miércoles, 21 de abril de 2021

¿Que tipo de categoría soles usar para calificar y ubicar a la gente?

¿Qué tipo de categoría soles usar para calificar y ubicar a la gente?

«¿De dónde sacó toda esa sabiduría y el poder para realizar semejantes milagros?». Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él." Mc 6:1-6
"Este es un punto de quiebre en el ministerio de Jesús. Ya no volverá a predicar en las sinagogas, sino entre la gente. Toma distancia de la institucionalidad oficial."
La sinagoga de Nazaret tenía una manera especial de categorizar a las personas. No podían concebir que un carpintero, “el hijo de María” llegara a realizar milagros. No podían concebir el origen humilde de Jesús y sufrió el menosprecio de su persona. Jesús está lejos del prestigio y el poder.
Jesús no llegó a esta tierra en un jet privado y tampoco caminaba a 10 metros de altura haciendo alarde de su poder. La identidad de Jesús es conflictiva para muchos. Corremos el riesgo de olvidarnos del “Jesús carpintero, el otro lado del Jesús Hijo de Dios”
En Nazaret no pudo hacer ningún milagro “y él se quedó asombrado por la incredulidad de ellos”. “El ministerio de sanidad tiene que ser muy superficial donde hay incredulidad,… incapaz de enfrentar los problemas álgidos que sufren las personas en nuestra sociedad” y el mundo.
Dios en la persona de Jesucristo se hace hombre, elige la periferia, una provincia pobre, un hogar humilde y camina por las aldeas y pueblos sirviendo a la gente. Jesús no usó su divinidad para hacer ostentación de su poder, Fil. 2:5-8. El evangelio nos sorprende cuando dice que el mundo no le reconoció (Jn 1:10), porque a Jesús solo se lo puede ver con los ojos de la Fe.
Para pensar: ¿Cómo solemos observar y mirar a las personas?, ¿Solemos compartir el amor, dar sentido de valor, dignidad y respeto a los que nos rodean? ¿Cuál es nuestro verdadero interés en las personas? ¿Solemos dejar solos a los que necesitan nuestra voz, defensa y sentido de pertenencia?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

jueves, 15 de abril de 2021

¿Podemos mantener nuestra fe en secreto?

 ¿Podemos mantener nuestra fe en secreto?

La historia de Nicodemo con Jesús es un acontecimiento que nos confronta y nos invita a iniciar un proceso.
Nicodemo podría representar “a los cristianos de trasfondo judío quienes en el tiempo de Juan querían mantener secreta su fe en Jesús y no entrar en problemas con los demás. La referencia "quien no nazca de agua" (Jn 3:5), tiene que ver con el bautismo cristiano: es un llamado a los contemporáneos de Juan a declararse públicamente por la causa de Jesús, arriesgando su expulsión de la sinagoga”.
Nicodemo empezó a salir de la oscuridad y apareció arriesgándose a favor de Jesús, Jn 7:50-51. Los dirigentes querían arrestar a Jesús y Nicodemo aparece en su defensa abriendo una grieta en la estructura del poder, Jn 7:32.
Los que tenían que ser pastores de Israel y buscar el bien de la gente hacían lo opuesto. Su posición era para jactarse, distinguirse y maldecir a la gente, Jn 7:49. Ellos buscaban su propia gloria, Jn 5:44, 7:18. “Vivir la fe como medio de promoción propia es lo opuesto a vivirla como servicio de amor a los demás”. Jesús nos confronta a revisar nuestra vida: ¿servir a los demás o buscar nuestra propia gloria?
Nicodemo se transformó en discípulo. Lo encontramos finalmente junto a José de Arimatea. Ellos tomaron el cuerpo de Jesús para darle sepultura, Jn 19:38-42. Esto requería valor y fue parte de un proceso que lo transformó en seguidor de Jesús. En el momento de la crucifixión vio la gloria de Dios encarnada en la persona de Jesucristo, Jn 12:32.
Juan, seguramente narra estos acontecimientos con la esperanza y propósito de provocar una transformación en los cristianos secretos de su tiempo. No podemos domesticar el Reino de Dios a nuestra forma de pensar y ser. Su Reino viene para todos y somos llamados a ser testigos.
Jesús pretende dirigir el Reino Universal por lo tanto Jesús nos confronta. Su Reino es una invitación abierta para aceptar sus prioridades y el poder del Espíritu Santo nos debe llevar de todas partes a todos lados
Para pensar: ¿Cuales son mis obstáculos para compartir a Jesús con otros? ¿Cómo los puedo superar? ¿Qué cosas nuevas tiene que hacer el Espíritu de Dios en nuestras propias vidas y la vida de la iglesia?
Carlos Scott

miércoles, 14 de abril de 2021

¿Te gustaría volver al inicio de tu vida? ¿Te preguntaste alguna vez la posibilidad de ser alguien diferente?

 ¿Te gustaría volver al inicio de tu vida? ¿Te preguntaste alguna vez la posibilidad de ser alguien diferente?

El evangelio de Juan nos presenta a alguien que buscaba algo diferente. Su nombre es Nicodemo. Se trata de una persona importante en Jerusalén y seguramente pertenecía al concilio político - religioso del pueblo judío.
Nicodemo se acercó a Jesús y reconoció que era alguien que venía de parte de Dios, pero Jesús le dijo: “De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”, Jn 3:3.
El tema central para Jesús no se basaba en que lo reconociera como alguien bueno y nada más. Jesús lo desafío a comenzar de nuevo y volver al inicio. Nuestro trasfondo cualquiera que sea no garantiza que vivimos en una correcta relación con Dios y con nuestro prójimo. Jesús nos vuelve a decir: “Tienen que nacer de nuevo”, Jn 3:7.
Jesús busca una transformación que va más allá de ser religioso o de asistir a los cultos. Es una invitación a ir al principio, comenzar de nuevo, un proceso de crecimiento y transformación. Es nacer de nuevo, “desde arriba” o “de lo alto”. Es nacer del Espíritu.
Nacer del Espíritu representa el poder divino. “El ser humano tiene que pasar por una transformación que uno mismo es incapaz de lograr y que debe venir como don de Dios. Está fuera de nuestro poder y control”. Jesús habló del Espíritu como el viento, Jn 3:8; y ambos están fuera del poder humano.
El Reino de Dios nos confronta y a su vez nos invita a todos. Nos invita a nacer de nuevo en un llamado a reconocer nuestra limitación, renunciar a nuestras pretensiones y dejar que Jesús nos salve. El nuevo nacimiento viene de lo alto o desde arriba, pero sucede aquí en la tierra.
La venida de Jesucristo sigue generando una crisis en el mundo de hoy. La crisis es esta: hay que definirse. La necesidad de nacer de nuevo o volver a cero en la vida es la necesidad de responder hoy, Jn 3:16-21.
Para pensar: ¿Qué te gustaría que fuera diferente en tu propia vida? ¿Cuál es tu mayor necesidad? ¿Necesitas nacer de nuevo? ¿Cuál puede ser tu oración a Dios?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox


Dejar los prejuicios

  Desliz "¿Tú qué opinas?", Jn 8:5 Dios nos llama a purificar nuestra vida y la forma de ver la vida. Se trata de salir de nuestro...