Salvación
“El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.”. Mt 12:41La palabra Salvación viene de la raíz de la palabra ensanchar, abrir camino, dar libertad, salvar tanto físicamente como espiritualmente. Jonás pudo declarar: “La salvación viene del Señor”, Jon 2:8-9. El profeta se da cuenta que por querer huir de Dios no encuentra esa libertad, y ahora tras su experiencia traumática conoce que la salvación viene de Dios. La historia de Jonás revela que es un profeta que quiere serlo bajo sus propias condiciones. Prefiere quedarse cerca del templo, pero sin escuchar a Dios. En el fondo del mar descubre que debe obedecer a Dios y Dios le escucha a Él. Dios le da a Jonás una segunda oportunidad: “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama el mensaje que te voy a dar”, Jon 3:1-10. Dios no salva a Jonás para Jonás mismo. La razón de salvar a Jonás no es para que continuara su camino a Tarsis (España) o para que regrese a Israel. Dios no lo salva porque es hebreo, elegido, especial, ungido, profeta, sino porque desea salvar a Nínive y quiere utilizar a Jonás no por lo que es él, sino por lo que hará a través de él. Dios nos salva con el propósito de que “ya no vivamos para sí”, 2 Co 5:15 y podamos ser un canal de salvación a otros, Is 49:6. Dios salva a su iglesia en el día de hoy no tanto por ella misma sino por su misión al mundo. Nosotros necesitamos un arrepentimiento como los Ninivitas de la época de Jonás. Es volver a Dios cuando hemos estado muy lejos de Él.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox