lunes, 11 de febrero de 2019

Rol Profético

La iglesia tiene un rol profético. Somos llamados a trabajar a favor de la justicia en la sociedad, Sal 82:1-4, Am 5:21-24, Lc 3:10-14, 4:18-21, Mt 11:4-6, Ef 5:11. El pueblo de Dios esta llamado a defender la causa de los pobres y necesitados en cada nación y en todo el mundo no como si fuera la tarea primaria o exclusiva de la iglesia, sino como un testimonio de que la redención y la santidad incluyen todas las áreas de la vida. La manera en como se tratan a los pobres y "a todos aquellos que no tienen poder social" es una prueba de la justicia en cualquier sociedad o sistema político. La iglesia debe servir como conciencia moral, marcando y planteando cuestiones de justicia, rectitud, integridad . La iglesia es profética cuando es una comunidad que revela la naturaleza del reino, la mente y el carácter de Jesucristo. La dimensión profética y la dimensión evangelizadora de las buenas nuevas están entrelazadas en la vida y testimonio de la comunidad del Reino, la iglesia. Incluye la proclamación del evangelio de manera que toda persona tenga la oportunidad de responder con fe en obediencia a Jesús y colaborar en la edificación de la comunidad cristiana. Esta comunidad es una nueva realidad social donde es desafiada a mostrar la semejanza a Cristo trabajando por la justicia y la paz en el mundo


Una expresión global y local

La vida cristiana esta enraizada en la comunidad. La expresión de la fe en Jesucristo tiene su base en la comunidad. Cuando alguien se convierte se une a la iglesia Universal o comunidad global alrededor de todo el mundo, pero el primer paso para el discipulado es incorporarse como miembro de una comunidad o iglesia local Todos los cristianos formamos parte de un solo cuerpo, la iglesia global o universal. La iglesia se hace visible cuando los creyentes vienen a ser parte de las congregaciones o comunidades locales. Perteneciendo a una visible comunidad de fe podemos hacer realmente visible el cuerpo de Cristo. El plan de Dios se hizo evidente desde el principio donde seguir a Jesús implicaba pertenecer a la comunidad del Reino de Dios, la iglesia. En Pentecostés "los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración... Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común..., no dejaban de reunirse... De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios... Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos" Hch 2:41-47


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domingo, 10 de febrero de 2019

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sábado, 9 de febrero de 2019

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