lunes, 20 de febrero de 2023

Sin sobrepeso

Aligerar la carga

“El hombre le dijo: —Maestro, todos esos mandamientos los he obedecido desde que era niño. Jesús lo miró con amor y le dijo: —Sólo te falta hacer una cosa. Ve y vende todo lo que tienes, y reparte ese dinero entre los pobres. Así, Dios te dará un gran premio en el cielo. Después de eso, ven y conviértete en uno de mis seguidores”, Mc 10:20-21
Hay personas que tienen la tendencia de acumular, guardar y añadir algo más. Cuando decidimos seguir a Jesús el equipaje debe ser liviano, llevar lo necesario y no viajar con exceso de equipaje. Es un viaje para ir con lo justo y no podemos pagar por el sobrepeso. Debemos quitar y no añadir; perder, no adquirir; despojarnos y no juntar. En la mentalidad de esa época la riqueza era considerada como una afirmación, conformidad y aprobación de Dios. La respuesta de Jesús le resulta escandalosa, porque cambia totalmente su praxis religiosa. Jesús no añade un mandamiento nuevo y pide la renuncia a una cierta mentalidad, a un cierto capitalismo espiritual, a ciertas previsiones. Lo que se nos pide es aligerar la carga, no exige algo más, no pide añadir, sino darle una orientación distinta a nuestra vida. Cuando Dios no entra en nuestro juego nos escandaliza. Se trata de un desapego doloroso y nuestro Dios se alegra cuando sus discípulos van a su paso. “Reunió a los doce apóstoles y los envió de dos en dos. Les dio poder para expulsar de la gente a los espíritus malos, y también les ordenó: «Lleven un bastón para el camino, pero no lleven comida ni bolsa ni dinero. Pónganse sandalias, pero no lleven ropa de más”, Mc 6:6-13. »Dios mío, antes de mi muerte concédeme sólo dos cosas; ¡no me las niegues! Manténme alejado de la mentira, y no me hagas pobre ni rico; ¡aléjame de toda falsedad y dame sólo el pan de cada día! Porque si llego a ser rico tal vez me olvide de ti y hasta me atreva a decir que no te conozco. Y si vivo en la pobreza, puedo llegar a robar y así ponerte en vergüenza”, Proverbios 30:7-9
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

domingo, 19 de febrero de 2023

Una perspectiva diferente

Una mirada de amor

“Jesús le contestó: —¿Por qué dices que soy bueno? Sólo Dios es bueno”, Mc 10:18
Nos encontramos ante una persona recta, intachable y de buena conducta en guardar los mandamientos. Sus preguntas revelan una determinada intención. "—Maestro bueno, dime, ¿qué debo hacer para tener vida eterna? Jesús nos invita a dar un salto de fe y "salir de lo que consideramos bueno" para darnos cuenta de que estamos frente al verdadero Dios y por lo tanto estamos ante el único que merece llamarse “Bueno”. Jesús nos coloca en una perspectiva diferente. Solo él es bueno y merece nuestro seguimiento. Dios se ha hecho carne en la persona de Jesús y es bueno porque es cercano al ser humano en misericordia, amor y compasión. “Jesús lo miró con amor”, lo apretó con su corazón y nos mira con amor. Su mirada es profunda, atenta y penetrante. Desea que aceptemos su amor y la vocación divina para la cual nos desafía, pero aún “falta hacer una cosa”. Es necesario dejar atrás lo que nos puede detener. El desprendimiento es la consecuencia natural de seguir a Jesús y es compartir lo que tenemos. Una vez más será necesario abandonar la barca de pesca, la mesa del cambista, un prejuicio religioso, porque de otro modo sería imposible estar junto a Jesús. Nuestro Dios quema las naves, elimina los puentes porque no está previsto el regreso o volver atrás. Jesús no compite con nada y nadie. Es absoluto, absoluto y él es nuestra única garantía. 
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

sábado, 18 de febrero de 2023

Una vida plena

 Buscar la “vida entera”

