viernes, 8 de noviembre de 2024

La amenaza oficial

 Miedo y conveniencia

“—¿Es éste su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? Los padres respondieron: —De que éste es nuestro hijo, y de que nació ciego, no tenemos ninguna duda. Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede contestar por sí mismo. Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los jefes judíos, ya que ellos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que creyera y dijera que Jesús era el Mesías.”, Jn 9:20-23

Nos encontramos con unos padres que deciden abandonar la defensa de su hijo ante la presión y las amenazas oficiales que había en ese tiempo. Los padres en cierto sentido intentaron lo mismo que las autoridades. No negaron la ceguera de su hijo. Hicieron algo peor: lo abandonaron ante la amenaza oficial. En vez de apoyar o ser solidarios con su hijo lo dejaron solo. En vez de estar alegres por su sanidad actuaron en base al miedo y la conveniencia. Defender a su hijo implicaba ponerse al lado de su testimonio y quizás sufrir las consecuencias. Los padres debían decidir entre acomodarse con la estructura religiosa y sus reglamentos o bien defender a su hijo. El miedo que tenían era porque los religiosos ya habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo aquel que reconociera que Jesús era el Cristo. Parece veraz el hecho que los padres fueron capaces de dejarlo mendigar en la calle, por lo tanto, serían capaces de abandonarlo frente a una amenaza oficial. La respuesta de ellos fue “Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad”. “No hay peor astilla que la del mismo palo”. Hay determinados momentos en la vida que se nos llama a decidir donde esta nuestra fidelidad, confianza y lealtad. “Si ustedes les dicen a otros que son mis seguidores, yo también le diré a mi Padre, que en verdad lo son.  Pero si ustedes le dicen a la gente que no son mis seguidores, yo también le diré a mi Padre que no lo son.”, Mt 10:32-33

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 5 de noviembre de 2024

Un gusto especial por la misericordia

 Polémicas

“Entonces llamaron a los padres del joven y les preguntaron: —¿Es éste su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver”, Jn 9:18-23

La curación del ciego presento una serie de problemas, conflictos y polémicas. Represento un incidente desagradable para las autoridades y muchos más. Este caso fue una complicación donde la presencia del ciego fue molesta e incluso intolerable. Se diría que a todos les iban mejor las cosas en la medida que esta persona siga ciega y mendiga. Los religiosos llaman a los padres del imputado. Sus padres temen la expulsión de la sinagoga y la censura social. “Los padres respondieron: —De que éste es nuestro hijo, y de que nació ciego, no tenemos ninguna duda. Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede contestar por sí mismo. Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los jefes judíos, ya que ellos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que creyera y dijera que Jesús era el Mesías”. En definitiva, sus padres se alejan de su hijo. Solamente lo reconocen en la medida que este ciego, pero declinan toda responsabilidad por el milagro ocurrido. Para las autoridades era mejor que este joven no se expusiera a tener relación con Jesús, que se guarde su problema y se acostumbre a vivir con su discapacidad. Para Jesús este joven necesita amor, aceptación y sanidad. Jesús sana, libera y da vida. Jesús prefiere el bien de la persona antes que la reglamentación, el legalismo y determinados códigos. No se deja guiar por la institución y sus estatutos en la declaración jurídica del día sábado. Nuestro Dios tiene un gusto especial por la misericordia. “Jesús volvió a hablarle a la gente: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida.”, Jn 8:12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Asuntos inconvenientes

¡Usted nunca ha estado aquí!

“Pero los jefes judíos no creían que ese joven hubiera sido ciego y que ahora pudiera ver.”, Jn 9:18-23

La reacción de las autoridades ante el testimonio muy positivo a favor de Jesús hizo que llamaran a los padres del hombre sanado para indagarlos. Es aquí donde chocan con varios problemas. Primero tenían inconvenientes con Jesús y luego tratan de invalidar el testimonio del hombre curado. Es decir, en vez de corregir sus criterios frente a la realidad, querían “corregir” la realidad sobre la base de sus criterios. ¡Aquí, no pasó nada! ¡Esto no existe! El tema de fondo es que no se trata de un interés real por encontrar la verdad, sino por preservar el statu quo, el poder, la posición, no perder el control, preservar la jerarquía y tradición. Se trata de disimular, desfigurar y hacer otra historia que no es real. Es hacer desaparecer asuntos inconvenientes para buscar una paz barata. Es ignorar y no confrontar datos que nos cuestionan o nos revelan quienes somos. “Hay que borrar los hechos inconvenientes”. Este tema de los religiosos en ese tiempo no es algo ajeno a nosotros. Somos llamados a reconocer nuestras realidades que nos pueden alejar de Jesús. Se nos desafía a vivir en integridad y una verdadera espiritualidad. “Quiero darles un consejo a los líderes de la iglesia… Mi consejo es el siguiente: Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre.”, I P 5:1-4

