Oportunidad
El adviento es el tiempo de la espera y Jesús viene a nuestro encuentro. “Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes”, Ez 36:26. Es una acción que viene “desde lo alto” y espera una respuesta “desde el llano”. Desde el momento que Dios nos ama busca nuestra salud. Es aceptar su intervención liberadora y vivir con propósito. Su presencia nos libera de nuestro aislamiento, se instala en nuestra soledad para hacer de ella un lugar en comunión. Es vivir con esperanza.
Dios es paciente, no se resigna, espera obstinadamente algo distinto de nosotros y esto constituye una provocación. La espera y la paciencia genera un espacio en que debe manifestarse la novedad. “Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad.”, Ro 2:4
El evangelio es siempre un inicio, una posibilidad para nacer de nuevo en la persona de Jesucristo. Se abre un nuevo capítulo hacia la esperanza y nos pone en camino hacia el futuro. Pero, para empezar, es necesario que algo termine. La noticia de un final puede convertirse en una “buena noticia”. Cristo es el principio de todo. Con él todo puede comenzar. “En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”, Sal 4:9
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox

No hay comentarios:
Publicar un comentario