“¿Qué debo hacer para tener vida eterna?,…  Después de eso, ven y conviértete en uno de mis seguidores.”, Mc.10:17-21.
Jesús responde a nuestras inquietudes. La vida que buscamos la podemos tener, pero Jesús siempre nos quiere llevar más allá. La “vida entera” es posible en todo tiempo, pero el evangelio de Marcos nos habla de una persona que responde negativamente ante la llamada del Señor. “Al oír esto, el hombre se puso muy triste y se fue desanimado, porque era muy rico.” Jesús lo miró con amor y este amor le complicó las cosas. La tristeza no es por los bienes, sino por otra cosa. Por no compartir la propia riqueza ha perdido la gran ocasión de su vida. Más que una vida rica, Jesús propone una vida plena. Jesús rompe con la tradición en que la riqueza era una bendición por la piedad a Dios. Jesús nos propone la generosidad y liberalidad. Seguir a Jesús no se trata de que a unos le pide todo y a otros poco o nada. Él rompe la relación tradicional entre fidelidad y prosperidad terrena. Jesús nos habla del desapego con todo aquello que evita una correcta relación con Él y con nuestro prójimo. Nos habla de un apego amoroso a su persona y una manifestación concreta en su seguimiento. »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero. »Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? … »Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. »Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy”, Mt 6:24-34
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

viernes, 17 de febrero de 2023

El fin es la vida

Las intrigas del camino

“Mientras Jesús iba de camino, un hombre llegó corriendo, se arrodilló delante de él y le preguntó: —Maestro bueno, dime, ¿qué debo hacer para tener vida eterna?”, Mc 10:17
El gran tema al identificarnos con Jesús es estar en su seguimiento. Puede haber determinadas situaciones que pueden bloquear y no permitir seguir a Jesús. El tema de fondo y lo que está en juego es la vida misma. La pregunta inicial de esta persona joven y rica revela su preocupación para tener “vida entera”. El encuentro con Jesús se produce camino a Jerusalén, pero no es un camino que conduce a la muerte, sino a la vida. El fin es la vida, o sea la plena comunión con Dios y el prójimo. Cuando afirmamos la grandeza de este camino las otras realidades terrenas se desvanecen. Jesús nos desafía a estar disponibles y ligeros para seguirle. No alcanza la buena voluntad y se espera una decisión completa. La vida sedentaria es incompatible con la vida nómada. Nuestra vida es camino y seguimiento. En este caso particular Jesús nos advierte de los peligros de la riqueza y la dificultad que un rico acepte a Dios como su Rey. Nuestra alegría en seguir a Jesús tiene recompensa no solo en el futuro sino también en el presente. “Pedro le dijo: —Recuerda que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. Jesús les respondió: —Les aseguro que quien haya dejado algo por seguirme y por anunciar las buenas noticias, recibirá su premio. Si dejó a sus hermanos o hermanas, a su padre o a su madre, a sus hijos, su casa o algún terreno, recibirá en esta vida cien veces más casas, terrenos y familiares, aunque también será maltratado por sus enemigos. Y cuando muera, vivirá con Dios para siempre; pero muchos que ahora son importantes, serán los menos importantes; y muchos que ahora no son importantes, serán los más importantes.” Mc 10:28-31
Carlos Scott 
Foto de Gilbert Lennox

jueves, 16 de febrero de 2023

Responder a una llamada

Disponibilidad

"Les aseguro que quien no confía en Dios como lo hace un niño, no puede ser parte del reino de Dios. "Jesús tomó en sus brazos a los niños y, poniendo sus manos sobre ellos, los bendijo”, Mc 10:15-16
Jesús nos propone seguir el modelo del niño de los cuales no tienen posiciones que conservar, seguridades que defender, funciones que reclamar, un prestigio que mantener, privilegios que atribuirse. No tienen que presumir y no pretenden conquistar con la fuerza. Por lo general son confiados, dispuestos a recibir lo que le den, capaces de dejarse guiar y tienen el don de vivir en el instante presente. Los niños responden a la llamada que se les dirige, se abren confiados y tienen un sentido natural de dependencia. Están abiertos a la sorpresa y el sentido de maravillarse. Nos podemos volver demasiado viejos cuando perdemos la capacidad de asombro, ser receptivos y agradecidos “Jesús siguió con el espíritu de niño hasta el final porque esperaba todo del Padre”. Dios realiza sus milagros cuando no hay orgullo, jactancia, vanagloria y fanfarronería. “Hermanos, Dios los llamó a ustedes a ser libres, pero no usen esa libertad como pretexto para hacer lo malo. Al contrario, ayúdense por amor los unos a los otros. Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.» Les advierto que, si se pelean y se hacen daño, terminarán por destruirse unos a otros.”, Ga 5:13-15
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 15 de febrero de 2023

