viernes, 18 de octubre de 2024

Oportunidades y soluciones

 Transformar


“Cuando Jesús salió del templo, vio por el camino a un joven que había nacido ciego.  Los discípulos le preguntaron a Jesús: —Maestro, ¿quién tiene la culpa de que este joven haya nacido ciego? ¿Fue por algo malo que hizo él mismo, o por algo malo que hicieron sus padres? Jesús les respondió: —Ni él ni sus padres tienen la culpa. Nació así para que ustedes vean cómo el poder de Dios lo sana.”, Jn 9:1-3 

“Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: ¿Quién pecó él o sus padres? – Ni el pecó, ni sus padres - respondió Jesús.” La pregunta de los discípulos refleja que la enfermedad era vista como un castigo por el pecado y si un niño nacía con discapacidad le echaban la culpa a la persona o al pecado de los padres. Jesús contradijo la perspectiva de los discípulos y contradice la nuestra. Jesús vuelve a reinterpretar la ley, Ex 20:5. Ellos veían la ceguera como la consecuencia de un pecado. Jesús por el contrario vio en esta circunstancia un motivo y una oportunidad para hacer la voluntad de Dios. Jesús no buscó explicar la situación sino transformarla. Que la “obra de Dios sea evidente” y transformar el mundo es lo que Dios quiere. El llamado a los seguidores de Jesús es seguir sus obras y aún realizar otras “mayores”, Jn 14:12.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Oramos por un movimiento de discípulos y nuevas comunidades de fe en el País Vasco. Oramos por Daniel, Marta e Iker Scott Rizzo.


 

Oramos por un movimiento de discípulos y nuevas comunidades de fe en el País Vasco. Oramos por Daniel, Marta e Iker Scott Rizzo.

 


miércoles, 16 de octubre de 2024

Sufrimiento ¿Quién es el culpable?

 ¿Quién tiene la culpa?

“Maestro, ¿quién tiene la culpa de que este joven haya nacido ciego? ¿Fue por algo malo que hizo él mismo, o por algo malo que hicieron sus padres?”, Jn 9:2

En términos generales es cierto que el sufrimiento es consecuencia del pecado. Hay sufrimiento en el mundo porque no es el mundo que Dios quería. No lo es porque los seres humanos hemos empleado mal la libertad. Por el pecado humano entro la muerte en el mundo. “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron”, Ro 5:12. Entonces el sufrimiento (sea por enfermedad, guerras o aun por causas naturales) no debería existir. Es consecuencia del pecado, pero esto no implica que hay una relación individual y directa. Las personas muertas en diferentes lugares del mundo ya sea por guerras, persecución, pestes, hambrunas, abusos de todo tipo, falta de higiene y salud han sufrido por el pecado, pero no por el suyo propio, sino por el de la humanidad. El pecado es una realidad no solo individual, sino también estructural y hasta afecta a la misma naturaleza. “La creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, ... Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; y los creyentes también gemimos—aunque tenemos al Espíritu Santo en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura—porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el nuevo cuerpo que nos prometió.”, Ro 8:21-23. Cuando venga la redención final y completa y el pecado ya no exista más, también desaparecerá todo sufrimiento. “Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir”, Ap 21:4. "Sus frutos dan vida eterna, y sus hojas sirven para sanar las enfermedades de todo el mundo", Ap 22:1-3, Is 65:17-25

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 13 de octubre de 2024

Calidad de vida

 Ver

“Cuando Jesús salió del templo, vio por el camino a un joven que había nacido ciego”, Jn 9:1

Cuando miramos a la sociedad en todas sus facetas que bueno sería enfocarnos en cómo contribuir para que pueda haber una mayor calidad de vida. Que pueda haber más oportunidades y soluciones a los problemas sociales y estructurales que vienen como consecuencia de una vida alejada del plan de Dios. Jesús vio a un joven y era ciego. Jesús observa y mira. Jesús esta predispuesto a ver una realidad y no quedarse afuera de esta realidad. No hay reflexión y posterior acción sino estamos dispuestos a ver, a mirar, observar y ser parte de esta realidad. Nuestro desafío es traer respuestas concretas ante el sufrimiento de la gente. Es darme cuenta de que ahí está el campo de misión. Toda la iglesia es misionera. Como iglesia si solo nos metemos en nuestras reglas y ritos entendiendo que el quehacer religioso tiene que ver solo con la asistencia a los servicios presenciales o virtuales habremos perdido el principal foco que viene por parte de nuestro Señor: “Que la obra de Dios se manifieste”. Jesús confronto a las personas que veían a la religión como un fin en sí. Eran capaces de hacerse los ciegos frente a la necesidad. “Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor! Jesús les dijo a sus discípulos: «Son muchos los que necesitan entrar al reino de Dios, pero son muy pocos los discípulos para anunciarles las buenas noticias. Por eso, pídanle a Dios que envíe más discípulos, para que compartan las buenas noticias con toda esa gente.», Mt 9:35-38

