martes, 29 de octubre de 2024

Transformación

 No hay otro nombre

“Ese hombre que se llama Jesús”, Jn 9:8-12

La transformación y sanidad de un ciego fue algo fuera de la experiencia humana y a la gente le costó creerla. El ciego les explico cómo había sucedido su curación. Su testimonio fue sobre “ese hombre que se llama Jesús” Cuando sus vecinos le preguntaron “¿Y dónde esta este hombre?” Su respuesta fue: “No lo sé”. Tampoco podía describir su apariencia física. Nunca lo había visto y nunca había estado con El. El ciego comenzó a desarrollar un proceso de crecimiento con la bendición de Jesús. Solo podía afirmarse en su bendición y seguir adelante. Juan les escribe a sus contemporáneos a realizar un peregrinaje, un desarrollo y proceso que esta fuera del control humano donde solo dependemos de la bendición de Jesús. Los fariseos se refugiaron en su paradigma y tradición: “Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado”. No se alegraron ante este milagro, no afirmaron la misericordia y la verdad. Para ellos la obra de Dios solo podía ser concebida dentro de su estructura y no perder el control. Estos religiosos terminan presionando e interrogando al hombre para que se coloque del lado de ellos, pero el que era ciego dio su primer paso en el seguimiento de Jesús y contradijo sus declaraciones: “Yo digo que es profeta” ¿Dónde solemos colocar nuestra confianza? ¿De qué lado nos ponemos cuando está en juego la integridad de las personas? ¿Cómo está nuestro proceso de crecimiento en el seguimiento de Jesús? ¿Qué actitudes o acciones puedo tomar para seguir a Jesús?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejarse cuestionar

  Abrir los ojos “Entonces Jesús dijo: —Yo he venido a este mundo para hacer justicia, para que los ciegos vean y los que ven se queden cieg...