lunes, 13 de octubre de 2025

Los inicios de la iglesia se caracterizaron por un movimiento que salió del templo hacia las casas

Una espiritualidad sencilla

¿Qué elementos podemos tener en cuenta para saber si somos una iglesia saludable? ¿Qué implica ser una iglesia saludable?

Los inicios de la iglesia se caracterizaron por un movimiento que salió del templo hacia las casas: “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, Mt 18:20. La iglesia son las personas y no los edificios. Se apela a una sana comunidad de fe. El ideal bíblico no es que la iglesia local crezca en tener miles y miles de miembros para mantener su propia estructura. El modelo que vamos encontrando en las escrituras es un movimiento de discípulos que se multiplican y forman comunidades de fe o iglesias. El nuevo testamento hace referencia a las iglesias en las casas, Ro 16:5, 1 Co 16:19, Col 4:15, Flm 2.

Algunos piensan que la iglesia es y debe ser una gran institución, pero esto representa un enfoque equivocado. Las grandes congregaciones locales se ven limitadas por la institucionalización, la burocracia y el énfasis en los edificios. Debemos tener presente que el énfasis en la institución nos lleva a la rigidez, la impersonalidad y la jerarquía. Los ministerios terminan siendo espacios de poder. Hay competencias, celos, y lamentablemente todo se puede transformar en la lucha por tener poder.

Ver una sociedad y las naciones transformadas con el evangelio implica la formación de nuevas comunidades que no dependerán de edificios o estructuras institucionales. Si el crecimiento está limitado por las estructuras, propiedades o edificios estamos en un grave problema. La iglesia no es el templo o edificio. Estar más cerca del templo no significa estar más cerca de Dios. La iglesia es la gente.

El mayor obstáculo para que la iglesia crezca en sencillez es la falta de visión en continuar con un movimiento de discípulos que forman nuevas comunidades de fe. ¿Qué impide?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 12 de octubre de 2025

A Jesús lo encontramos en el camino, en movimiento y junto a él una comunidad que le sigue

De un lugar a otro

“Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios”, Lc 24:50-53

A Jesús lo encontramos en el camino, en movimiento y junto a él una comunidad que le sigue. El Señor nos muestra que la fe se vive en “salida”, hacia afuera. Jesús se compromete en ser nuestro guía cada vez que nos movamos para anunciar el evangelio. Todo esto es posible con su bendición que significa la provisión de Dios para el desarrollo del ser humano. Los discípulos saludan la partida del Señor no con el llanto sino con la alegría. “Los discípulos regresaron a Jerusalén con gran alegría”. Deberán enfrentar un mundo donde nada ha cambiado, donde actúan las fuerzas del mal, el sufrimiento, la muerte, el odio y a su vez anunciar que todo ha cambiado. Deben afrontar un mundo hostil llevando la paz, el amor y el perdón donde lo harán con la fuerza y la alegría de lo alto. Estos testigos van a declarar que el cielo es posible traerlo a la tierra. Jesucristo ha resucitado, es el tiempo de la esperanza y su bendición nos llena de alegría.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 11 de octubre de 2025

Por su gracia, Jesús nos alcanza, nos encuentra, no solamente cuando lo buscamos, sino también cuando huimos. Jesús sale a nuestro encuentro y vuelve a encender el fuego que todos necesitamos para vivir

Saber y comprender

“Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón». Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan.”, Lc 24:33-35

Solemos tener información de muchas cosas, pero no a todas les podemos dar una explicación. Saber no necesariamente significa comprender. Jesús nos ayuda a encontrar el sentido de la vida, nos comparte la escritura y se nos revela en el gesto de partir el pan. Todo esto es una acción de gracia. Cleofás y el otro discípulo se habían alejado de Jerusalén y se separaron de la comunidad. Se alejaron de un lugar peligroso donde comenzaría la expansión de su gloria. Por su gracia, Jesús nos alcanza, nos encuentra, no solamente cuando lo buscamos, sino también cuando huimos. Jesús sale a nuestro encuentro y vuelve a encender el fuego que todos necesitamos para vivir. Se trata de encender nuestro corazón porque Dios nunca pierde el corazón, nunca. Quizás sea necesario que salga nuevamente a nuestro encuentro para percibir un latir diferente del corazón. Necesitamos tener una chispa de aquel fuego, un gran espíritu de aventura y un amor al riesgo para ir a "Jerusalén”. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres», Mt 4:19. “Su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos!”, Jer 20:9.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 10 de octubre de 2025

La palabra que nos alcanza es siempre el fenómeno de estar en el camino

 Una chispa

“Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?, Lc 24:32

El día que Jesús resucitó se encontró con dos de sus seguidores en el camino a Emaús, Lc 24:13-35. Salían de Jerusalén que se había transformado en un lugar peligroso. Estos creyentes estaban abatidos y preocupados. Sus sueños destruidos. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret. Jesús habló con ellos y la oscuridad se hizo luz. La invitación fue simplemente a leer y a entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva y confiarnos a la guía del Espíritu. Jesús les dio significado a las cosas, les presentó un gran panorama y sus vidas tuvieron sentido “Entonces se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. “Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? La palabra que nos alcanza es siempre el fenómeno de estar en el camino. Ellos regresaron a Jerusalén, lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el ritmo de los latidos del corazón”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 9 de octubre de 2025

Siempre hay un pan partido que nos da nueva fuerza y confianza

Partir el pan

“Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció”, Lc 24:30-31 

Jesús fue reconocido no precisamente por abrir un libro, sino en el acto de partir el pan. Es un pan que despierta los sentidos y nuestro entendimiento. Es un don que se recibe con los ojos. Nuestra distancia con el Señor puede estar marcada por no saber ver y permanecer bajo el signo de la palabra y del pan. Después de haber acumulado tanto cansancio y recibir decepciones, siempre hay un pan partido que nos da nueva fuerza y confianza. “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre”, Jn 1:14. El sendero de la vida que el Señor nos muestra nos permite dejar atrás las caras largas, las lamentaciones, el desánimo, los suspiros, las frustraciones. “Me mostrarás el camino de la vida; me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre”, Sal 16:11. El caminante misterioso que se une a los viajeros a Emaús enciende sus corazones con una palabra y luego lo reconocen al partir el pan. La resurrección es una fuerza que transforma la realidad. “Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan”, Lc 24:35.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 8 de octubre de 2025

—Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida”, Jn 8:12

 Alcanzar lo que esta delante

“Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos insistieron: —Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche. Así que entró para quedarse con ellos”, Lc 24:28-29

La invitación a que se quede con nosotros será nuestra oportunidad para comprender y abrir los ojos. No podemos detenerlo y llevarlo hacia atrás. Jesús seguirá andando por el camino, se adelantará, va más lejos y nos espera más allá. Él debe lanzarse hacia delante y nosotros con él. Nos espera en la cita de lo imprevisible, exige la prueba de la atención, está presente en la mesa de la común humanidad y nosotros tenemos que reconocerlo. No podemos privatizar la misión porque es la misión de Dios. Es inútil retener a Jesús y a todos aquellos que le siguen para ir por donde Él quiere caminar. “Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará”, Jn 12:26. “Jesús volvió a hablarle a la gente: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida”, Jn 8:12. “Que el Señor les guíe el corazón a un entendimiento total y a una expresión plena del amor de Dios, y a la perseverancia con paciencia que proviene de Cristo”, 2 Ts 3:5

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 6 de octubre de 2025

Es necesario dejarnos abordar por su Espíritu y su palabra, que haga saltar una chispa que encienda la vida

Comenzando a entender

"—¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras", Lc 24:25-27

Jesús nos lleva al principio para hacernos descubrir el verdadero sentido de todas las cosas. Es necesario comenzar de nuevo desde el principio y ser aprendices del evangelio. No se trata de tener respuestas cerradas o preparadas. Se trata de tener una nueva mirada y el corazón preparado. Es ir al evangelio con alegría y descubrir un río de agua viva. Se trata de pensar, profundizar, repensar, interiorizar, recrearnos y respirar aire puro. Es necesario dejarnos abordar por su Espíritu y su palabra, que haga saltar una chispa que encienda la vida, que renueve algo dentro nuestro y el camino a seguir se vea como una aventura que alegra el corazón. Todo es cosa de apasionados y estar enamorados. Jesús nos acompaña y ora por nosotros: "Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. Y me entrego por ellos como un sacrificio santo, para que tu verdad pueda hacerlos santos.”, Jn 17:17-19. Tengamos el coraje de arriesgar el corazón y encender la vida.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 4 de octubre de 2025

No claudicar y volver atrás

Lo que esperábamos...

“Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que murió”, Lc 24:21

Como ellos nosotros tenemos necesidad de desahogarnos, de compartir las desilusiones, porque nosotros esperábamos… ¿Qué esperabas? ¿Qué es lo que esperábamos? Esperábamos una iglesia sin legalismo, lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas. Esperábamos una comunidad de gracia, libertad, respeto, ternura y cuidado mutuo. Esperábamos salir de modelos de repetición y jerárquicos. Esperábamos hallar pastos y movernos en libertad. Esperábamos un espacio para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza. Esperábamos vivir el poder del amor, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad. Esperábamos una comunidad donde hacer amigos, hospitalaria y espiritual. ¿Qué esperabas?... ¿Y Ahora qué? Volvamos a lo que Jesús espera de nosotros. Es no claudicar y volver atrás. “Nosotros no somos de los que retroceden”. Es amar, perdonar, pedir perdón, saber dejar atrás. Es sostener la esperanza, la fe y el amor. “El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios”. Es mirar al Señor y seguir su caminar. “Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras. Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo». "El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.” “Jesús nos dice: —Entonces cuida de mis seguidores, pues son como ovejas.”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 3 de octubre de 2025

Cuando la soledad nos rodea hay alguien que está empeñado en caminar con nosotros

 Reconociendo la luz

“Mientras conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar con ellos”, Lc 24:15

Algunas veces perdemos la capacidad de darnos cuenta de que Jesús camina con nosotros. Esto le paso a dos de sus discípulos en su camino hacia Emaús. Hay veces que no lo reconocemos a causa de nuestro cansancio y desorientación. Y Jesús nos pregunta “—¿De qué están hablando por el camino?” ¿Cuál es nuestro estado de ánimo? Es como si conociéramos demasiado nuestra oscuridad como para darnos cuenta en lograr reconocer la luz. Nuestra esperanza a veces tiene poco aguante y una esperanza de poco aguante no es esperanza. No siempre lo que queremos aparece cuando lo pedimos. Nos cuesta esperar y sufrir en silencio. Es necesario caminar y escuchar. Necesitamos ver más allá. Cuando la soledad nos rodea hay alguien que está empeñado en caminar con nosotros. En medio del camino Jesús se sienta a la mesa, toma el pan, lo bendice y nos da el alimento necesario para que se nos abran los ojos. Un corazón apagado necesita nuevamente escuchar las palabras de Jesús. Es ahí donde todo vuelve a comenzar y el corazón comienza a encenderse. La oscuridad se transforma en luz, el desánimo en una pasión incontenible y el cansancio en una fuerza que nos permite lograr lo imposible. Solo Jesús, solo él y nada más. Respira la vida: “El Señor ha resucitado”.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 1 de octubre de 2025

La invitación de Jesús es seguir para poder ver

Seguir para poder ver

“Entonces Jesús le dijo: —Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme.”, Jn 20:29

Estar en el seguimiento de Jesús es un proceso que comienza y nunca acaba. La invitación de Jesús es seguir para poder ver, y no ver para poder seguir. Implica creer y seguir creyendo. Muchos quieren ver antes de comprometerse, pero bienaventurados son los que creen sin ver porque luego verán. “Sin la seguridad de haber visto y entendido todo, estamos llamados a arriesgarnos y actuar en la confianza de que Dios será fiel a su carácter y promesas. Como dijo Pablo, estamos llamados a vivir no por vista, sino por Fe, 2 Co. 5:7. Esto cambia nuestra historia y cambia la historia. “Aceptemos por tanto nuestro camino. Que es siempre un camino incomodo, lleno de dificultades y de sorpresas. Saber caminar a oscuras, saber correr el riesgo, saber gustar la aventura cristiana en todo su maravilloso dramatismo”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Los inicios de la iglesia se caracterizaron por un movimiento que salió del templo hacia las casas

Una espiritualidad sencilla ¿Qué elementos podemos tener en cuenta para saber si somos una iglesia saludable? ¿Qué implica ser una iglesia s...