domingo, 6 de abril de 2025

Los ojos de la fe

 Diferente

Jesús oró por sus discípulos y dijo: …que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, … Que vean mi gloria, la gloria que me has dado…, Jn 17.20-24.

La palabra gloria generalmente se la asocia con esplendor, magnificencia, grandeza, renombre y reputación. Implica reconocimiento por haber hecho algo importante o cubrirse de gloria cuando se consigue fama por una acción determinada. Vale preguntarnos ¿Qué gloria le dio el Padre a Jesucristo? ¿Qué tipo de gloria quiere que veamos y contemplemos? ¿Qué gloria nos quiere dar a nosotros? ¿Qué relación tiene esto con la evangelización, misión y unidad de su pueblo?  El Evangelio de Juan es un evangelio de sorpresas donde “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad”, Jn 1:14. Una gran sorpresa fue que el mundo no vio su gloria, Jn 1:10. Cuando Jesús anduvo por los caminos polvorientos de Palestina parece que no caminaba en el aire con un coro de Ángeles. Fue todo lo contrario: se ensució tanto que parece que otros no vieron nada excepcional en él. Jesús hizo milagros, pero muchos que lo observaban no vieron nada, Jn 6:30. Para ver a Jesús hacen falta los ojos de la Fe. Cuando el Verbo se hizo carne, al mundo no le costó nada ver en Jesús a un hombre, a un ser humano. El tema clave es darnos cuenta de que podemos ver algo más. Los religiosos y otros no lograron ver algo más; a nosotros también nos puede pasar sino lo vemos con los ojos de la Fe. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La gloria de servir a todos

  La Gloria del Amor  "Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo estoy en ellos, y tú estás...