viernes, 1 de marzo de 2024

Kike Pavón ft. Melissa Janet Romero - Me Cubre Tu Gracia (Video Oficial)

Liberación del mal

 Con poder

"La gente se quedó muy asombrada, y se preguntaba: «¿Qué es esto? ¿Una nueva enseñanza? ¿Qué clase de poder tiene este hombre? Con autoridad y poder ordena a los espíritus malos que salgan, ¡y ellos lo obedecen!», Mc 1:27

 Jesús se encuentra ante una persona que no es ella misma, que está trastornada y ocupada abusivamente por otra. Jesús no hacía alarde de su poder. El poder mostrado por Jesús no era para sí mismo, sino que estaba a favor de los demás. Dios se hace presente en la palabra que sana y se concreta en la acción. Esto constituye un acto de liberación. Jesús nos trae algo nuevo porque su palabra se transforma para que suceda algo. El éxodo de la persona hacia Dios comienza con el éxodo forzoso de los demonios que se han apoderado de la gente. El resultado final es la liberación del mal y Jesús deja al descubierto al enemigo para derrotarlo.  "En la sinagoga, había un hombre que tenía un espíritu malo. El espíritu le gritó a Jesús: —¡Jesús de Nazaret! ¿Qué tienes contra nosotros? ¿Acaso vienes a destruirnos? Yo te conozco. ¡Tú eres el Hijo de Dios!”, Mc 1:23-24. Las personas son víctimas de las fuerzas malignas y en la predicación de Jesús el demonio advierte que su reino se ve amenazado por la manifestación del Reino de Dios. “Pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras sino en vivir por el poder de Dios”, 1 Co 4:20. La vida vuelve a ser otra cuando es habitada por el Espíritu de Dios. Se transforma en un espacio de libertad y lugar de comunión. “Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad”, 2 Co 3:17. "Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: «¡Papá!» El Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu, y nos asegura que somos hijos de Dios.  Y como somos sus hijos, tenemos derecho a todo lo bueno que él ha preparado para nosotros.”, Ro 8:15-17

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 29 de febrero de 2024

Servicio

 Con Autoridad

"Jesús y sus discípulos fueron al pueblo de Cafarnaúm. El sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban admirados de sus enseñanzas, pues cuando les hablaba, lo hacía con autoridad, y no como los maestros de la Ley”, Mc 1:21-22

Jesús va a una sinagoga donde se desarrolla la oración, la lectura y la explicación de la ley. Eran edificios sencillos y la predicación la hacía el presidente de la asamblea o bien algún participante. Los religiosos eran especialistas en compartir las escrituras y eran los intérpretes oficiales de la ley, por lo tanto, tenían autoridad. Ahora bien, la autoridad de Jesús que tanto impresiona a la gente es de otro tipo. Es una autoridad que viene de lo alto y es reconocida por el pueblo, no por un sentido de sujeción y de miedo, sino porque todos ven la preeminencia que hay en su corazón, sus aspiraciones más profundas de libertad. No es una autoridad que está vinculada con el puesto que ocupa, sino una autoridad que lo demuestra por lo que hace y no sólo por lo que dice, 1 Co 4:20. En Jesús, el mensaje es inseparable de su ser. El mensaje es él mismo. Proclama y actúa. Palabra y obra, obra y palabra. Jesús nos muestra un sentido diferente de lo que significa la autoridad. Es una autoridad que está para servir y no para ser servido. Es una autoridad que no se vale de sus privilegios divinos para beneficio propio. Es una autoridad que conoce su identidad y no necesita valerse del poder para dominar o manipular a los demás. Es una autoridad basada en la gracia y la misericordia, da vuelta el orden social, y nos ama hasta el fin. Jesús está a favor de los sencillos y pequeños. Jesús traspasa el poder religioso y restituye la libertad. “Y si yo echo fuera los demonios con el poder del Espíritu de Dios, con eso les demuestro que el reino de Dios ya está aquí”, Mt 12:28. «¿Entienden ustedes lo que acabo de hacer?... Pues si yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros", Jn 13:12-17

