martes, 8 de marzo de 2022

UNIDAD

 La misión en unidad


“Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o demasiado fracturada - muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias- entonces la Trinidad, el Dios que es uno y que es tres, nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos."

Cristo es la verdadera señal de unidad y desde su principio, el Señor nos ha desafiado al trabajo en equipo. José Miguez Bonino nos habla que «la misión puede ser el principio material de nuestra unidad». La cooperación en la tarea práctica de la misión es el primer paso hacia una unidad más profunda.

El cuerpo de Cristo desde su perspectiva es indivisible y la unidad ha sido lograda por medio de Jesucristo. Jurgen Moltmann comenta que nuestro pasado puede ser denominacional, pero nuestro futuro es ecuménico. Nuestro gran desafío es cómo convivir en la diversidad.

Ser una comunidad trinitaria implica que hay diversidad sin uniformidad, diferencia sin división y distinción sin individualismo. La comunidad de la iglesia debe ser como una danza de vida y amor. Debemos dejar la división, pero no la diferencia; dejar la uniformidad, pero no la diversidad; dejar el individualismo, pero no la distinción y personalidad.

La comunidad implica hacer espacio para otros/as, vaciarnos de nosotros mismos y ser humildes. Respetar, dar dignidad y tener una relación cara a cara.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

Puerta estrecha, camino angosto - Pr. Norberto Saracco

lunes, 7 de marzo de 2022

HUMANIDAD

 Una nueva humanidad


La imagen de Dios es comunitaria y la Trinidad ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida.

Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida.

Somos llamados a seguir esta vocación en caminar, participar y construir una comunión a pesar que el pecado obstaculiza esta unión y que no será perfecta antes del final de los tiempos.

Nos toca vivir en función de la misión de Dios y contribuir constantemente a la realización de la unidad que Jesús pide en una de sus más profundas oraciones, Jn 17:21.

Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 6 de marzo de 2022

FE TRINITARIA

 Una Fe relacional que manifiesta la unidad


Tenemos una fe trinitaria que es una fe relacional. Dios en tres personas, pero siempre uno. Su oración es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21.

Para describir la trinidad algunos usan la palabra perijóresis o perichóresis. Se trata de un término griego que está construido por dos palabras: una es peri (alrededor) y la otra choreo (danzar). Es bailar juntos danzando en círculo o alrededor. Significa “intercambiar lugares”, “danzar en torno”. Una danza de vida y amor.

La trinidad es una danza divina de tres personas que se aman unas a las otras y se reciben plenamente, en donde cada una de ellas se vuelve “una” con las otras. La permanencia y la morada de una de las tres Personas en la otra significa que son inseparables, que no han de separarse.

Esta fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse realizándose en las otras. Hay una compenetración. Cada persona está en el otro y viceversa, sin mezcla, fusión o confusión. Se mantiene la personalidad, sin caer en el individualismo. Hay unidad con distinción, distinción sin mezcla, y unidad sin separación.

El texto de Juan 17 presenta el modelo de la unidad sobre la base del amor trinitario. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente, donde sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 5 de marzo de 2022

GLORIA

 "Que vean mi gloria, la gloria que me has dado…” Jn 17.20-24.


En el evangelio, el momento máximo y supremo de gloria es cuando Jesucristo entrega su vida en la cruz.

Mientras muchos se rinden gloria mutuamente, Jesús se sacrifica en busca del bien de los demás. “Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”, Mr 10.45.

La gloria que Dios le otorga a Jesucristo tiene una relación directa con la encarnación. Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo y Juan nos dice que hemos contemplado su gloria. Es una manifestación de servicio y entrega.

Somos desafiados a buscar una gloria diferente. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros, Jn 13.12-17. Es la gloria del amor. “Que se amen los unos a los otros" Es la gloria de servir a todos, ser pequeños, humildes, perdonar y recibir a otros.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 4 de marzo de 2022

RELACIÓN

  Ampliando los espacios y liberando a la gente


Hemos sido creados a la imagen de Dios que implica una fe trinitaria, una comunidad de fe y relación. Es como una danza circular donde nos miramos y nos movernos a la entrega y el intercambio mutuo sea por obras específicas, la oración y relación espiritual.

