viernes, 31 de enero de 2025

Se necesita un burro por algunas horas

 Conquistas y triunfos

“Luego pusieron sus mantos sobre el burro, lo llevaron a donde estaba Jesús, y Jesús se montó sobre él. Mucha gente empezó a extender sus mantos sobre el camino por donde iba a pasar Jesús. Algunos cortaban ramas de los árboles del campo, y también las ponían en el suelo como alfombra. Y toda la gente, tanto la que iba delante de Jesús como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!», Mc 11:2-11

Si de triunfo se trata, aquí estamos ante el triunfo de la humildad, de la modestia, de la mansedumbre, no del poder. Las únicas conquistas que es capaz este rey son las conseguidas con la fuerza del amor. Es un encuentro con la libertad y la fe. Es un triunfo de la discreción y un mesías privado de poder. Es un príncipe, pero no un príncipe guerrero que viene a conquistar por la fuerza: es un príncipe de paz. Una vez más puede afirmarse que Jesucristo se revela escondiéndose. Se manifiesta, pero sólo a los que tienen oídos para entender y ojos para ver. “El modo escogido por Jesús para su entrada en Jerusalén es para los que están abiertos para comprender su dignidad y al mismo tiempo, para ocultarla a los que no desean descubrirla”. Entusiasmada, la multitud grita y aclama, pero se tiene la impresión de que todo va dirigido a otro Mesías, no al que cabalga sobre un burro. Son expresiones correctas desde la ortodoxia, pero están viciadas, inaceptables. El problema está en las intenciones y Jesús se pudo haber sentido muy solo en medio de esa multitud. La gente pensaba en algo totalmente distinto del sufrimiento y de la muerte. A este Jesús no le pertenecía ni siquiera el animal que montaba, no poseía poder terreno y su conducta mostraba que los pensamientos de Dios son distintos a los pensamientos y caminos de la gente. El Señor tiene necesidad de nosotros y necesita un burro por algunas horas, nada más que esto. Es estar dispuestos a ser utilizados por él cuando así lo decida y a su vez estar contentos de que el triunfo es del Señor, no nuestro. No busquemos el primer plano, simplemente estar dispuestos una y otra vez a servir y no para un premio o una exhibición.

Carlos Scott

Foro Gilbert Lennox

jueves, 30 de enero de 2025

El instinto de ser necesario

 Elegir y decidir

“Jesús y sus discípulos llegaron al Monte de los Olivos, cerca de los pueblos de Betfagé y Betania, y de la ciudad de Jerusalén. Allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos: «Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar un burro atado, que nunca ha sido montado. Desátenlo y tráiganlo. Si alguien les pregunta por qué lo están desatando, respondan: “El Señor lo necesita y pronto lo devolverá.”, Mc 11:1-3

En el ser humano está firme el instinto de ser necesario. El sentido de la propia existencia y felicidad se encuentra cuando ponemos nuestras cualidades y recursos para servir a los demás. Cuando nos limitamos solamente a satisfacer nuestros propios intereses y condiciono a ellos mis preocupaciones y mis actos, las consecuencias suelen ser el alejamiento y separación de los demás. Por lo general estamos dominados por el deseo de apropiarnos de algo, de poseer, pero Dios llama al ser humano a ser libre de ambiciones desmedidas y egoístas. Nos llama a ser necesario para alguien. Pero ¿Quién me necesita? Los objetos no tienen necesidad de mí. Existen valores, virtudes y fines que tienen necesidad de mí. Tanto la generosidad, sinceridad, lealtad, humildad, paz, bondad y justicia tienen necesidad de alguien que encarne, practique y viva esta realidad para beneficio de los demás. Para existir tenemos necesidad de vivir determinados valores para ciertos objetivos y podemos aceptar o rechazar estar a disposición de los mismos. Nos enfrentamos a una elección y decisión, donde la neutralidad no es posible frente a la vida. Mi existencia es un asunto de todos, donde mi compromiso o rechazo tienen carácter público. No hemos sido creados para mantenernos indiferentes, somos llamados e interpelados en vivir de un modo que sea compatible con la grandeza y el misterio de la vida. “El Señor lo necesita". Hay un Dios que nos busca, nos propone una tarea, nos asigna un rol. No quiere espectadores, nos invita. Debemos elegir y decidir.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

