miércoles, 27 de noviembre de 2024

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”

Fe creciente

“Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: —¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?", Jn 9:35-40

La luz de Jesús iluminó al ciego integralmente. El resultado fue una identificación con Jesús a tal punto que pudo expresar su falta de temor ante la amenaza de esos religiosos y su expulsión final. En el ciego vemos una fe creciente en la relación con Jesús, pero esto provocó el rechazo de las autoridades. Lo que funcionó para producir la salvación en uno, produjo la separación de otros. Mientras que este hombre iba abriéndose progresivamente a Jesús, los religiosos se cerraron. El gran error de ellos no estaba en ser ciegos. El problema fue que, siendo ciegos, pretendían ver. Esa pretensión los llevo a rechazar una nueva visión de Jesús. “No hay peor ciego que el que no quiere ver” ¿En qué proceso nos encontramos en el seguimiento de Jesús? ¿Qué pasos debería seguir dando para tener una fe creciente y una nueva visión de Jesús?  ¿Qué nuevos desafíos y cuestionamientos presenta Jesús a la vida de la iglesia? 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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