Moverse, caminar, ampliar espacios y soltar a la gente implica la oportunidad para el desarrollo y realizar la misión sin obstáculo, ni estorbo.

Dejar lugar a los demás supone respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter.

Esta relación de unos/as con otros/as, exige un diálogo continuo para trabajar por la verdad, la justicia y la paz y serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios.

La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos/as a otros/as para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Es el modelo para una sociedad mas justa.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 3 de marzo de 2022

SABIDURÍA

 "Es mejor tener sabiduría que armas de guerra, pero un solo pecador puede destruir muchas cosas buenas." Eclesiastés 9:18


En todo el mundo nos estamos despertando con una nueva realidad. Hay incertidumbre y ansiedad.

La fragilidad de la vida nos ayuda a levantar nuestra mirada. Lo importante son las decisiones que tomamos en cuanto a cómo vivir ahora, lo que importa y lo que no.

En las manos de Dios podemos descansar porque en su amor podemos vivir y confiar. El amor de Dios es perfecto, cierto y completo y su perfecto amor nos ayuda a echar fuera el temor.

Nuestra oración: "Enséñame a vivir el hoy de tal manera, que el mañana no tenga que reprocharme el ayer".

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 1 de marzo de 2022

SANIDAD

 El Reino de Dios y la sanidad de las naciones.


Jesús habló sobre el Reino de Dios y su extensión progresiva sobre las naciones hasta que llegue a su plenitud, Mt 13, Mc 4:26-32, Lc 13:18-21. Es la soberanía de Dios sobre toda la creación. 

Las parábolas de Jesús hacen referencia al Reino que se explica por una semilla y una levadura. Crece de manera imperceptible, los inicios son pequeños, poco impresionantes, misteriosos, pero el crecimiento se logra, avanza y las personas se sorprenden.

En Jesús el reino se hizo presente y se nos llama a compartir las buenas nuevas, Lc 4:43, 8:1, 9:2, 60, Mat 24:14. Jesús nos dice: "Si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes”, Lc 11:20

Las personas pueden experimentar este reino y entrar en él con los ojos de la fe. El Reino de Dios se hará manifiesto al final de los tiempos en toda su plenitud.

"Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra", Ef 1:9-10

Oramos por la salud y sanidad de todas las naciones, Ap 22:1-5

Carlos Scott


Foto de Gilbert Lennox

lunes, 28 de febrero de 2022

REINO

¡VENGA TU REINO!

Jesús coloca su enfoque en el Reino de Dios y nos ayuda a pensar en este orden donde la oración extiende su Reino. Es interceder por la nación y las naciones. No se trata de magia o de manipular a Dios con una determinada técnica. Sencillamente es pedirle a Dios: “¡Venga tu Reino! Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo”.

»Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12

Buscar la bendición de todas las etnias y de la nación implica tomar riesgos cuando enfrentamos el mal. Dios tiene como propósito bendecir a todas las naciones, derrotar el mal por medio del Reino de Dios y ser reconocido recibiendo la gloria.

Nos unimos a SU MISION en anunciar la buena noticia que Dios ha venido a derrotar el mal, salvar y bendecir a la gente de todos los pueblos y reinar sobre todas las naciones, Mt 12:28. 

Carlos  Scott

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 27 de febrero de 2022

PAZ

 Obreros de paz

“Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9, RV60

El tradicional concepto cristiano de paz es ausencia de conflicto. En vista de ello, y según muestra el pasaje que nos sirve de referencia, los pacificadores son aquellos que no tienen conflicto con nadie. Bienaventurados los que carecen de conflicto. Felices los que no se meten en líos con nadie. Obviamente ésta es una mirada incompleta de la paz. Es lo que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer llamaría: “paz barata”.

Escuche cómo Dios recrimina a su pueblo a través del profeta Jeremías. “…desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”. (Jer. 6:14, RV60)

La ausencia de paz en la otrora ciudad de Jerusalén se debía a la violencia, la maldad, los robos y las injusticias que sufría el pueblo (lea con atención Jeremías 6:6-7). En un contexto así es imposible tener paz, aunque fuera el profeta o el sacerdote quien a viva voz la promoviera.

