Valoración y aprecio
GloCal es una palabra que representa la fusión de Global y Local. Es donde la acción local y global se unen en el cruce intencional de barreras, de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios.
domingo, 19 de marzo de 2023
Dar Valor
sábado, 18 de marzo de 2023
Dejar algo
Abrirse camino
“El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús”, Mc 10:50
El ciego Bartimeo consiguió abrirse camino hacia Jesús. El seguimiento necesariamente implica dejar algo. Lanzó el manto al viento y pasó de la orilla al centro de la escena para encontrarse con Jesús. Junto al manto es probable que Bartimeo haya arrojado las monedas que había recogido aquel día. Su grito le dio salvación "—Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”. Bartimeo sintió que la salvación le pasaba cerca y no dejó pasar esta oportunidad. “Recuerden lo que dice «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón”, He 3:15.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
viernes, 17 de marzo de 2023
Rompiendo los moldes
La confianza y autogestión saludable
“La gente comenzó a reprender al ciego para que se callara, pero él gritaba con más fuerza todavía: —Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame! Entonces Jesús se detuvo y dijo: —Llámenlo. La gente llamó al ciego y le dijo: —¡No tengas miedo! Ven, que Jesús te llama. El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús, …” Mc 10:48-50
En el seguimiento de Jesús una y otra vez se nos llama a tener fe y mirar hacia adelante. Implica la autogestión, confianza y dependencia de Dios. El orden establecido según nuestras capacidades nos puede decir que podemos hacer y que no podemos hacer. Bartimeo decide rechazar el rol que la multitud le quiere imponer. No acepta quedarse ciego, mendigo y callado. Rechaza esa condición y entra en escena en el momento no señalado. Decide ir a Jesús como su principal recurso. Rompe el molde, no acepta papeles impuestos. Está en juego quién es Jesús y quién puede ser para él. Seguir a Jesús es aprender a dejar algo: una barca, un manto, una forma de pensar y actuar. Bartimeo dejó todo, arrojó su capa, dio un salto, no espero, se abrió camino, no se conformó con el lugar que le habían dado y se acercó a Jesús. Seguramente pensó: soy ciego, pero no me voy a quedar así. Comienza a sanarse en el instante mismo que decide ir al encuentro con Jesús. El milagro es romper con los estándares y barreras que nos pone la gente o que muchas veces nos colocamos nosotros mismos. Finalmente debemos tratar de entender cuál es nuestra verdadera necesidad. Tal vez en este tiempo el Señor está trabajando en el proceso de nuestra vida, la iglesia y la nación y nos está preguntando: ¿Sabes cuál es tu verdadera necesidad? “Porque lo que yo doy es de mucho valor, como el oro que se refina en el fuego. Si no quieres pasar la vergüenza de estar desnudo, acepta la ropa blanca que yo te doy, para que te cubras con ella, y las gotas medicinales para tus ojos. Sólo así podrás ver", Ap 3:17-22
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
jueves, 16 de marzo de 2023
Empezó a gritar
Un clamor que es atendido
“Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí, empezó a gritar: —Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”, Mc 10:47El evangelio de Marcos le da valor al protagonista del pasaje indicando su nombre. No es un ciego y mendigo sin nombre. Esto es muy significativo. Bartimeo es una persona marginada y se le considera pecador. Está marginado socialmente y expulsado del mercado en términos económicos. Marginado del aprecio y estima de los demás por su ceguera. Tiene que estar mendigando y se siente solo. Ante el clamor de Bartimeo, Jesús se detiene, lo manda llamar y después se muestra abierto a su necesidad. Todas estas acciones valorizan a la persona y no a un método, a una ideología o doctrina. »Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido. »Nadie le da a su hijo una piedra, si él le pide pan. Ni le da una serpiente, si le pide un pescado. »Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan. »Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia”, Mt 7:7-12
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
miércoles, 15 de marzo de 2023
El grito de siempre
El grito del camino
“Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí, empezó a gritar: —Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”, Mc 10:47A Jesús le gustó la actitud y el grito de Bartimeo. Le gusta que toda persona esté dispuesta a seguirle en su camino. No le interesan los susurros, sino la voz firme del compromiso. Bartimeo es una persona que está fuera del programa oficial y del reglamento. Quisieron fiscalizar sus documentos y establecer su lugar según algunos gustos. Hay reglas inflexibles, barreras y filtros selectivos que la gente tiene. Nada de esto resultó para él y se abre paso a pesar del orden establecido porque “él gritaba con más fuerza todavía: —Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”, Mc 10:48. Jesús se detiene y no sigue adelante. El grito fuera de las normas establecidas tiene el poder de detenerlo. La gente muchas veces no puede aguantar el grito que perturba, el grito de siempre. Muchos quieren neutralizarlo o al menos domesticarlo, hacerlo más formal y enseñarle los buenos modales. La realidad para nosotros es volver aprender el abecedario del grito. Es un grito que nos llama al compromiso con el prójimo, es un grito que quita nuestras seguridades, nos desestabiliza y nos saca fuera del programa. Es el grito imprevisible que hace saltar por el aire los formularios y las respuestas prefabricadas. El tema para algunos es defender la tranquilidad. A veces nuestra estructura y sistema mantienen a distancia a los que llevan un drama, un desgarro, un sufrimiento, una rebelión, una protesta desesperada que solo puede ser escuchada con una voz no reglamentaria, no contemplada en nuestras liturgias o ceremoniales. Jesús que vive al aire libre y que camina por las calles pisoteadas por la gente, no tiene miedo al grito y ama a los que no se resignan a mantener el puesto que le han asignado. El que busca a Jesús es recibido por él y nos dice “Vengan a mí”. “Entonces Jesús se detuvo y dijo: —Llámenlo”. Somos llamados a decirle a la gente, lo mismo que otros le dijeron a Bartimeo “—¡No tengas miedo! Ven, que Jesús te llama.”. Mc 10:49
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
martes, 14 de marzo de 2023
No exorcizar los sentimientos
En medio del camino
"Jesús y sus discípulos pasaron por la ciudad de Jericó, y al salir de allí mucha gente los siguió. Junto al camino estaba sentado un ciego que pedía limosna. Se llamaba Bartimeo hijo de Timeo. Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba pasando por allí, empezó a gritar: —Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”, Mc 10:46-47En el camino a Jerusalén (o a la iglesia) todos somos un poco ciegos cuando no vemos a los Bartimeos que nos piden limosnas o alguna ayuda. Estamos ocupados con el programa, la actividad, las disertaciones, la organización y olvidamos ponernos colirio para nuestros ojos y ver mejor. Se trata de ver con claridad en medio del camino. Parece que Marcos se detiene en este relato y nos ayuda a tener cuidado de no exorcizar los sentimientos y esterilizar las emociones. Nos encontramos con una escena bastante movida “El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús”. Se desprendió de aquello que le estorbaba y comienza a ver desde el momento que decide ir a Jesús. Lucas nos recuerda que “Cuando se levantó a leer, le dieron el libro del profeta Isaías. Jesús lo abrió y leyó: «El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para anunciar libertad a los prisioneros, para devolverles la vista a los ciegos, para rescatar a los que son maltratados y para anunciar a todos que: “¡Éste es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación!”» Jesús cerró el libro, lo devolvió al encargado... Entonces Jesús les dijo: «Hoy se ha cumplido ante ustedes esto que he leído.», Lc 4:17-21. Jesús pone todos los gestos, todas las actitudes, todas las iniciativas, todas las palabras del ciego bajo un único denominador común: la fe. “Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.”, Heb 12:1-2
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
lunes, 13 de marzo de 2023
La posibilidad de ver
Revelación progresiva
domingo, 12 de marzo de 2023
Una imagen invertida del poder
Primeros en amar
sábado, 11 de marzo de 2023
Interpretar el Reino
La ventaja que otros necesitan
viernes, 10 de marzo de 2023
No podemos seguir el mismo camino
Incompatibilidad de caminos
martes, 7 de marzo de 2023
Honor y Poder
Caminos y senderos diferentes
Jesús es el camino y el modelo
Una Espiritualidad por imitar “Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando ...
