sábado, 17 de junio de 2023

Celosos de su poder

 Los poderosos

«¿Qué debemos hacer con estos hombres? —se preguntaban unos a otros— … Entonces llamaron nuevamente a los apóstoles y les ordenaron que nunca más hablaran ni enseñaran en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan respondieron: «¿Acaso piensan que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él? Nosotros no podemos dejar de hablar acerca de todo lo que hemos visto y oído» Entonces el Concilio los amenazó aún más, pero finalmente los dejaron ir porque no sabían cómo castigarlos sin desatar un disturbio. Pues todos alababan a Dios por esa señal milagrosa, la sanidad de un hombre que había estado lisiado por más de cuarenta años”, Hch 4:16-22

Pedro y Juan estaban con el pueblo y atendían sus necesidades, pero la clase dirigente solo pensó en su poder y se sintió amenazada. La principal causa de la intervención de las autoridades se debe a que estaban resentidos de que enseñasen al pueblo y que se les viera con autoridad. Lucas nos relata que hay estructuras oficiales de poder y estas se suelen unir cuando peligra su control sobre el pueblo. Los poderosos, celosos de su poder y prestigio son quienes encarcelan a Pedro y Juan. En un momento de amenaza y al parecer de fracaso se nos habla que una multitud creyó en Jesús. “Pero muchos de los que habían oído el mensaje lo creyeron, así que el número de hombres creyentes ascendió a un total aproximado de cinco mil”, Hch 4:4. Las amenazas de las autoridades fue mayor, pero Pedro y Juan no les tuvieron miedo. La fe no es solo para los buenos tiempos y no es necesario el prestigio y poder para que la gente crea. En el momento que los poderosos se opusieron con mano fuerte el número de creyentes aumento. “Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana”, 2 Ti 1:7

Carlos Scott

viernes, 16 de junio de 2023

Una Nueva Historia

 Dejar el paso a Dios

"Ahora que Dios ha resucitado a su hijo Jesús, lo primero que hizo fue enviarlo a ustedes, para bendecirlos y para que dejen de hacer lo malo», Hch 3:26

La conversión es dejarnos sorprender por el Señor resucitado, que entra en nuestro presente, lo libera y nos sana del pasado. Nos entrega un futuro distinto, que se ha hecho posible gracias a la fuerza de su amor y a la relación de nuestra vida con él. Convertirse significa construir una nueva historia respecto a las viejas maneras de ser. La resurrección inaugura una nueva creación, hay reconciliación, una nueva vida y somos llamados a celebrarlo en los gestos cotidianos. Es dar el paso a Dios, abrir los ojos y caer en la cuenta de que Jesús fue enviado para bendecirnos y dejar de hacer lo malo.  

Carlos Scott
 

jueves, 15 de junio de 2023

Esperanza cierta

 Ensanchar el corazón

“Nuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacob adoraron a Dios. Y ese mismo Dios es quien nos ha enviado a Jesús como Mesías, y nos ha mostrado lo maravilloso y poderoso que es Jesús … Dios ha hecho que Jesús resucite, y de eso nosotros somos testigos. Nosotros confiamos en el poder de Jesús; y como todos ustedes vieron, esa confianza es la que ha sanado completamente a este hombre… Por eso, dejen de pecar y vuelvan a obedecer a Dios. Así él olvidará todo lo malo que ustedes han hecho, les dará nuevas fuerzas”, Hch 3:13-19