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

jueves, 31 de octubre de 2024

Sanidad, amor y misericordia

 Reacciones

Cuando Jesús hizo lodo y sanó al ciego era día de descanso obligatorio. Por eso, algunos llevaron ante los fariseos al joven que había sido sanado”, Jn 9:13-14

Cuando Jesús sano al ciego los vecinos llevaron ante los fariseos a este hombre. No sabemos porque lo llevaron. Quizás las palabras de las autoridades significaban el valor supremo para ellos o tal vez estarían ofendidos al ver que alguien había hecho un milagro violando las reglas para el día de descanso. Otra posibilidad es que las personas estaban muy condicionadas debido al sistema de control y su reglamentación. Es decir, si los vecinos se veían como personas que las autoridades los trataban como “malditos pecadores”, no estarían dispuestos a dar la cara, jugarse y verse perjudicados. El miedo, el temor y las amenazas jugaban su parte. Jesús pone en evidencia que para Dios es más importante la sanidad, el amor y la misericordia. Nos muestra su manera de ser porque Dios no desprecia a nadie. A continuación, los religiosos se dirigen al hombre restaurado para averiguar que había sucedido. El relato se repite varias veces y este acontecimiento provoco división. Unos descartan a Jesús porque entienden que la fidelidad a Dios pasa por guardar primeramente el sábado. La estructura, el sistema y la reglamentación esta primero. Lo ven a Jesús como un pecador cuando rompe sus reglas. Jesús había realizado una obra impresionante, pero estaba siendo descalificado como un pecador alejado de Dios. Las autoridades en vez de asumir su responsabilidad ante los hechos le piden el criterio de todo lo ocurrido al que era considerado ciego y pecador. El hombre sanado manifestó una respuesta clara a favor de Jesús y nos ayuda a todos nosotros a no temer en declarar a Jesús como el Señor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 30 de octubre de 2024

Fe creciente y menguante

 Procesos

“Ese hombre …  Jesús”, Jn 9:8-12

El relato de Juan nos presenta a un hombre que va progresando en su comprensión de Jesús hasta confesarlo plenamente: “Creo Señor, y postrándose, lo adoró”. Hay un contraste muy marcado entre lo que le pasa a este hombre que es ciego y los religiosos. Estos dirigentes creían en Jesús según el relato de Jn 8:31, pero luego terminan arrojándole piedras para matarlo, Jn 8:59. La fe puede ser creciente o menguante. Todo lo contario sucede con el que había sido ciego. “Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia. Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios”, Heb 12.1-2

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 29 de octubre de 2024

Chile Noviembre 16 - Talcahuano - Descubre tu camino. Discípulos que forman parte de la historia de Dios, hacen historia y cambian la historia.

 


Discípulos que forman parte de la historia de Dios, hacen historia y cambian la historia. Descubre el camino.

 


Rosario 2024 Descubre tu camino. Discípulos que forman parte de la historia de Dios, hacen historia y cambian la historia.

 


Transformación

 No hay otro nombre

“Ese hombre que se llama Jesús”, Jn 9:8-12

La transformación y sanidad de un ciego fue algo fuera de la experiencia humana y a la gente le costó creerla. El ciego les explico cómo había sucedido su curación. Su testimonio fue sobre “ese hombre que se llama Jesús” Cuando sus vecinos le preguntaron “¿Y dónde esta este hombre?” Su respuesta fue: “No lo sé”. Tampoco podía describir su apariencia física. Nunca lo había visto y nunca había estado con El. El ciego comenzó a desarrollar un proceso de crecimiento con la bendición de Jesús. Solo podía afirmarse en su bendición y seguir adelante. Juan les escribe a sus contemporáneos a realizar un peregrinaje, un desarrollo y proceso que esta fuera del control humano donde solo dependemos de la bendición de Jesús. Los fariseos se refugiaron en su paradigma y tradición: “Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado”. No se alegraron ante este milagro, no afirmaron la misericordia y la verdad. Para ellos la obra de Dios solo podía ser concebida dentro de su estructura y no perder el control. Estos religiosos terminan presionando e interrogando al hombre para que se coloque del lado de ellos, pero el que era ciego dio su primer paso en el seguimiento de Jesús y contradijo sus declaraciones: “Yo digo que es profeta” ¿Dónde solemos colocar nuestra confianza? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Cómo está nuestro proceso de crecimiento en el seguimiento de Jesús? ¿Qué actitudes o acciones puedo tomar para seguir a Jesús?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 28 de octubre de 2024

La vida humana

 Vivir la fe

“Cuando Jesús hizo lodo y sanó al ciego era día de descanso obligatorio. Por eso, algunos llevaron ante los fariseos al joven que había sido sanado… Los fariseos le preguntaron: —¿Cómo es que ya puedes ver? El joven les respondió: —Jesús me puso lodo en los ojos, y ahora puedo ver. Algunos fariseos dijeron: «A ese hombre no lo ha enviado Dios, pues desobedece la ley que prohíbe trabajar en sábado.», Jn 9:13-16

Como iglesia si solo nos metemos en nuestras reglas y ritos entendiendo que el quehacer religioso tiene que ver solo con el culto, la asistencia a los servicios presenciales o virtuales habremos perdido el principal foco que viene por parte de nuestro Señor: “Que la obra de Dios se manifieste”. Tendremos un divorcio entre la adoración del domingo en la celebración y la injusticia del lunes en la vida diaria. Serán temas diferentes con la prioridad siempre puesta en el templo. Ahora bien, si afirmamos que a Dios le interesa la totalidad de la vida humana y su creación, entonces no habrá lugar para una teología que nos separa del dolor, la injustica y el sufrimiento de la gente cualquiera sea su situación. Jesús confronto a las personas que veían a la religión como un fin en sí. Eran capaces de hacerse los ciegos frente a la necesidad humana. La atención y servicio al sufrimiento de la gente no es algo diferente al evangelio. Jesús viola nuestras reglas para demostrar nuestro error. Una fe en Dios que no impulsa a su iglesia a los necesitados y a buscar a la iglesia “sin iglesia” no es la fe de Jesús sino la de los fariseos. Jesús nos sigue confrontando en como vivimos la fe en Dios, que puede ser usada como un escudo para esconder y justificar la indiferencia. "Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.", Mi 6:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 25 de octubre de 2024

Ese hombre que se llama Jesús

 No hay otro nombre

“Ese hombre que se llama Jesús”, Jn 9:8-12

La transformación y sanidad de un ciego fue algo fuera de la experiencia humana y a la gente le costó creerla. El ciego les explico cómo había sucedido su curación. Su testimonio fue sobre “ese hombre que se llama Jesús” Cuando sus vecinos le preguntaron “¿Y dónde esta este hombre?” Su respuesta fue: “No lo sé”. Tampoco podía describir su apariencia física. Nunca lo había visto y nunca había estado con El. El ciego comenzó a desarrollar un proceso de crecimiento con la bendición de Jesús. Solo podía afirmarse en su bendición y seguir adelante. Juan les escribe a sus contemporáneos a realizar un peregrinaje, un desarrollo y proceso que esta fuera del control humano donde solo dependemos de la bendición de Jesús. Los fariseos se refugiaron en su paradigma y tradición: “Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado”. No se alegraron ante este milagro, no afirmaron la misericordia y la verdad. Para ellos la obra de Dios solo podía ser concebida dentro de su estructura y no perder el control. Estos religiosos terminan presionando e interrogando al hombre para que se coloque del lado de ellos, pero el que era ciego dio su primer paso en el seguimiento de Jesús y contradijo sus declaraciones: “Yo digo que es profeta” ¿Dónde solemos colocar nuestra confianza? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Cómo está nuestro proceso de crecimiento en el seguimiento de Jesús? ¿Qué actitudes o acciones puedo tomar para seguir a Jesús?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

Silencios y miradas

  Mirar, observar y meditar “Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y se puso a ver cómo estaba todo. Pero como ya era tarde, se fue...