“No hay paz en un contexto de injusticia”.
“No hay paz donde hay hambre”.
“No hay paz donde hay desigualdad social”.
“No hay paz donde faltan oportunidades para la educación de todos”.
“No hay paz donde no hay bienestar general”.
“No hay paz donde hay explotación, falta de libertad, miseria, sufrimiento, enfermedad, etc.”

De acuerdo a este concepto más amplio de paz, el shalom de Dios, entonces debemos pensar en que los pacificadores a los que Jesús se refiere en su bienaventuranza son aquellos que trabajan por establecer la paz, es decir, por crear las condiciones necesarias para que exista paz entre los hombres y, en consecuencia, trabajan por quitar los obstáculos que la impiden (injusticia, hambre, explotación, corrupción, mentira, fraude, violencia, etc.).

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”.
Mateo 5:9, NVI.

Ante esta definición amplia de paz, podemos decir con toda certeza que Juan el Bautista fue un pacificador, aunque confrontó duramente a las autoridades de su pueblo (Lc. 3:7-14). Jesús fue un pacificador aunque condenó la injusticia y mostró un camino nuevo y justo a seguir (Mt. 10:34). El apóstol Pablo fue un pacificador aunque creaba disturbios en casi todos los lugares que visitaba (véase por ejemplo: en Filipos, Hch. 16; en Atenas, 17:15). Es válido preguntarse, en el caso de estos tres ejemplos de pacificadores: ¿Cómo acabaron sus días terrenales?

Permítame preguntarle, ¿es usted un pacificador según este segundo concepto que complementa al anterior? ¿Qué estamos haciendo por lograr la paz en nuestro país? ¿Qué estamos haciendo para evitar las injusticias y mentiras que nos rodean? ¿Somos agentes de paz en nuestro vecindario, en nuestro lugar de trabajo, en nuestra propia casa? ¿Estamos dispuestos a ser pacificadores al estilo de Juan, Jesús y Pablo, aunque eso nos lleve a la confrontación o a la pérdida de esa paz barata y pasajera? Registremos nuestro nombre al de innumerables obreros que trabajan incansablemente por la paz desde el lugar donde Dios los ha puesto. Ellos y nosotros somos llamados hijos de Dios.

Carlos A López

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 26 de febrero de 2022

Anuncios

 Anuncios importantes...


El primer anuncio de Juan el Bautista fue ¡Aquí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!, Jn 1:29. Juan compara al Cristo con un cordero y nos ofrece una imagen de su identidad.

Ser semejante a Jesucristo en su identidad implica que en el Reino de Dios “la sumisión y la quietud son las características de los más fuertes”.

Al decir que Jesús quita el pecado del mundo estamos diciendo que lo divino puede tocarnos y cambiarnos. Sería muy difícil o casi imposible ver un cambio en nuestras propias vidas si Jesús no quita el pecado.

Su segundo gran anuncio fue que Jesucristo es el que Bautiza con el Espíritu Santo, Jn 1:33. Necesitamos de este bautismo para nacer de nuevo y día tras día andar en nueva vida. Es saturar nuestro ser con su Espíritu. Significa hundirnos, sumergirnos, empaparnos de Él. Es algo divino que ningún otro puede hacer, Jn 20:19-23.

Su tercer gran anuncio fue que Jesucristo es el Hijo de Dios, Jn 1:34. Conocer la identidad de Cristo es un don del cielo. “En ese momento le había sido revelado a Juan que Jesús no era otro que el Hijo de Dios”. “Nosotros le conocemos porque el escogió darse a conocer”.

Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el que nos bautiza con el Espíritu Santo y es el Hijo de Dios. ¿Lo crees? Te invito a creer y entregarte a Jesús. Tu pecado es borrado y perdonado, eres bautizado por su Espíritu Santo y una nueva vida comienza porque solo el Hijo de Dios puede hacer esto.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

Asuntos inconvenientes

¡Usted nunca ha estado aquí! “Pero los jefes judíos no creían que ese joven hubiera sido ciego y que ahora pudiera ver.”, Jn 9:18-23 La reac...