Hace falta coraje para emprender el camino de la fe. Es cuestión de ensanchar el corazón. Es necesario salir de lo incierto y caminar hacia una esperanza cierta. Necesitamos una fe sólida, pero también una certeza de la esperanza. Nuestro peligro es retroceder cuando pensamos que seguir a Jesucristo es muy utópico. Con frecuencia existe una estrechez o una angustia del corazón, que es todavía más preocupante que la estrechez mental. Es limitarnos a nosotros mismos, especialmente limitar al Espíritu de Dios y darle lugar. Para algunos la esperanza, es decir: quizás, a lo mejor, puede ser, ojalá. Nos encerramos en nuestros pequeños horizontes. Jesús es el SÍ de Dios para todos nosotros y su punto final. Por lo tanto, podemos ser abiertos, comunicativos, serenos y vivir con alegría. Abramos las puertas de par en par y dejemos todo miedo para caminar al encuentro del resucitado. Donde hay amor ya no hay lugar para el temor. Pedro le dijo: “En el nombre de Jesucristo de Nazaret, te ordeno que te levantes y camines».  Nuestro futuro no depende de los astros, sino de Jesucristo resucitado.

Carlos Scott

miércoles, 14 de junio de 2023

Estar con Jesús

Un enfoque correcto

“Pedro vio esto como una oportunidad y se dirigió a la multitud: «Pueblo de Israel—dijo—, ¿qué hay de sorprendente en esto? … “Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado, y ustedes saben que él antes era un lisiado. La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos”, Hch 3:12-16

Un hombre cojo de nacimiento fue sanado y el mensaje de Pedro a la multitud tiene como propósito darle el crédito a Jesús y no a Pedro o Juan. Pedro les dice “¿Y por qué nos quedan viendo como si hubiéramos hecho caminar a este hombre con nuestro propio poder o nuestra propia rectitud?” Esta persona fue sana por la fe en el nombre de Jesús. Pedro les recuerda que Dios se ha propuesto bendecir a las naciones por medio de Jesús y que ellos forman parte de esta promesa. “Pues Dios le dijo a Abraham: “Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de tus descendientes”, Hch 3:25. Las autoridades reaccionaron mal y los discípulos fueron enfrentados por los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y algunos de los saduceos. Luego de arrestarlos y meterlos en la cárcel les preguntaron: —¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho esto? Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo que esa persona fue sanada por el poderoso nombre de Jesucristo de Nazaret y añadió “¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos”, Hch 4:12. “Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras. También los identificaron como hombres que habían estado con Jesús”. Hoy y siempre debemos recordar que todo poder, autoridad y salvación la encontramos en el nombre de Jesús. Que todos puedan ver que seguimos a Jesús.

Carlos Scott

martes, 13 de junio de 2023

Misericordia y no sacrificios

 Control y poder

“Mientras Pedro y Juan le hablaban a la gente, se vieron enfrentados por los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y algunos de los saduceos. Estos líderes estaban sumamente molestos porque Pedro y Juan enseñaban a la gente ... ”, Hch 4:1-4

Lucas nos da un resumen de la primera comunidad seguidora de Jesucristo, Hch 2:41-47. En esta primera comunidad se nos dice que “todos en la ciudad los querían” y a partir de aquí pasa a relatar un acontecimiento particular que ilustra dicho resumen y luego contarnos sus consecuencias. Pedro sana a un hombre que no podía caminar (Hch 3:1-10) y luego habla frente al templo a toda una multitud, (Hch 3:11-26). El resultado final fue que a Pedro y Juan los arrestaron y los metieron en la cárcel. Lo primero que se nota es que hay una diferencia bien marcada entre el pueblo y los supuestos dirigentes o jefes. El pueblo esta dispuesto a creer. El pueblo conoce al cojo y se alegra en su sanidad. Las autoridades están mas interesadas en su ideología y no perder su poder. Su preocupación es que el pueblo continue aceptando su autoridad. Muchos se aferran al amor al poder: “Así que los llamaron y les ordenaron: —No le digan a nadie lo que ha pasado, y dejen de enseñar a la gente acerca del poder de Jesús”, Hch 4:19. En definitiva no reconocían que “Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos”, Hch 4:12. Las estructuras de poder buscan controlar y manipular la información. Jesús nos vuelve a decir: “—Les recomiendo que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”, Mc 8:15. “Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, Mt 12:7

Carlos Scott

lunes, 12 de junio de 2023

Nuevas comunidades de Fe

 A todos lados

“Juntos alababan a Dios, y todos en la ciudad los querían. Cada día el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvarán. De ese modo, el grupo de sus seguidores se iba haciendo cada vez más grande.”, Hch 2:46-47

Una de las características en saber que una comunidad de fe es saludable y que está en crecimiento tiene una relación directa con la multiplicación y plantación de nuevas comunidades de fe. La iglesia son las personas y no los edificios. Los inicios de la iglesia se caracterizaron por un movimiento que salió del templo hacia las casas: “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, Mt 18:20. El modelo e ideal bíblico no es que los creyentes lleven una vida separada de la comunidad de fe, pero tampoco es que la iglesia local crezca en tener miles de miembros pensando en su propia estructura y todas sus virtudes y recursos enfocados en un solo lugar. El modelo que vamos encontrando en las escrituras es un movimiento de multiplicación de comunidades de fe o iglesias. El nuevo testamento hace referencia a las iglesias en las casas, Ro 16:5, 1 Co 16:19, Col 4:15, Flm 2. Algunos piensan que la iglesia es y debe ser una gran institución, pero esto representa un enfoque equivocado. Las congregaciones locales se pueden ver limitadas por la burocracia, el énfasis institucional, sus edificios y el mantenimiento de su estructura. Debemos tener presente que el énfasis en la institución nos lleva a la rigidez, la impersonalidad y la jerarquía. Los ministerios terminan siendo espacios de poder. Hay competencias, celos, y lamentablemente todo se puede transformar en una lucha por el poder o el monopolio del poder. En los seres vivos, el crecimiento normal se da por la multiplicación, por la división de la célula, no por la expansión ilimitada de las células existentes. Así debe suceder al pensar en un movimiento de plantación de iglesias a nivel local y global

Carlos Scott

domingo, 11 de junio de 2023

Interdependencia y reciprocidad

Alegría, generosidad y estructuras emergentes

“Se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad”, Hch 2:46
 
Cuando los seguidores de Jesucristo fueron excluidos del culto judío y se convertía gente no judía la iglesia se transformó en una red en casas de familia, Hch 2:46,5:42. Los creyentes oraban, cantaban, disfrutaban de la comunión y adoraban juntos, Ef 5:19, Col 3:16, 1 Co 14:26-31. Se ocupaban de las necesidades materiales los unos con los otros, Hch 4:34, 1 Co 16:1-3. Había enseñanza, edificación y la comunidad compartió el evangelio, Hch 8:4, Hch 11:19-21. El poder del amor en palabra y obra impactaba a la gente del lugar y cada día el Señor añadía los que iban siendo salvos, Hch 2:47. ¿Qué tipo de estructura sostenía a esta comunidad? Es difícil descubrir una organización formal. Lo que podemos visualizar en esta iglesia joven son estructuras emergentes intentando cubrir necesidades o problemas puntuales, Hch 2, 4-6, 12,13,15 y 20. No hay una enseñanza formal o prescripciones sobre algún tipo de estructura. Lo que está ausente es un clero profesional y aunque "muchos sacerdotes obedecían a la fe" (Hch 6:7), no hay evidencia que automáticamente se transformarán en líderes de la comunidad. Lo que encontramos en el libro de los Hechos son diferentes estructuras para diferentes circunstancias. Tampoco se ve el deseo de formar un determinado modelo estructural y que sea igual a todos. Las reuniones caseras parecen haber sido el modelo más habitual. Encontramos un liderazgo, la comunión en grupos pequeños y grandes, redes de comunidades locales en diferentes lugares y el sacerdocio de los creyentes basado en los dones. La red de iglesias no formaba una determinada denominación, pero implicaba la interdependencia. Las comunidades se necesitaban mutuamente unas a otras. Ser iglesia no dependía de los edificios, construcciones, jerarquías. Ser iglesia era ser el pueblo de Dios, la comunidad del Reino de Dios bendiciendo a todas las naciones.

Carlos Scott

sábado, 10 de junio de 2023

Compartir la Esperanza

 A toda la gente

"Ese día, unas tres mil personas creyeron en el mensaje de Pedro. Tan pronto como los apóstoles los bautizaron, todas esas personas se unieron al grupo de los seguidores de Jesús", Hch 2:41

La estructura de una comunidad de fe debe ayudarla a ser iglesia. Toda estructura debe promover la comunidad, edificar a las personas, sostener el testimonio y compartir la esperanza del Reino de Dios. El tipo de odre o estructura debe ser compatible con la forma cultural de la sociedad en la que se encuentra. La iglesia del primer siglo ofrece ejemplos de adaptación cultural y como se extendió rápidamente reuniéndose en hogares sin una superestructura organizacional. Mediante el modelo de gente itinerante y el testimonio de gente común ocupada en la vida cotidiana, mantuvo una red de comunicación y formación de nuevas comunidades de fe que penetró en el imperio de ese tiempo. La iglesia experimenta tensión con la cultura que la rodea, pero debemos asegurarnos de que esa tensión sea del conflicto entre la luz y las tinieblas y no por la incompatibilidad de formas culturales. La violación del principio de viabilidad cultural tiene como resultado una lenta penetración del evangelio. Nuestras ciudades forman un microcosmos cultural y el servicio efectivo demanda sensibilidad. Al pensar en qué tipo de odre es el más compatible con el vino nuevo se requiere discernimiento. Debemos evaluar cada estructura en términos bíblicos y de viabilidad cultural, Mt 9:16-17, Mc 2:21-22, Lc 5:36-39. “Cuando estoy con los que apenas empiezan a ser cristianos, me comporto como uno de ellos para poder ayudarlos. Es decir, me he hecho igual a todos, para que algunos se salven. Y todo esto lo hago porque amo la buena noticia, y porque quiero participar de sus buenos resultados”. 1 Co 9:22-23

Carlos Scott

viernes, 9 de junio de 2023

Perseverancia

 Principios

La iglesia que nace en Pentecostés es una comunidad que por el poder del Espíritu Santo va descubriendo y redescubriendo su misión. Lo que se va destacando es la perseverancia. “Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración”, Hch 2:41-47. "Al ver los milagros y las maravillas que hacían los apóstoles, la gente se quedaba asombrada". La enseñanza apostólica (Apóstol quiere decir enviado) tiene que ver con el envío. La naturaleza de una comunidad apostólica implica que se reconoce como misionera, enviada, abierta y flexible porque está orientada a la misión. La iglesia vive en un mundo siempre cambiante y constantemente debemos pensar que significa ser iglesia para los demás. Toda la vida de los seguidores de Jesucristo es una perseverancia y la comunión que gozaban va más allá del compañerismo. Koinonia es la palabra neotestamentaria traducida como 'comunión', 'compartir', 'contribución', 'común'. Es sociedad, cooperación, solidaridad, compartir sentimientos, necesidades y que la fe tenga una salida práctica. La Comunión o Koinonia es estar de acuerdo con el otro, estar unidos en el propósito, y servir al lado del otro. El amor se manifiesta de una forma concreta: "Los seguidores de Jesús compartían unos con otros lo que tenían". El principio era que no haya ningún necesitado entre nosotros, Dt 15:4,10-11. Somos llamados como comunidad misionera a ser un reflejo, aunque quizás imperfecto, del orden que anunciamos. La cena del Señor fue el centro del culto, se reunían en casas y compartían sus comidas con gran alegría y generosidad. La fe cristiana es fe comunitaria. Esto constituía una celebración de la vida, muerte, resurrección y el futuro regreso del Señor Jesucristo. La comunidad alababa a Dios, oraba y todos en la ciudad los querían. La iglesia le atribuía todo lo que era y lo que tenía a Dios. "Cada día el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvaran. De ese modo, el grupo de sus seguidores se iba haciendo cada vez más grande".

Carlos Scott

jueves, 8 de junio de 2023

Justicia y Equidad

Un nuevo orden

»Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos. Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy… Las palabras de Pedro traspasaron el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?  Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo. Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos, es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios», Hch 2:32-39

El Reino de Dios es la autoridad y el poder de Dios en acción para destruir todo mal. En el nuevo orden esta Dios y en consecuencia nos encontramos con la ley del amor, que lleva a la verdadera justicia y equidad. El orden existente se opone de muchos modos al orden del reino cuando se oprime a los pobres y se aprovechan de los débiles. La naturaleza inclusiva y niveladora sobre el derramamiento del Espíritu Santo indica que Dios valora a los despreciados del mundo y a toda persona convirtiéndoles en sujetos de su amor y les da el poder para que sean testigos. El Espíritu libera de todas las opresiones, atiende todas las necesidades humanas y dignifica a todos aquellos que la sociedad tiene como cosas desechables. Somos llamados a mostrar las señales y evidencias de un nuevo amanecer. El Espíritu Santo es la novedad y superioridad de un nuevo orden. La fe cristiana es una fe pública y no se debe convertir a la esfera de la vida privada a causa del individualismo que inutiliza el poder transformador del evangelio. Una vez más se nos llama a unirnos a la misión de Dios, participar en la vida pública integrando sus consecuencias sociales y políticas, ser una comunidad o sociedad alternativa y colocar todas las cosas bajo el poder de Cristo, Ef 1:9-10.

Carlos Scott


miércoles, 7 de junio de 2023

Unidad y Misión

 Modelos

“Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total”, Hch 2:40-41

La palabra de Dios nos presenta buenos y malos modelos. Entre lo que no es bueno nos encontramos con el modelo de Babel, Gn 11:1-8. Se describe que eran personas religiosas, laboriosas, creativas, se superaban a sí mismas y trabajaban en equipo. Formaban un solo pueblo, hablaban un solo idioma; y todo lo que se proponían lo podían lograr. Pero Babel no es bien vista. Dios dijo “Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos. De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y por lo tanto dejaron de construir la ciudad”. ¿Cuál fue el problema? Babel fue el modelo de la cultura, lengua y verdad única. Había gente con virtudes y recursos, pero sin una visión hacia fuera. Estaban encerrados en sí mismo y quizás no había lugar para el valor del desacuerdo y la diferencia. Este modelo podría ser el que tienen actualmente algunas comunidades de fe. Por otro lado, nos encontramos con el modelo de Pentecostés. Fue una comunidad que proclamo las maravillas de Dios. Su énfasis no fue su estructura o "etiqueta denominacional". Se destaco la unidad sin caer en la uniformidad y celebro la fiesta de la diversidad lingüística, social, cultural y sexual (hombres y mujeres por igual recibieron el Espíritu Santo). Ninguna lengua predomino sobre las demás. Todo fue diferente en Pentecostés porque se derramo el Espíritu Santo y nació una iglesia para los demás. Compartió el mensaje, fue capaz de proyectarse en el otro y lo hizo con pasión. Hubo un sentido de unidad y misión. El centro de atención de Dios es el mundo y la extensión de su Reino. Es ahí donde es clave el rol de la iglesia. Eligio a su comunidad global como responsable de ser un instrumento del Reino de Dios. Pentecostés puede ser nuestro modelo. “Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo”, Ef 1:9-10

Carlos Scott

Creer y seguir creyendo

  Procesos “Y postrándose, lo adoró.”, Jn 9:35-38 El evangelio de Juan nos sigue confrontando con la transformación de un ciego y su proceso...