miércoles, 5 de mayo de 2021

¿Alguna vez tuviste que experimentar el desprecio de otros? ¿Como lo pudiste superar?

 ¿Alguna vez tuviste que experimentar el desprecio de otros? ¿Como lo pudiste superar?


Una mujer que tenía una niña poseída por un espíritu maligno, se arrojó a los pies de Jesús. Esta mujer era extranjera, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara al demonio que tenía su hija, Mt 15:22

El evangelio de Mateo nos relata que “Jesús no le respondió palabra” y sus discípulos le rogaron que la despidiera. Seguidamente Jesús le dijo que había venido primero a darle una oportunidad a su pueblo. La mujer nuevamente pidió su ayuda, pero la respuesta que siguió por parte de Jesús fue muy cruel. Jesús le dijo: "No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros". En otra perspectiva su respuesta ejemplificaba el egoísmo, desprecio y mezquindad de la clase dirigente y de todo un pueblo que no supo entender el alcance del Reino de Dios a todos y a todas.

Este episodio describe a Jesús saliendo de Palestina y de territorio judío ((Mc 7:24-30, Mt 15:21-28). Jesús entra en territorio gentil. Los cananeos eran enemigos ancestrales de Israel. Jesús está presentando la amplitud del Reino de Dios que viene para todos incluyendo a nuestros enemigos.

Jesús con la actitud intencional de ir a la región de Tiro y Sidón muestra que los gentiles no son inmundos sino que ellos también tienen lugar en el Reino de Dios.

Esta mujer experimentó el desprecio, la indiferencia e insensibilidad, pero nada pudo detener su fe en aquel que podía cambiar su situación. Jesús sigue despertando una fe inquebrantable en aquellos que están lejos del poder y lejos de toda lucha por mantener una posición de prestigio.

Jesús es el pan de vida (Jn 6:35), pero solo las migajas llegan a los que están debajo de la mesa. Encima de la mesa está el pan que es el evangelio para todos y todas. Es el evangelio de la empatía, reconciliación, apego, cercanía, respeto y dignidad.

Esta mujer rechaza la posición de quedarse en silencio y participa con audacia, fe y gran percepción. Responde con agudeza y se vuelve voz de los marginados: “Sí, Señor –respondió la mujer-, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos”, Mc 7:28 ¿No puedo comer lo que los hijos arrojan al piso?

“Jesús le dijo: Por haberme respondido así, puedes irte tranquila; el demonio ha salido de tu hija”, Mc 7:29. “Jesús invierte el orden y él mismo es el alimento que le da vida a la hija de la mujer” y por lo tanto los discípulos son desafiados a cambiar la historia que incluye a la clase religiosa y a todo un pueblo.

Jesús encuentra una verdadera fe en la periferia, lejos de la clase dirigente y muy distante de lo que se esperaba de los hijos verdaderos (Ro 9:25, Mt 21:43). Se fundamenta la misión universal de Dios (Ef. 2:14, Ga 3:26-28)

Somos desafiados a imitar a Jesús y servir el pan a los que están debajo de la mesa. Jesús nos invita a dejar nuestras mesas de privilegio y tener una mesa de patas muy cortas, donde nadie quepa debajo

Para Pensar: ¿Qué podemos hacer en lo personal, iglesia u organización para que nadie se encuentre debajo de la mesa y compartamos el pan de vida y amor?

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox


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