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Apertura

 Hacer el bien y vivir en paz

“Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mi… Si tu mano te hace pecar, córtatela… Que no falte la sal entre ustedes para que puedan vivir en paz unos con otros” Mr. 9:42-50

Jesús nos dice que no falte la sal entre nosotros en nuestro trato mutuo y que vivamos en paz. La discordia había comenzado porque discutían entre sí quién era el más importante, Mr. 9:33-37. La sal es el símbolo de la disposición de que puedan vivir en paz unos con otros en la comunidad. El Señor nos advierte en tener cuidado de transformarnos en un escándalo o tropiezo para otros, hacer pecar a los que son más pequeños. Pequeños como el que echa demonios que no forma parte de los doce, Mr. 9:38-41, o bien la figura del niño que son modelos de siervos sencillos y humildes, Mr.10:13-16. No excluirlos. Cortemos de raíz este mal. Se requiere una acción drástica que tiene que ver con cortar, dejar y abandonar el pecado. Se orienta la vida de la comunidad hacia la apertura. No acepta el mal. Trasciende fronteras creadas por los sistemas. Cuidado con el “abuso del poder” o el “amor al poder” en vez del “poder del amor”. La responsabilidad y autoridad que se nos ha dado es principalmente para servir, amar y recibir a otros. "Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás. Si alguien los trata mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a todos. Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el mundo. Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.» No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.", Ro 12:16-21

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

viernes, 11 de octubre de 2024

La diferencia sin caer en la división

 Un vaso de agua en el camino

"Les aseguro que Dios no se olvidará de premiar a quien les dé un vaso de agua sólo porque ustedes son míos.”, Mc 9:41

Dios nos llama a vivir y afirmar la unidad en medio de "todo su pueblo". Hablamos de la unidad sin caer en la uniformidad, la distinción sin caer en el individualismo, la diferencia sin caer en la división. Nuestro Señor nos invita andar por sus caminos, aceptar sus palabras y ampliar nuestra manera de pensar. Como dice el salmista: “Corro por el camino de tus mandamientos, porque has ampliado mi modo de pensar.”, Sal 119:32. Nadie tiene la exclusividad o el monopolio del evangelio y el Espíritu Santo. Jesús promete un premio para aquellos que están dispuestos en ayudar a los que son del “pueblo de Dios”. Este vaso de agua se da en el camino. También nos advierte "El que no está de mi parte, está contra mí. El que no me ayuda a traer a otros para que me sigan, es como si los estuviera ahuyentando.”, Mt 12:30. Juan y los discípulos aprendieron esta lección y años más tarde Juan escribe a su amigo Gayo que seguramente era líder en la iglesia: "Algunos miembros de la iglesia vinieron y me contaron que sigues confiando en la verdad que Jesucristo nos enseñó. Eso me dio mucho gusto. Nada me alegra más que saber que mis hijos obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado. Querido hermano, tú te portas muy bien cuando ayudas a los otros seguidores de Cristo, especialmente a los que llegan de otros lugares. Ellos le han contado a toda la iglesia cuánto los amas. Por favor, ayúdalos en todo lo que necesiten para continuar su viaje. Hazlo de tal modo que resulte agradable a Dios. Ellos han comenzado a anunciar el mensaje de Jesucristo, y no han aceptado ninguna ayuda de los que no creen en Dios. Por eso, debemos ayudarlos en este trabajo que han empezado, y también debemos hacernos cargo de ellos.”, 3 Jn 1:3-8.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 10 de octubre de 2024

Ensancha los espacios

 Ensanchar la mente y el corazón 

“Quien no está contra nosotros, realmente está a nuestro favor.”, Mc 9:40

El evangelio del Reino de Dios ensancha nuestra mente y corazón. Es un evangelio que nos invita a movernos con total libertad. Ensancha los espacios. “Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.”, Jn 10:9. Tengamos cuidado de no dejar fuera al que debe estar dentro. Dejemos de lado toda “etiqueta denominacional” y “sectarismo”. Cuando excluimos a otros corremos el peligro de que los que se queden fuera seamos nosotros. “Entonces les contestaré: “Como ustedes no ayudaron ni a una de las personas menos importantes de este mundo, yo considero que tampoco me ayudaron a mí.”, Mt 25:45. “Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”, 1 Jn 4:7-8. “El odio produce más odio; el amor todo lo perdona”, Pr 10:12. “Hijos míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros”, 1 Jn 4:11-12. Miremos por todos aquellos que están “a favor nuestro” entre los muchos que “no son de los nuestros”.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox