miércoles, 5 de febrero de 2020

AQUÍ ESTOY

AQUÍ ESTOY " No pongas tu mano sobre el muchacho...", Gn 22:12 Abraham esta decidido a ofrecer a su hijo Isaac para ser sacrificado y pasar uno de los momentos mas dolorosos. En medio de la prueba y el silencio de Dios, decide seguir adelante, levanta el altar para adorar y reconocer a Dios. Dios puede ponernos a prueba para ver si hay algo más fuerte que él mismo en nuestro corazón. Él quiere saber quién tiene la preminencia y qué cosas pueden estar compitiendo con su amor o si nuestro corazón ha sido capturado con algo que impide obedecerle. Dios se hizo presente en la vida de Abraham y la fe sostuvo la situación: “El ángel del Señor le gritó desde el cielo: ¡Abraham!, ¡Abraham!, aquí estoy respondió. No pongas tu mano sobre el muchacho… alzó la vista y, en un matorral, vio a un carnero…lo ofreció como holocausto. A este sitio lo llamó: “El Señor provee”. Hay un final feliz pero no siempre esto sucede en la vida. Lo que sí sucede, es que siempre Él está presente en toda situación para cumplir sus propósitos y darnos fortaleza. El silencio y la prueba viene primero, pero todo es preparado para la Gloria de Dios y su bendición. El silencio en la vida de Abraham culminó con un tiempo de alegría, esto sucede cuando escuchamos la voz de Dios. Somos llamados a creer, confiar y aferrarnos al propósito de nuestro buen Dios para bendecir a todas las familias de la tierra y ver su gran victoria. Dios tiene planes para establecer su Reino, salvar y bendecir al mundo y nos invita a salir de donde estamos. Nos promete mucho y se espera mucho de aquellos a quienes se les dice: “Vayan" ¿Hay algo en nuestras propias vidas que está compitiendo con Dios? ¿Hay algo que está impidiendo obedecerle? ¿Qué aspectos de la vida de Abraham tenemos que tener presentes para bendecir a todas las familias de la tierra? Carlos Scott

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