Volver al principio

Receptividad

“Hubo quienes llevaron a sus niños para que Jesús los tocara y los bendijera. Pero los discípulos las regañaron, … Jesús les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí”, Mc 10:13-14
El ser humano puede perder cierta apertura, simpleza y naturalidad. No necesariamente tiene que ver con nuestra edad cronológica. Podemos perder la frescura y el empuje para volvernos complicados y pretenciosos. Este episodio quizás se origina en un descanso del viaje. En la mente de los discípulos estos niños no son maduros como para estar cerca del maestro. Pueden ser un elemento de desorden, no merecen consideración y significa perder el tiempo. Parece que todo es cosa de adultos quienes pueden ser capaces de comprometerse y comprender la enseñanza del Señor. Jesús se enojó con sus discípulos porque la ternura hacia los pequeños permite reconocer al mismo Señor. Jesús nos enseña a tener cuidado de decidir quién es digno de acercarse a él y quién no lo es. Es sorprendente que los discípulos siempre son reprendidos cuando intentan “impedir” o “prohibir”. Los discípulos manifestaron incomprensión y la misma casi siempre está del lado del rechazo. Debemos tener cuidado en convertirnos en profesionales del rechazo y no ser especialistas en recibir a los demás. "Yo, el Rey, les diré: “Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si lo hubieran hecho para mí.”, Mt 25.40. Jesús nos anima a volvernos como niños y comenzar desde el principio, volver y partir desde el niño. 
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

martes, 14 de febrero de 2023

Solidaridad

 Significancia e inclusividad 

“Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó…” Mr. 10:13-14. 
La cultura judía no apreciaba a los niños. Tipificaban inmadurez y desconocimiento. No apreciaban su inocencia y potencialidad. Ocuparse de ellos era pérdida de tiempo. Los discípulos reprenden a los que habían traído los niños a Jesús. Ellos responden de acuerdo a su cultura y mentalidad. Jesús muestra su humanidad: Se indigna. Jesús nos dice: “El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante”, Lc. 9:48. “Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos” Mr. 10:16. Jesús no se deja llevar por los prejuicios de la cultura. Toma en sus brazos a los niños. El Señor toma en sus brazos a los que todavía no tienen mucha comprensión de las cosas. El relato bíblico mantiene la prioridad de la solidaridad y no del exclusivismo, Mr. 9:33-50. Lo bueno de afuera debe ser afirmado y lo malo de adentro extirparlo. El mensaje del infierno está dirigido a los de adentro en este contexto. Seguir a Jesús hace que la sal mantenga su sabor y eficacia. Es la práctica anticipada del reino. Que podamos ser una comunidad abierta para todos guiada por el Espíritu Santo. ¿Te vas a cortar la mano? No lo hagas. Lo que hay que cortar es el pecado. Es una acción drástica, de profunda convicción, decisión, voluntad, responsabilidad, compromiso. "Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios", Ef 5:2
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

lunes, 13 de febrero de 2023

Ampliar nuestra manera de pensar

 Un vaso de agua en el camino

"Les aseguro que Dios no se olvidará de premiar a quien les dé un vaso de agua sólo porque ustedes son míos.”, Mc 9:41
Dios nos llama a vivir y afirmar la unidad en medio de "todo su pueblo". Hablamos de la unidad sin caer en la uniformidad, la distinción sin caer en el individualismo, la diferencia sin caer en la división. Nuestro Señor nos invita andar por sus caminos, aceptar sus palabras y ampliar nuestra manera de pensar. Como dice el salmista: “Corro por el camino de tus mandamientos, porque has ampliado mi modo de pensar.”, Sal 119:32. Nadie tiene la exclusividad o el monopolio del evangelio y el Espíritu Santo. Jesús promete un premio para aquellos que están dispuestos en ayudar a los que son del “pueblo de Dios”. Este vaso de agua se da en el camino. También nos advierte "El que no está de mi parte, está contra mí. El que no me ayuda a traer a otros para que me sigan, es como si los estuviera ahuyentando.”, Mt 12:30. Juan y los discípulos aprendieron esta lección y años más tarde Juan escribe a su amigo Gayo que seguramente era líder en la iglesia: "Algunos miembros de la iglesia vinieron y me contaron que sigues confiando en la verdad que Jesucristo nos enseñó. Eso me dio mucho gusto. Nada me alegra más que saber que mis hijos obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado. Querido hermano, tú te portas muy bien cuando ayudas a los otros seguidores de Cristo, especialmente a los que llegan de otros lugares. Ellos le han contado a toda la iglesia cuánto los amas. Por favor, ayúdalos en todo lo que necesiten para continuar su viaje. Hazlo de tal modo que resulte agradable a Dios. Ellos han comenzado a anunciar el mensaje de Jesucristo, y no han aceptado ninguna ayuda de los que no creen en Dios. Por eso, debemos ayudarlos en este trabajo que han empezado, y también debemos hacernos cargo de ellos.”, 3 Jn 1:3-8.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

Ensanchar los espacios

 Ensanchar la mente y el corazón

“Quien no está contra nosotros, realmente está a nuestro favor.”, Mc 9:40
El evangelio del Reino de Dios ensancha nuestra mente y corazón. Es un evangelio que nos invita a movernos con total libertad. Ensancha los espacios. “Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.”, Jn 10:9. Tengamos cuidado de no dejar fuera al que debe estar dentro. Dejemos de lado toda “etiqueta denominacional” y “sectarismo”. Cuando excluimos a otros corremos el peligro de que los que se queden fuera seamos nosotros. »Entonces les contestaré: “Como ustedes no ayudaron ni a una de las personas menos importantes de este mundo, yo considero que tampoco me ayudaron a mí.”, Mt 25:45. “Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”, 1 Jn 4:7-8. “El odio produce más odio; el amor todo lo perdona”, Pr 10:12. “Hijos míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros”, 1 Jn 4:11-12. Miremos por todos aquellos que están “a favor nuestro” entre los muchos que “no son de los nuestros”.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

sábado, 11 de febrero de 2023

Apertura

 Hacer el bien y vivir en paz

“Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mi… Si tu mano te hace pecar, córtatela… Que no falte la sal entre ustedes para que puedan vivir en paz unos con otros” Mr. 9:42-50
Jesús nos dice que no falte la sal entre nosotros en nuestro trato mutuo y que vivamos en paz. La discordia había comenzado porque discutían entre sí quién era el más importante, Mr. 9:33-37. La sal es el símbolo de la disposición de que puedan vivir en paz unos con otros en la comunidad. El Señor nos advierte en tener cuidado de transformarnos en un escándalo o tropiezo para otros, hacer pecar a los que son más pequeños. Pequeños como el que echa demonios que no forma parte de los doce, Mr. 9:38-41, o bien la figura del niño que son modelos de siervos sencillos y humildes, Mr.10:13-16. No excluirlos. Cortemos de raíz este mal. Se requiere una acción drástica que tiene que ver con cortar, dejar y abandonar el pecado. Se orienta la vida de la comunidad hacia la apertura. No acepta el mal. Trasciende fronteras creadas por los sistemas. Cuidado con el “abuso del poder” o el “amor al poder” en vez del “poder del amor”. La responsabilidad y autoridad que se nos ha dado es principalmente para servir, amar y recibir a otros. "Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás. Si alguien los trata mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a todos. Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el mundo. Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.» No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.", Ro 12:16-21
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

viernes, 10 de febrero de 2023

Valorar lo bueno

 A favor de la gente 

“El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les de un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.”, Mr. 9:40-41
No sigue a Jesucristo quien afirma su doctrina, sino aquél que actúa como el. La fé es práctica, es seguimiento, no es tener una determinada etiqueta religiosa. Solo hay dos lados: contra nosotros o por nosotros. Jesús dice que debemos aceptar toda ayuda a la causa del Reino, si es en su nombre, con su autoridad. El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas. Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Son las implicancias de actuar "en mi nombre". Una teología muy amplia y abarcativa. No hay pérdida de recompensa para aquellos que están dispuestos a trabajar en unidad y valorando otras expresiones. Jesús acepta a todos los que hacen obra de misericordia y justicia en su nombre. En otras palabras, nadie tiene el monopolio en la misión o en determinados ministerios. La lección es que tenemos que aprender a trabajar con todos aquellos que tienen una práctica redentora y recibir agradecidos su ayuda, su vaso de agua en nombre de Jesucristo. Necesitamos aprender a recibirnos unos a otros y a recibir de otros. Jesús lo demostró cuando recibió un vaso de agua de la mujer samaritana. La posición de responsabilidad o mal llamada “poder” cuando es vista como privilegio para abusar de ella y no como don para el servicio, siempre es excluyente. El resultado de esto en las iglesias y en los movimientos misioneros es el sectarismo. Lo contrario es el Reino que implica una comunidad abierta que invita y no un grupo cerrado que limita. Este pasaje es un duro golpe para todos los que desean encerrarse puertas adentro, ya sea excluir o encerrarse en un sistema. "No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad... Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente... Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad", Ro 12: 9-13. 
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”

Fe creciente “Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: —¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?", ...