domingo, 10 de marzo de 2024

Alegría

 Celebrar

“El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero los sirvientes sí lo sabían. Enseguida el encargado de la fiesta llamó al novio y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino, y luego, cuando ya los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final» Jesús hizo esta primera señal en Caná de Galilea. Así empezó a mostrar el gran poder que tenía, y sus discípulos creyeron en él”, Jn 2:9-11

Cuando nuestras propias vidas se transforman en insípidas y se pierde el sabor para celebrar es cuando necesitamos un milagro del Señor. Nos hace falta una cosa más importante que el vino. Sin Jesús la vida es monótona, amarga y vacía. La vida parece pesada y carente de interés, pero con Jesús la vida es algo excitante y maravillosa. La vida se convierte en algo ágil, dinámico, emocionante. No debemos renunciar a celebrar la vida. Cuando Jesús entra en la vida de una persona es como convertir el agua en vino. Jesús es la alegría de la humanidad.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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