“Volvernos como ellos”
“Saulo, también conocido como Pablo, fue lleno del Espíritu Santo…”, Hch 13:4-12Los romanos solían tener tres nombres: el suyo, el de su clan y el de su familia. Pablo era su nombre romano de familia y el que usaba entre los gentiles y Saulo era el nombre que usaba entre los judíos y sus allegados. Lucas sigue llamándole Saulo hasta que comienza a describir la misión a los gentiles. Saulo es judío, circuncidado cuando tenía ocho días de vida, ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro!, pero “Saulo que también es Pablo” es ciudadano romano, orador y escritor en lengua griega y está dispuesto a “volverse como uno de ellos” con tal que todos tengan la oportunidad de conocer y seguir al Señor. Nos habla de la capacidad de adaptación cultural para compartir el evangelio y nos desafía a “volvernos como uno de ellos”. Se nos anima a estar en la avanzada y abrir brechas entre los no alcanzados. “Aunque soy libre, vivo como si fuera el esclavo de todos. Así ayudo al mayor número posible de personas a creer en Cristo. Cuando estoy con los judíos, vivo como judío, para ayudarlos a creer en Cristo. Por eso cumplo con la ley de Moisés, aunque en realidad no estoy obligado a hacerlo. Y cuando estoy con los que no obedecen la ley de Moisés, vivo como uno de ellos, para ayudarlos a creer en Cristo. Esto no significa que yo no obedezca la ley de Dios. Al contrario, la obedezco, pues sigo la ley de Cristo. Cuando estoy con los que apenas empiezan a ser cristianos, me comporto como uno de ellos para poder ayudarlos. Es decir, me he hecho igual a todos, para que algunos se salven. Y todo esto lo hago porque amo la buena noticia, y porque quiero participar de sus buenos resultados”, 1 Co 9:19-23