miércoles, 29 de enero de 2025

El ejemplo de nuestra humanidad común

 Confrontación

“Los sacerdotes principales y los fariseos reunieron a la Junta Suprema, y dijeron: —¿Qué vamos a hacer con este hombre que hace tantos milagros?  Si lo dejamos, todos van a creer que él es el Mesías. Entonces vendrán los romanos, y destruirán nuestro templo y a todo el país.  Pero Caifás, que ese año era el jefe de los sacerdotes, les dijo: —Ustedes sí que son tontos.  ¿No se dan cuenta? Es mejor que muera un solo hombre por el pueblo, y no que sea destruida toda la nación.  Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que Dios se lo hizo saber porque era el jefe de los sacerdotes. En realidad, Jesús no iba a morir para salvar sólo a los judíos, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que hay en el mundo”, Jn 11:47-52

El Señor eligió revelarnos la verdad sobre sí mismo y por medio de la historia de personas y comunidades específicas. El propósito de su palabra es que nos veamos, nos reconozcamos y por lo tanto nos confrontemos en los relatos de la escritura. Los seres humanos que se describen no son distintos a nosotros. Los protagonistas del evangelio descriptos algunos en su maldad y otros en su bondad son en definitiva el ejemplo de nuestra humanidad común. El evangelio nos anima a no protegernos y escondernos de la luz. Los distintos actores de la historia no son distintos a nosotros. Jesús murió por lo que hay en el ser humano, por lo que hay en todos los seres humanos sin excepción. Dios revela nuestra humanidad caída y es la naturaleza que todos compartimos. Todos somos hechos de la misma madera y no debemos distanciarnos de “los pecadores”. Si logramos hacer algo distinto de lo que otros realizan, será únicamente por la gracia de Dios. “Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia...  Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.”,1 Co 10:11-13

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

martes, 28 de enero de 2025

Él bendice la vida

 Amar la vida

"Muchos de los judíos que habían ido al pueblo de Betania para acompañar a María, vieron lo que Jesús hizo y creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que Jesús había hecho… A partir de ese momento, la Junta Suprema tomó la decisión de matar a Jesús.”. Jn 11:45-53

Creer en la resurrección significa amar la vida, pero Jesús es considerado peligroso, subversivo. Parece increíble que la resurrección de Lázaro marca la condena a muerte de Jesús, pero por otro lado constituye el anuncio de su resurrección. Las fuerzas del mal son capaces de matar y quitar la vida. Jesús se hace insoportable para estas autoridades porque ama la vida. Él bendice la vida, la muerte es un absurdo, un insulto, algo intolerable, ilegítimo y por lo tanto se identifica con todos nosotros. Él no predica la aceptación de la muerte, sino que enseña a amar la vida. Él nos vuelve a decir “Yo soy la vida” y despierta el gusto por vivir dando una amplitud, intensidad y profundidad a nuestra existencia. La fe en la resurrección es el amor a la vida y la que nos da las ganas de vivir. “Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron. Así que, ya ven, tal como la muerte entró en el mundo por medio de un hombre, ahora la resurrección de los muertos ha comenzado por medio de otro hombre. Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva; pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese.  Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad. Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte”, 1 Co 15:20-26

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 27 de enero de 2025

Salir al sol

 El umbral

«Quítenle todas las vendas, y déjenlo libre», Jn 11:44

Generalmente en un entierro hay un gran silencio. Nos encontramos ante el misterio de todos aquellos que están pensando sobre el sentido de la vida. La sociedad por lo general hace lo posible para esconder la muerte y quitarle toda fealdad, hacerla anónima, burocrática o funcional. Los creyentes en Cristo somos llamados a prestar atención y aprender a vivir con la propia muerte, a no ignorarla. Es saber vivir con la esperanza en la propia resurrección. “La muerte es como pasar el umbral y salir al sol. En concreto la muerte es terminar de morir y esto nos llena de alegría. Mientras tanto recordamos la palabra de Dios que nos lleva a reflexionar de saber pasar otro umbral en esta vida. “Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.”, Ga 2:20. “Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía. Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos. Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él.”, Col 3:12-17

