abraham había recibido las promesas y fue puesto a prueba”, He 11:17-18

Hubo un momento en la vida de Abraham donde fue probado. Debía ofrecer al hijo de la promesa. El texto de la palabra de Dios dice: “ofreció a Isaac, su hijo único”. La vida es un examen, una prueba, un test donde Dios prueba nuestra obediencia, carácter, compromiso y fidelidad.

En medio de la prueba, Dios está interesado en moldear nuestro carácter, pero es difícil ver el propósito de Dios cuando nos encontramos en un túnel interminable sin luz alguna. Es ahí donde necesitamos coraje ante esperas desgarradoras.

El carácter se desarrolla a través de la prueba y cuando salimos aprobados somos más fuertes. La prueba muestra quienes somos y hacia donde nos inclinamos en la debilidad. Es ahí cuando necesitamos lucidez y relámpagos de esperanza para ver quiénes somos y confrontarnos con la luz de nuestro Dios.

Diferentes áreas de nuestra vida son puestas a prueba. Tarde o temprano somos probados y esto puede suceder cuando las oraciones no son contestadas, cuando las circunstancias son adversas, cuando no vemos cumplidos los sueños que tuvimos.

Cuando somos probados algunas veces, la vida parece un desierto. En el desierto hay precariedad, silencio, soledad y todo esta reducido a lo esencial, lo que es indispensable, pero la soledad más espantosa se puede romper con una presencia y la angustia más cruel se puede transformar en bendición.

Dios es todo lo que necesitamos y se puede manifestar para liberarnos. La aridez del desierto puede llevarnos a buscar la verdadera vida, porque el silencio puede convertirse en mensaje y la soledad en comunión. Dios nos llama a ser una tierra fecunda que pueda florecer

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 4 de mayo de 2025

Luz para las naciones

 El riesgo de la espiritualidad

“Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber dónde iba… y habito en tiendas de campaña”, He 11:8-9

Dios habla y manifiesta su deseo para su pueblo: “¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!", Gn 12:3b y “Yo te pongo ahora como luz para las naciones a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”, Is 49:6b. Se trata de una Fe difícil porque Dios muchas veces nos sacude, nos moviliza, hay que partir y no conocemos el camino. Es una Fe difícil porque debemos considerar fiel al que nos ha hecho la promesa, He 11:11 y es una Fe difícil porque Dios nos pone a prueba, He 11:17-19. No se trata de una Fe fácil. La Fe barata o fácil es cuando nos quedamos con una teología que no incomoda, que esta domesticada y es complaciente. La Fe cara y difícil se coloca en una posición de riesgo.

En este viaje la seguridad no cuenta. Es habitar en carpas de campaña y no podemos conciliar la Fe con el confort del viaje y la organización previa. Hay que ponerse a caminar, mover la carpa y estar en contacto con otras personas. Implica que no hemos llegado a nuestro destino final. Estamos en progreso y hay que avanzar. Es buscar un nuevo horizonte y llevar el mensaje del evangelio que transforma toda la existencia humana.

Es una Fe peligrosa porque te expone a la intemperie. Se aprende a vivir entre dificultades, demoras e incomodidad. Tampoco hay rebaja en el costo del billete. El seguimiento a Jesús implica elecciones y decisiones personales, coraje, sufrimientos, esperas. Esto es lo que le ocurrió a Abraham. Camina hacia la tierra prometida, la recorre, se encuentra ahí en situación de extranjero, vive bajo tiendas y cada día tiene que partir. Solo se puede fiar de una voz, palabra y promesa. No puede ser guiado por su inteligencia, sentimiento e intuición.

La Fe es aventura y riesgo porque se nos llama a creer. Es fiarse y confiar en otra persona que conoce el camino. “Creer quiere decir simplemente que otro conoce el camino y sabe dónde esperarnos"

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 3 de mayo de 2025

Levantar la mirada

 El horizonte de la Espiritualidad

“Vete a la tierra que te mostrare”, Gn 12:1. “Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas…así será tu descendencia”, Gn 15:5-6

Una de las claves en nuestro caminar con el Señor consiste en “levantar la mirada”. Abraham tenía que levantar su mirada, salir de donde estaba y más adelante separarse de Lot. Levantar la mirada implica que hay algo más grande que Dios quiere hacer. “Te daré todo lo que abarque tu mirada”. Se nos está llamando a tener una visión amplia. Se trata de bendecir a todas las etnias, que el nombre de Dios sea reconocido y adorado y el mal derrotado. Una visión del Reino de Dios y el cielo renueva nuestra vida, Ap. 7:9-10.

Las circunstancias de Abraham, sus limitaciones, debilidades y edad avanzada no tenían que ser un obstáculo para creer. Debemos tomar todo lo bueno que Dios nos quiere dar y hacer lo que nos pide: “Abraham tenía que recorrer la tierra”. Mirar por nuestra nación, la gente que nos rodea y mirar por todos los pueblos es un comienzo que nos debe llevar a entender el porque de la existencia del Pueblo de Dios. "Te voy a bendecir y serás de bendición a todas las familias de la tierra."

Se nos llama a confiar y a creer en todo lo que vendrá después. Su palabra es “bendición” para toda la humanidad y este es el claro propósito de Dios. ¡Levanta tu mirada! porque la única información es la señal de partida.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 2 de mayo de 2025

"Bendecir a todas las familias de la tierra"

  Una espiritualidad inclusiva

"El Señor le había dicho a Abram: «Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti», Gn 12:1-3 “Por la fe Abraham, … salió sin saber dónde iba… y habito en tiendas de campaña con Isaac y Jacob…”, He 11:8-9. «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios.", Stg 2:23

Cuando hablamos sobre una espiritualidad inclusiva estamos hablando de "bendecir a todas las familias de la tierra". Hablamos también de creer, del riesgo y la aventura. Abraham le creyó a Dios y el Señor lo reconoció a él como justo. Pero creer es más que un estado adquirido, denuncia una voluntad de progresar, una obstinación por buscar, una tensión hacia horizontes siempre nuevos y sorprendentes. Es el deseo por lo que está más allá y que todavía no hemos descubierto. 

Creer y seguir caminando no sugiere la idea de una meta alcanzada, sino de un camino que hay que inventar. El camino nos ofrece una nueva partida. Una mentalidad de gueto va en contra del espíritu que quiere llegar a otras costas. El Reino se encuentra en territorios inexplorados. Estar en el camino y habitar en tiendas de campaña sugiere la idea de éxodo. No es instalación, estructura, sino viaje, itinerario, movimiento. El camino se desarrolla fuera de la vivienda, hay éxodo y recorrido.  El camino a seguir plantea preguntas: ¿Dónde está?, ¿Dónde podemos encontrarlo?, pero la más desafiante es ¿Dónde nos lleva?  Jesucristo se define como “Yo soy el Camino". Somos llamados a movernos con El y caminar implica desplazarnos. Jesús nos espera en otra parte.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 1 de mayo de 2025

Una espiritualidad de la libertad

 Hacia una Espiritualidad liberadora

“Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Podrá entrar y salir con libertad y hallará pastos… Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”, Jn 10:9-11

El conocer a Cristo y seguirle nos conduce a una espiritualidad de la libertad. Su gracia nos hace libre para movernos en libertad y hallar el sustento necesario. 

Es necesario mirar hacia el interior del corazón para descubrir, en aquella oscuridad, la realidad de nuestros fracasos y la impotencia del esfuerzo humano. El encuentro con la realidad desgarradora es la antesala de la gracia; pues cuando nos encontramos con la verdad de nuestro propio corazón podemos levantar nuestra mirada al cielo para implorar la gracia de Dios y refugiarnos en su amor. Asciende solo quien ha descendido. No hay lugar para la vanagloria. Esta espiritualidad parte de la incapacidad humana y desde ella acude a Dios como único consuelo. La fe es la única condición para esta gracia.

La espiritualidad liberadora se encuentra en el seguimiento de Jesús. La intimidad con Dios nos libera de toda cadena legalista y nos guía en hechos concretos de amor al prójimo. Nos dirige hacia el compromiso solidario. Se nos desafía en afirmar la vida y luchar en contra de las fuerzas de la muerte. Se nos llama a repensar la comunidad de fe como pueblo que anticipa las señales del Reino de Dios. Implica el compromiso con la justicia, la reconciliación y la paz, la dirección espiritual, la dimensión ecológica y la ética social llegando a las necesidades no alcanzadas de los menos alcanzados en cualquier lugar de este mundo. Que Dios sea reconocido y adorado, la humanidad bendecida y el mal derrotado por el avance del Reino de Dios.

“Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.”, Col 3:12. “Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.”, 1 P 3:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 29 de abril de 2025

Tener un corazón compasivo, amante de Dios y experto en el amor al prójimo

 Una Espiritualidad Comunitaria

“El que ama a los demás, vive bajo la brillante luz de Dios y no causa ningún problema a los de su iglesia. Pero el que odia a otro cristiano, vive en la oscuridad y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.", 1 Jn 2:10-11 “Y Jesucristo nos dio este mandamiento: «¡Amen a Dios, y ámense unos a otros!», 1 Jn 4:21

El fin de una espiritualidad que está en el seguimiento de Jesús, no se trata del cumplimiento de una norma moralista sino la búsqueda de un corazón puro comprometido con su misión. Cuando descubrimos que en el Señor encontramos la plenitud de la vida, la moral será una consecuencia de la vida en el Espíritu y no a la inversa. Como comunidad nos introducimos en la unión con Dios y dentro de esta, en la unidad consigo mismo, con todos los demás y con toda la creación.

El primer llamado a toda comunidad es vivir la fe con vigor y tener un encuentro con Dios que nos convierta en seres humanos más maduros conforme a la imagen de Jesús. Se trata de tener un corazón compasivo, amante de Dios y experto en el amor al prójimo. Es unirnos a Dios en una relación liberadora.

La iglesia como comunidad del Reino de Dios es llamada a vivir de acuerdo con sus valores, teniendo cuidado con la sobrecarga del trabajo, el descuido de la salud física, el escaso tiempo para la vida familiar y la incapacidad para disfrutar del tiempo libre. Se nos llama a ser compasivos y misericordiosos con nosotros mismos. La piedad se debe manifestar sin caer en la tiranía o auto destrucción de nosotros mismos y esto afecta a la comunidad. "La espiritualidad no es tanto una forma de hacer, sino una forma de ser."

El espacio preferencial para el desarrollo de la espiritualidad no es el individuo aislado sino la comunidad de Jesús abierta al mundo. Nuestra vida espiritual no solo se lleva adelante en lo personal, sino también como comunidad.

Cristo es el centro de la comunidad y no la comunidad misma. Jesucristo es la meta que todos compartimos. La presencia de Cristo es el motivo para la sujeción mutua, para la obediencia, para el amor fraterno, para la hospitalidad, para el ejercicio humilde de la autoridad y para afrontar las imperfecciones de la comunidad sin necesidad de huir de ella. No hay una receta fácil y Jesús marca la espiritualidad en la perseverancia para no caer en la madurez en un minuto, el crecimiento en un año y el éxito ahora mismo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

lunes, 28 de abril de 2025

El amor es la esencia de la espiritualidad en el seguimiento de Jesús

 La espiritualidad de la periferia

“Pero él se acercó y les dijo: «Dios me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo.”, Mt 28:18

Cuando el Señor establece la gran comisión lo hace desde la periferia, una provincia apartada como es Galilea. No lo hace desde el centro del poder que está en Jerusalén. Galilea era una región de poca importancia llamada tierra de paganos o gentiles, Is. 9:1, Mt. 4:15. Era un lugar de tierra rica pero explotada por latifundistas (Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a pocas personas y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos). Por lo general la gente vivía marginada, con vergüenza y desprecio.

Galilea es sinónimo de pobreza mientras que Jerusalén tenía privilegios políticos y religiosos. «Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación a las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados». Había muchos desheredados, hombres sin patria «Los discípulos son convocados a un peregrinaje…, de la marginalidad al compromiso. Jesús todavía continúa diciéndonos: Sígueme, Lc. 5:27, 9:59, 18:22».

El amor es la esencia de la espiritualidad en el seguimiento de Jesús. Es el amor a Dios y al prójimo. Implica el compromiso, la encarnación y la proyección social de la fe. Hablamos del valor profético, la actitud solidaria, la pasión por la vida y su ardor pastoral. También nos referimos a la labor por la paz con justicia social, la responsabilidad ecológica, la defensa de los derechos humanos y la apertura a la unidad espiritual pero no institucional. Es aceptar la verdad de la realidad, desenmascararla de sus tantas mentiras y comprometerse con ella.

Nuestra periferia nos señala la necesidad de fe y nos pide que amemos con los ojos abiertos, que sirvamos con desinterés y sencillez. Es creyente quien sigue a Jesús. Es encuentro personal con Jesús y a partir de allí participar en su misión y encarnar sus compromisos en la historia concreta de cada día. Seguirlo es hacer lo que él haría en esta historia. La espiritualidad de la periferia no solo es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús.

Dios se ha propuesto bendecir a toda la humanidad, que el mal sea derrotado por medio del Reino de Dios y su nombre sea reconocido y adorado. “Este mensaje es digno de confianza y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos.”, Tit 3:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 27 de abril de 2025

Uno de los rescates que necesitamos es el de nuestras propias miserias

 La espiritualidad de nuestras creencias

“La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!”, Fil :5-8

Uno de los rescates que necesitamos es el de nuestras propias miserias y entre ellas el amor al poder, la autoridad absoluta no limitada, el abuso de superioridad y la fuerza en el trato con las demás personas. Necesitamos redención cuando se trata de dominar, manipular, avasallar, explotar, oprimir y hacerse rico. Esto es ajeno al seguimiento de Jesús y nos hace esclavos.

“Porque Dios los libró de ese modo de vida, que es poco provechoso, y que ustedes aprendieron de sus antepasados. Y bien saben ustedes que, para liberarlos, Dios no pagó con oro y plata, que son cosas que no duran; al contrario, pagó con la sangre preciosa de Cristo. Cuando Cristo murió en la cruz, fue ofrecido como sacrificio, como un cordero sin ningún defecto.”, 1 P 1:18-19

Nos preguntamos ¿qué es lo que falla para que después de caminar con Jesús no comprendamos y sigamos buscando puestos de poder? Nuestras creencias en Dios se deben demostrar con las expresiones en el diario vivir. El camino de la realización humana pasa por ser semejante a Jesús y cuando tenemos alterado este sistema de creencias se produce un caos. La ambición del poder nos convierte en esclavos y nos hace esclavistas; en cambio el poder del amor nos libera y nos concede la gracia de dejar en libertad a los demás, Jn 8:32 

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”, Ro 12:2 “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”, Mt 6:33

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 26 de abril de 2025

La disposición de entregarse a los demás

 La espiritualidad de la entrega y el dar

“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.  Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.  Yo, el Hijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.», Mt 20:25-28

El seguimiento de Jesús no se funda en el hecho de recibir privilegios personales y luego disfrutarlos entre unos pocos, para Jesús ser discípulo consiste en el acto de entregarse por los demás para que muchos reciban los favores.

Hay conceptos opuestos que son obvios: los discípulos buscan recibir y Jesús les enseña que hay que entregarse, dar, servir. Jesús relaciona que aquellos que son sus discípulos están en el servicio, el servicio con entrega y enfatizan la redención. Redención es la liberación de alguien o algo de un estado de opresión, sufrimiento o culpa.  

Desear estar en el seguimiento de Jesús sin servicio no sirve e implica la disposición de entregarse por los demás. La entrega es clave y es servir a alguien. Si manifestamos seguir a Jesús, pero no servimos y no entregamos nada lo que se evidencia es un deseo consciente o inconsciente de retener y que otros nos den a nosotros. Es una clara muestra de egoísmo. La perspectiva de Jesús es otra y nos muestra la estupidez del poder. El seguir a Jesús es un acto libre de alguien que se transforma en un siervo, un discípulo que ve al Señor que entrego su vida por nuestra redención.

»Nunca he querido que me den dinero ni ropa.  Ustedes bien saben que con mis propias manos he trabajado, para conseguir todo lo que mis ayudantes y yo hemos necesitado para vivir.  Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: “Dios bendice más al que da que al que recibe.», Hch 20:34-35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 25 de abril de 2025

El servicio es un asunto del corazón

 Una espiritualidad desarticulada

“La madre de Santiago y Juan, que eran dos de los discípulos, fue con ellos a hablar con Jesús. Cuando llegaron, ella se arrodilló delante de Jesús para pedirle un favor. Jesús le preguntó: —¿Qué es lo que quieres? Ella le dijo: —Por favor, ordena que, cuando estés sentado en el trono de tu reino, mis hijos se sienten siempre junto a ti, uno a tu derecha y otro a tu izquierda”, Mt 20:20-21

Jesús anuncia por tercera vez su muerte, Mt 20:17.19. El Señor está pensando en su sacrificio y dos de sus discípulos están pensando en la “herencia”. Seguramente recordarían lo que les dijo Jesús: “Les aseguro que todos ustedes reinarán conmigo cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en el trono de mi reino poderoso. Entonces Dios cambiará todas las cosas y las hará nuevas. Cada uno de ustedes gobernará a una de las doce tribus de Israel”, Mt 19:28

Jesús nunca asignó los dos puestos de mayor honor, pero Jacobo y Juan reconociendo la inminencia del Reino, deciden tomar la delantera y pedir ese privilegio. Los otros discípulos se indignaron tal vez al ver que habían sido relegados a los lugares inferiores. Jesús interviene y nos da una lección de humildad. El centro del problema es que todos desean el poder

Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: «Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. Pero entre ustedes no debe ser así”, Mt 20:25-26

El seguimiento de Jesús es un asunto de servicio, pero reconoce que el servicio es un asunto del corazón, y si no se transforma el corazón no se puede aspirar al servicio. Lo que puede andar mal no solo es el poder sino también el corazón.

El servicio amoroso y desinteresado no lo podemos buscar sin la gracia de Dios y del compromiso con los valores de su Reino. El servidor de Jesús sirve porque es lo que ha aprendido de su Maestro; no lo hace con ninguna intención estratégica sino como producto de su formación espiritual. Jesús nos dice: “Si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.”, Mt 20:26-27

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox