miércoles, 16 de abril de 2025

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida

 Amor por la vida

 “¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos!”,  Ec 9:7-8

Dios tiene el control de la historia y es vital aprovechar los momentos gratificantes que humanizan, aun cuando estos sean insignificantes. Se trata de vivir como seres humanos sintiendo que se vive en una sociedad que no deja vivir por su exigencia de productividad y eficacia. La alegría, el amor y la amistad forman parte de una espiritualidad liberadora. 

También es la alegría de todos aquellos que sirven a favor de los menos alcanzados en sus necesidades no alcanzadas. Dios disfruta cuando sus criaturas disfrutan. La comida es muestra de la generosidad de Dios; la amistad es señal de su presencia y la alegría es testimonio de fe 

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida, y la característica principal de quien vive la experiencia del Espíritu de Dios es la opción por la vida y las ganas de vivir.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 14 de abril de 2025

Un mundo distinto

 El coraje de existir

“En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido!”, Ec 8:14. “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.”, Ec 7:18

En el libro de Eclesiastés encontramos la palabra vanidad. Se usa 73 veces en el Antiguo Testamento de las cuales 41 se encuentran en el Eclesiastés. El autor describe que “¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!” y al final de sus escritos dice: “Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo.  Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.”, Ec 12:13-14. El autor también expresa “Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido”, Ec 7:13. Es aquí donde nos encontramos con el coraje de existir. Dios ha desbordado los límites de la comprensión humana y es el único que lo sabe todo y lo puede cambiar todo en su tiempo. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Solamente la confianza serena nos permite continuar. “Respeta a Dios y todo te saldrá bien”.  

El creyente, que sabe de la soberanía de Dios y que reconoce los límites humanos, lucha y se entrega hasta el final en procura de un mundo distinto, más cercano al sueño del Creador. Hace todo lo posible por apresurar el Reino venidero, pero deja que lo imposible se encargue Dios.  “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.”, Ec 9:10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 13 de abril de 2025

El peligro de estar solo - Andrés Pérez

Tenacidad

 Una fe terca

“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones.”, Ro 4:18

Una fe terca, reiterativa y obstinada sigue esperando. Dios desafía nuestra fe ante un mundo lleno de injusticias donde podemos encontrar una confianza renovada en Dios y un desbordante entusiasmo por la vida. Nos encontramos frente al Absoluto, Absoluto, Dios es Dios y esto afirma nuestra vida. Nuestro Señor es Totalmente Otro. Él es el Señor de todo cuanto existe y por eso podemos confiar en él y dejar que se encargue de lo imposible. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.

El Reino de Dios nos invita a mirar hacia el futuro sin ansiedad y a esperar el cumplimiento de la obra de Dios. No se construye con la limitación de las manos humanas, pero si en la esperanzada confianza en Dios. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una de sus oraciones expresaba: “Nada de lo que nosotros hacemos es completo. Ninguna oración expresa nuestra fe totalmente. Ninguna confesión trae la perfección. Ninguna visita pastoral trae la totalidad. Ningún programa logra la misión de la iglesia. Esto es lo que nosotros somos; plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, mientras sabemos que ellas sostienen la promesa futura. Nosotros no podemos hacer todo. Puede estar incompleto, pero es un principio, un paso para el camino, una oportunidad para que la gracia de Dios penetre y haga el resto. Nosotros nunca podemos ver el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor y el obrero. Nosotros somos obreros, no constructores, ministros, no Mesías. Nosotros somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 12 de abril de 2025

Discípulos en Tiempos de Preocupación y Ansiedad - Andrés Pérez

Éxodo

 Utopía y Peregrinaje


“¡Aquí viene nuestro Dios! ¡Viene con todo su poder!”, Is 40:9-10

Cuando hablamos de estar en el camino hablamos del peregrinaje. Implica éxodo y es el viaje de los creyentes en Cristo hacia un destino determinado. El término peregrinación proviene del latín peregrinatio, significa viaje al extranjero o estancia en el extranjero. El peregrino encuentra lo sobrenatural en un lugar preciso, en el que se participa de una realidad diferente. Esta realidad está marcada por la utopía que, en el sentido positivo se emplea como proyecto o ideal de un mundo diferente.

Para los seguidores de Jesucristo la utopía es el horizonte de esperanza donde se desea llegar… y se llegará. Es el pan del camino y el anhelo de un mañana diferente. Es también la crítica del presente defectuoso. Nuestra fe es utópica en el sentido que está fundamentada en la esperanza, pero es real. Es alimentada por la promesa, se proyecta hacia adelante y tiene el anhelo de encontrar el mundo prometido por Dios. El mañana esperado es el que tiene la fuerza de transformar el presente. Es una mirada hacia el frente. El profeta Isaías nos dice: “Y ahora, Dios le dice a su pueblo: «No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca.”, Is 43:18-19. La esperanza es un principio de vida y la utopía es el motor de la historia.

La historia avanza hacia los propósitos globales de Dios donde la humanidad es bendecida, Dios es reconocido y adorado y el mal derrotado por medio del Reino de Dios. La palabra final no será el mundo presente de injusticias. No. Es el cielo y la tierra nuevos anunciada por el profeta. “Dios dijo: «Llénense de alegría, porque voy a crear algo nuevo. Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva.”, Is 65:17-18. Esta es la utopía que mueve la historia y la razón que sustenta nuestra esperanza. Nuestra respuesta es unirnos a la Misión de Dios predicando el evangelio, en palabra y obra, transforma toda la existencia humana y erradica la injusticia. Dios nos invita a ser parte de este futuro y esto llena nuestra existencia de esperanza.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 11 de abril de 2025

La gloria de servir a todos

 La Gloria del Amor 

"Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.”, Jn17:22-23

Somos desafiados a buscar la gloria del amor. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros, Jn 13:12-17. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”, Jn 13.35-35. Es acercarnos primeramente al centro que es Dios mismo; para luego estar más cerca unos de otros “para que el mundo crea que tú me has enviado”. Implica escuchar a Dios y escucharnos unos a otros. Es la gloria de servir a todos, ser pequeños, humildes, perdonar. Es aprender a preguntar a semejanza de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti?, Mr 10:51. La gloria que el Señor nos muestra y enseña requiere el máximo sacrificio a costa del abandono, la traición y el maltrato. La majestad y la belleza se manifiestan de una manera diferente, Is 52:13-15; 53. No es triunfalismo barato o números que llamen la atención. Tampoco es mercadeo, lucha de poder, competencia, control, aplausos. Es humildad, amor, misericordia, justicia y verdad en contraposición con el celo, la envidia, el enojo, el orgullo y la arrogancia. Nos llama a encarnar su vida, seguir su dirección y obedecer sus principios, Fil 2:1-11. Está muy lejos de ser una gloria para exaltarnos unos a otros, apelar a las ambiciones egoístas, ser mejores que otros con justicia propia y legalismo. En Jesucristo tenemos el modelo del amor, el servicio, el perdón y la reconciliación. Solo con este tipo de gloria podemos llegar a ser uno entre nosotros e imitar al Dios trino. Necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 10 de abril de 2025

¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

 Hacer lugar

“Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo» Oh Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y estos discípulos saben que tú me enviaste. Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos».”, Jn 17:24-26

Dejar lugar a los demás, actitud fundamental de humildad, supone al mismo tiempo respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter. Cada cual debe promover la libertad y la autonomía de los demás y tratarlos con el máximo amor en el respeto de las diferencias. Respetar las diferencias está lejos del deseo de centralizar, de uniformizar los pensamientos y costumbres, sino por el contrario es dar la oportunidad de apreciar las riquezas que ofrecen los otros y de gozarlas. Del trabajo realizado entre todos a partir de las diferencias, resultará una complementariedad armoniosa y reciproca vivida por el amor. Esta relación de unos con otros, exige un dialogo continuo marcado por el respeto dentro de una Inter comunión creciente. En esta fe trinitaria tenemos la ayuda del Espíritu Santo hacia una progresiva compenetración de unos con otros, conservando la identidad, creciendo en santidad, sirviendo a los demás con los dones que Dios nos dio y recibiendo lo que otros hacen por nosotros. No habrá erosión ni confusión de personalidades donde cada uno crece conforme a lo que es y de acuerdo a su vocación. Habrá intimidad, libertad, alteridad y amor. Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios.  La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 9 de abril de 2025

Be Alright (LIVE) - Evan Craft, Redimi2, Danny Gokey

Cómo nos transforma la oración - Andrés Pérez

La unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida

 Comunión, cooperación, solidaridad y unidad

“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno…”, Jn 17:20-22

El sentido de cooperación, solidaridad y unidad que se basa en el Dios trinitario implica darnos lugar unos a otros. Es un sacrificio, 2 Co 8:2. “Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o demasiado fracturada -muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias- entonces la Trinidad, el Dios que es uno y que es tres, nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos. "La Trinidad aparece como prototipo de sociedad perfecta y de esa forma ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida. Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor. No es solo un camino de una persona a otra, sino también encuentro de amor unos con otros, que se dan mutuamente y comparten la vida. El ser humano ha sido creado a la imagen de Dios y como tal, está llamado a expresar esta relación unos con otros, dando lugar a los demás con humildad y respetando las diferencias. Es un llamado a la humanidad para recorrer este camino. La unión perfecta que se llama unidad se expresa por el amor donde cada persona es libre y misteriosamente autónoma dentro de una asociación íntima y una comunión activa. Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra en proceso circular. Es un camino como un baile incesante, en el cual cada persona se dirige sin cesar a la otra en donación total. El itinerario de Dios es proceso culminado. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox