Traducción del video
Hola amigos y hola a todos los que os habéis acercado a KALEARGIA!
Hoy quiero hablaros de la cruz. Pero no cualquier cruz, sino de la cruz de Cristo. Sabéis que para los cristianos la cruz tiene un significado muy valioso. No porque adoremos el símbolo de la cruz en sí, sino por su significado.
Y hablando de símbolos, me gustaría hacer una pequeña referencia un símbolo realmente emblemático para los vascos. Nuestra ikurriña. Muchos os preguntaréis qué tendrá que ver la ikurriña con la cruz. Dejadme que os cuente una pequeña curiosidad:
La ikurriña fue creada en 1894 por los hermanos Arana, y en un principio correspondía, dentro de la serie de banderas que diseñaron, a la que identificaba el territorio de Vizcaya. Posteriormente pasó a representar a los siete territorios considerados vascos por los nacionalistas y, con la constitución de la comunidad autónoma del País Vasco, se adoptó como su bandera oficial.
Según sus creadores, los elementos que la componen tienen el siguiente significado:
- Base roja. Históricamente, la bandera de Vizcaya era roja. Cuando Sabino Arana creó la Ikurriña, quería darle el significado Vizcaya, independencia y Dios, así que el color rojo del campo representa Vizcaya o Euskadi.
- La cruz verde de San Andrés es puesta por la Independencia del País Vasco. Es verde porque también simboliza el roble de Guernica, el símbolo de la libertad vasca.
- Y finalmente la cruz blanca, y aquí la relación con nuestra cruz, pues la cruz blanca representa a Dios, Dios sobre todas las cosas, ya que Arana quiso crear una Vizcaya Independiente basada en el cristianismo.
Siendo ésta la religión Europea más importante de la época, era muy común ver este símbolo en la mayoría de las banderas.
No obstante, a día de hoy, aun estando rodeados de símbolos cristianos, iglesias y parroquias, éstas se encuentran prácticamente vacías. Parece ser que no está de “moda” el hecho de ser cristiano. Y esto podría estar relacionado, en parte, con una errónea imagen de la Iglesia, y me explico; A través de la historia se han ido creando varias instituciones cristianas, lamentablemente no todas ellas han sabido representar bien ni la identidad de Cristo ni su carácter, es más, la imagen que han proyectado ha sido una imagen completamente distorsionada de lo que es la fe cristiana. Por eso, aunque suene muy triste, mucha gente relaciona el seguir a Cristo con pertenecer a una religión basada en la imposición, una secta oscura y gris.
Paradójicamente, recordemos que hace más de 2000 años Jesús fue asesinado. Su opinión chocaba con la del imperio romano, con la hipocresía de la sociedad, la política y la religión de aquella época. La actitud de Jesús iba claramente en contra de los intereses de los mandatarios, ya que compartía sus conocimientos con gente la gente más humilde, ayudaba a los más necesitados, daba valor a los marginados, defendía los intereses de las mujeres. Podemos decir que Jesús fue uno de los primeros revolucionarios de la historia!
Pero realmente su vida y sus actos nos han enseñado que Jesús fue algo más que un revolucionario. Enviado por nuestro Padre celestial, Jesús vino al mundo a salvarnos ni más ni menos. Y fue por ello que dio su vida en la cruz.
Antes de su nacimiento, ya en el libro de Isaías había una profecía sobre su venida y su cometido.
(Isaías 42:3) No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo mortecino; con fidelidad traerá justicia.
La caña era un utensilio indispensable para los primeros hebreos, así como los palos que utilizan nuestros pastores a día de hoy; bien para dirigir el rebaño, defenderse de cualquier ataque, apoyar bien la zancada… ¿Qué hacemos con un palo cascado? Como mucho puede servirnos de leña para hacer fuego. Además puede ser peligroso, se puede partir y podemos hacernos daño incluso herir a alguien sin querer.
Pues bien, la caña cascada que se menciona en la Biblia es una representación de la gente y el pueblo, de su vacío interior. Sufrimos desasosiego, no tenemos paz. Somos como cañas cascadas.
Y ese estado, ese vacío interior es lo que la Biblia denomina pecado. Ese monstruo que todos llevamos dentro y por el que nos dejamos guiar pensando que actuamos según nuestra propia voluntad. Nuestro mayor pecado es el egocentrismo y la miseria interna que nos lleva a darle la espalda a Jesús y nos condena a una muerte eterna. (el infierno)
¿Qué podemos hacer ante esto? Recordemos el verso del libro Isaías: “No quebrará la caña cascada…” Jesús no quiere que seamos cañas quebradas, quiere restaurarnos. Murió en la cruz por nosotros, para salvarnos de nuestros pecados. Derramó su sangre para pagar nuestra deuda; “…con fidelidad traerá justicia”.
Así cualquier delito cometido nos lleva a la cárcel, nuestros pecados nos conducen directamente al infierno, a menos que alguien page por nuestra condena. “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23)
Después de morir, Jesús resucitó al tercer día, venciendo así a la muerte. Es por esto que sólo Él tiene el poder de darnos vida nueva, vida eterna. Jesús vive, Jesús es perdón, amor, paz, dignidad, esperanza…Jesús es la salvación.
¿Y cómo podemos obtenerla? Ya que la salvacion no la merecemos. Debemos poner nuestra fe en Jesús . Esta es una “dádiva de Dios”, un regalo que nos hace por su “gracia”, su “bondad inmerecida”.
Creemos y confiamos en un Dios - Salvador que puede identificarse con nosotros. 100% perfecto y 100% Hombre. Y ese sólo puede ser Jesucristo!
Él dio su vida en la cruz porque te ama. Así es que si quieres recibir el regalo de la vida eterna, busca a Jesús y acéptalo en tu vida como tu Señor y Salvador.
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