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

“Ponerse en las manos del Señor”

“Dejarse hacer”

“Les voy a enseñar a ganar seguidores para mí”, Mc 1:17

Los discípulos no sabían de qué se trataba hacer discípulos que hacen otros discípulos, que forman comunidades de discípulos al estar en el seguimiento de Jesús. Una de las características de un discípulo es “dejarse hacer” y “ponerse en las manos del Señor”. El discípulo no dice “ya llegué” y es un proceso que “dura toda la vida”. Discípulo es simplemente uno que se está haciendo. Lo importante es seguir y seguir avanzando, creer y seguir creyendo. Es imitar al Señor siguiendo sus opciones y gestos. Lo que importa es que se intente y seguir intentando. “El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado”, Jn 14:26 “Un discípulo de Jesucristo es una persona que se dirige hacia nuevos horizontes y maravillas, cosas por ver y pasos por dar”

Carlos Scott
 

sábado, 25 de enero de 2025

Esta es la hora de vivir y de participar de la vida del resucitado

 Sal afuera

“La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de todos los que están aquí, para que crean que tú me enviaste.» Después de que dijo esto, Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!», Jn 11:41-43

Jesús nos invita a salir y dejar nuestro egoísmo. Implica ser solidario, creativo y no aceptar una vida estrecha. Salir y dejar de morir es salir de la inercia, de la pasividad, de la mentira. Esta es la hora de vivir y de participar de la vida del resucitado. Se nos invita a dejar la muerte a nuestras espaldas. “Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo—quien es la vida de ustedes —sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria. Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo. A causa de esos pecados, viene la furia de Dios. Ustedes solían hacer esas cosas cuando su vida aún formaba parte de este mundo; pero ahora es el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la calumnia y el lenguaje sucio. No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos. Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él… Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros.”, Col 3:1-11

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 24 de enero de 2025

Jesús no se resigna a las separaciones

El último enemigo

“Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada.”, Jn 11:38-39 

Jesús no se resigna a las separaciones y la muerte es una enemiga. Ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Dios nos entiende desde adentro, se encarnó, se hizo humano. “Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.”. Hay muchas cosas que huelen mal desde el momento que hemos rechazado tener una relación de amor con nuestro creador. Nuestro itinerario separado de Dios nos lleva a la frustración. Al querer levantarnos como un dios no encontramos nuestra propia humanidad. Separados de nuestro prójimo reflejamos las injusticias sociales, las guerras, los asesinatos, el abuso de todo tipo. Separados de la creación se evidencia que los recursos naturales se destruyen o se contaminan a un ritmo catastrófico. La causa principal de todas las separaciones es la falta de relación con Dios. Necesitamos escuchar nuevamente la voz de nuestro Dios que nos dice: “Lázaro sal fuera”. Nuestro Señor no se resigna a nuestros sepulcros, a nuestras opciones de muerte, a nuestra vida aparente. El Señor suele hablarnos suavemente, pero muchas veces nos grita en nuestros dolores. Él quiere despertar a un mundo que esta sordo. Es un grito y llamado que hace despertar nuestra conciencia y todo nuestro ser. Él nos provoca, es decir nos “llama afuera”. Fuera de la prisión en la que nos encerramos, empobrecida de ideales, de metas, vacía de verdaderos valores. Su voz nos invita a caminar y nos desafía a quitarnos las vendas. “Por eso Jesús les dijo a los que estaban allí: «Quítenle todas las vendas, y déjenlo libre.». La resurrección y nuevo nacimiento comienza cuando decidimos salir a la luz, a la vida. Es cuando se nos caen las máscaras y nuestro rostro vuelve a brillar con la luz de Jesucristo. “ Y el último enemigo que será destruido es la muerte”, 1 Co 15:26

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

 

jueves, 23 de enero de 2025

La fuente de vida

 El Dios de las sorpresas

“Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal. Jesús le contestó: —¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?, Jn 11:39-40

Jesús se presentó a Marta como la fuente de vida y declaró su autoridad por encima de todo tipo de muerte. Marta creyó, pero más adelante expreso: "—Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.". La realidad es que muchas veces nosotros enfrentamos estas mismas dificultades y decimos esto “huele mal”. Es aquí donde nuestros compromisos se pueden alejar de la fe y su práctica. Hay contradicción entre dichos y hechos. Declaramos que Dios ya está en nuestro futuro y no hay desamparos, pero la enseñanza recibida sobre el Reino de Dios y la vida renovada no solo se encuentra en el futuro, sino ha comenzado en el pasado y también tiene un presente. La invasión del futuro se hace presente. Solo los ojos de la fe logran ver en Jesús de Nazaret la realidad de las promesas divinas. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Lo que queremos que Dios haga “algún día” él quiere hacerlo ahora. Nuestro desafío es abrirnos a lo que Dios quiere realizar no en el futuro lejano, sino ahora mismo. “—¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 22 de enero de 2025

¿Sufrimos esperas interminables? ¿Cuál es la agenda de nuestro Dios que no concuerda con la nuestra?

 Esperanza contra toda esperanza

“Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.”, Jn 11:38-39

¿Es posible que Dios este lejos o ausente ante nuestra necesidad? ¿Sufrimos esperas interminables?  ¿Cuál es la agenda de nuestro Dios que no concuerda con la nuestra? “Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.” Se escucha en nuestro contexto ¡Si Dios existiese, no podría admitir tanto dolor! ¿Cómo es posible seguir creyendo? Dios aparece ante nuestros ojos como negligente, como culpable de “omisión”. Dios no se justifica y tampoco nos reprocha nuestros desahogos y protestas. Simplemente nos dice “—¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?”, pero Dios no establece un plazo ni precisa el modo. El verbo creer y confiar implica un presente y el ver se refiere a un futuro. Entre estas dos instancias nos encontramos con la esperanza. Por lo general deseamos ver antes de creer. Queremos tener control, comprobar, verificar, examinar ahora, ya; y tal vez luego podremos creer en el poder de Dios.  Si la fe viene después no se puede hablar ya de fe y tampoco de esperanza. La esperanza no se sostiene si nuestro Dios está a tiempo y se da con celeridad o prontitud. La esperanza se sostiene cuando puede ser demasiado tarde, cuando ya no hay ninguna esperanza. "Cuando Dios le prometió a Abraham que tendría muchísimos descendientes, esto parecía imposible. Sin embargo, por su esperanza y confianza en Dios, Abraham llegó a ser el antepasado de gente de muchos países que también confían en Dios... Abraham nunca dejó de confiar en Dios. Y aunque sabía que su esposa Sara no podía tener hijos, nunca dudó de que Dios cumpliría su promesa. Al contrario, su confianza era cada vez más firme, y daba gracias a Dios”, Ro 4:18-21. Vivamos la esperanza contra toda esperanza.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox  

martes, 21 de enero de 2025

El llanto que riega y fertiliza el terreno de la esperanza

 Jesús se puso a llorar, Jn 11:35

Jesús nos dice “—Yo soy el que da la vida” y también “Yo soy el que no se avergüenza de llorar”. “Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión. Les preguntó: —¿Dónde sepultaron a Lázaro? Ellos le dijeron: —Ven Señor; aquí está. Jesús se puso a llorar”. Entre las frases “Yo soy la resurrección y la vida” y “Jesús se puso a llorar” no hay incompatibilidad. La fe sin lágrimas puede parecer una falta de sentimientos. Todo se debate en un área compleja y contradictoria de nuestra condición humana. El llanto no lo podemos evitar, pero riega y fertiliza el terreno de la esperanza. “A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto?”. En medio del dolor y el llanto confiamos en su palabra. “Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida. Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos.”, Ap 21:3-7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

Dios nos salva con el propósito de que “ya no vivamos para sí”, 2 Co 5:15 y podamos ser un canal de salvación a otros, Is 49:6

  Salvación “El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ...