viernes, 26 de agosto de 2022

Un Dios que no se esconde

 Amor sin límites

La parábola del Padre amante nos enseña que Dios busca a las personas y quiere encontrarlas, Lc 15:1-32. Como personas somos llamados a descubrir a un Dios compasivo. Dios es un Dios que no se esconde. Es la historia del amor que siempre estuvo antes de cualquier rechazo y que sigue presente después de los rechazos. Es el amor que siempre da la bienvenida a la casa y siempre lo quiere celebrar.

"Jesús también les dijo: «Un hombre tenía dos hijos. Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia.” Entonces el padre repartió la herencia entre sus dos hijos. »A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero. »Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre. Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca. Al joven le daban ganas de comer aunque fuera la comida con que alimentaban a los cerdos, pero nadie se la daba. »Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” Entonces regresó a la casa de su padre. »Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos." Lucas 15:11-20

Carlos Scott

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