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 28 de febrero de 2024

Ojos de Fe

 Revelación

El evangelio de Juan es revelador cuando nos dice “El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no le reconoció”, Jn 1:10. Jesús no llegó a esta tierra en helicóptero, tampoco en un avión privado, no anduvo con un traje de seda blanco respaldado por las grandes firmas comerciales y tampoco caminaba a diez metros de altura haciendo alarde de su poder. La identidad de Jesús es conflictiva para muchos. Corremos el riesgo de olvidarnos del “Jesús carpintero, el otro lado del Jesús Hijo de Dios”. Dios en la persona de Jesucristo se hace humano, elige la periferia, una provincia pobre, un hogar humilde y camina por las aldeas y pueblos sirviendo a la gente. Jesús no usó su divinidad para hacer ostentación de su poder, Fil. 2:5-8. El evangelio nos sorprende cuando dice que el mundo no le reconoció, porque a Jesús solo se lo puede ver con los ojos de la Fe.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 27 de febrero de 2024

A todas partes

 Vámonos de aquí

Jesús enseñaba, pero no se detenía ahí. Liberaba a las personas de los demonios y las sanaba como fue el caso de la suegra de Simón y muchos más que padecían de diversas enfermedades, Mc 1:30-34. El evangelio de Marcos nos relata que muy de madrugada cuando todavía estaba oscuro se iba a un lugar solitario para orar. Simón y sus compañeros salieron a buscarlo y le dijeron “Todo el mundo te busca. Jesús respondió: Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde pueda predicar, para esto he venido”, Mc 1:35-39. Jesús no se centró en formar una mega estructura religiosa sino en recorrer toda Galilea predicando y expulsando demonios. El Señor “no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan”, 2 P 3:9. Nada ni nadie puede detenerlo. Nadie puede parar a Jesús. Jesús se define como el camino y nos espera en otra parte. Se traslada de un lugar a otro sin tener domicilio fijo. Sabe caminar a oscuras, corre riesgos y disfruta la aventura. Estar con Cristo significa movernos con Él y aceptar el riesgo del camino. El evangelio tiene que ver con el creer en Cristo, el Hijo de Dios y el creer en Cristo tiene que ver con saber vivir. Es difícil conocerlo si nos mantenemos distantes. Es cómodo hablar de una geografía donde nunca pusimos los pies. Al Señor le encontramos cuando nos unimos con Él. Se nos llama a ser buscadores de Dios, pero no podemos privatizarlo o domesticarlo. La pregunta final es ¿dónde nos lleva? Jesús nos invita a seguir su caminar hacia las tierras lejanas y nos espera en la próxima parada de nuestro futuro. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 26 de febrero de 2024

Levantarnos

 Seguir en su camino

“Tan pronto como salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.  La suegra de Simón estaba en cama con fiebre y enseguida se lo dijeron a Jesús”, Mc 1:29-30

Marcos nos describe un milagro y sus consecuencias inmediatas. Se nos habla de la suegra de Pedro, pero no de su esposa. Algunos comentaristas sugieren que Pedro era viudo, pero Pablo comenta que la esposa de Pedro le acompañaba en sus primeros viajes de misión, 1 Co 9:5. Los discípulos aparentemente son los que le comparten a Jesús lo que sucede con la suegra de Pedro. El milagro que han visto en la sinagoga les da confianza. “Jesús se acercó, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse”. Jesús levanta a las personas de su estado de enfermedad y frustración. La comunidad primitiva quizás podía interpretar el episodio en la clave de la resurrección. “Entonces se le quitó la fiebre y comenzó a servirles”. La doctrina es la gracia y la ética es la gratitud. No podemos ganarnos la salvación por nuestros propios méritos. Todo es de Él por pura gracia. Lo que si podemos hacer es seguirle en el camino, ser discípulos y hacer discípulos del Señor. Nuestra respuesta es servir y seguir en su camino por gratitud. No podemos hacer nada más y nada menos para que Dios nos ame y nos salve por su gracia. Dios nos ama, te ama. Jesús nos dice: “a ti te digo, ¡levántate!”. Somos llamados a levantarnos y ayudar a otros a que se levanten a una nueva vida en el nombre de Jesús.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

domingo, 25 de febrero de 2024

Derrotar al mal

 Admiración

«¿Qué clase de enseñanza nueva es esta? —se preguntaban con emoción—. ¡Tiene tanta autoridad!», Mc 1:27
 
La misión de Jesús es anunciar la buena noticia que Dios ha venido a derrotar el mal, bendecir a la humanidad y reinar sobre las naciones. “Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados”, Col 1:13-14. Jesús uso su autoridad para liberar. Las personas son el enfoque, la misericordia y el amor de Dios por toda la humanidad. El Rey lucho contra el mal para liberar al pueblo. “Cuando Jesús bajó de la barca, vio a la gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos”, Mt 14:14. Se movió por la compasión a beneficio de los que habían sido dañados por la maldad. “Tuvo compasión de ellos porque eran como ovejas sin pastor. Entonces comenzó a enseñarles muchas cosas”, Mc 6:34. Jesús Sano y Enseño. Su autoridad no la utilizo para su propio beneficio sino para el beneficio y liberación de la gente. Peleaba contra el dominio de Satanás para rescatar, liberar y salvar. Jesús peleo con valor enfrentando a los demonios y la enfermedad. El pastor peleo contra los lobos para salvar a las ovejas, Jn 10:11-13. «Les digo la verdad, yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo eran ladrones y bandidos, pero las verdaderas ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos. Entrarán y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos.  El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante”, Jn 10:7-10. Jesús nos deja mover con entera libertad y hallar buenos pastos.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 24 de febrero de 2024

Potestad

 Influencia, poder, mando

"¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad!”, Mc 1:27

La enseñanza de Jesús es nueva porque lo hace con una autoridad que es diferente a lo que solemos conocer. Puede haber autoridad profesional y técnica que trasmite conceptos y puede estar unida a la repetición de una tradición. La autoridad de Jesús viene por otro lado y se afirma con un testimonio de clara evidencia. En la época de Jesús como también en nuestro tiempo se puede hablar desde una posición de poder y mando, pero no necesariamente esto representa la influencia en el poder del amor. La palabra de Jesús es eficaz, poderosa para sanar, liberar y salvar. No pretende hacerse escuchar porque tiene autoridad; su vida le da esa autoridad en la que logra hacerse escuchar. Jesús tiene una palabra que sorprende, que llega al corazón y que pone en movimiento a alguien y algo. Es una palabra que tiene algo para decirnos, sabe como decirla y produce seguimiento o rechazo. Jesús se posiciona en la calidad de su palabra y no desde la autoridad jerárquica que está ligada con el puesto que uno tiene. En Jesús vemos que su ser y opciones están abiertas invitando a toda la humanidad para estar en su seguimiento. No se trata de la profesionalidad religiosa sino de la pasión, no de la burocracia y deber sino de la convicción y el amor. Su palabra no le tiene miedo a los obstáculos y las oposiciones que provoca. Dios no deja de asombrarnos y golpea nuestro corazón endurecido por la costumbre y la rutina. Desea abrir un camino, un espacio, liberar y hacer algo nuevo. La autoridad que viene de lo alto se dirige hacia lo bajo, a favor de toda persona. Su palabra es liberación y crecimiento. Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. “La palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.”, He 4:12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 23 de febrero de 2024

Esplendor

  Plenitud de vida

“¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret?", Mc 1:24

Jesús nos dice “Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente”, Jn 10:10. Dios quiere lo mejor para nuestra vida, pero también le podemos decir ¿Porque te metes con mi vida? ¿Qué es lo que deseas quitar? Jesús puede ser un extraño o intruso cuando le negamos la opción de hacer algo diferente. Cuando Dios llamo a Jeremías le dijo «He puesto en tu boca mis palabras. Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar», Jer1:9-10. No podemos construir algo nuevo a partir de lo viejo, sin demoler, arrancar, derribar y destruir. Dios se ha propuesto construir y plantar algo diferente que nos lleva a vivir en plenitud. La salvación comienza en el momento mismo en que aceptamos que Jesús viene a nuestra vida a sacar todo lo que no sirve y hacernos nuevas personas. “Yo, por mi parte, pondré mi confianza en Dios. Él es mi salvador, y sé que habrá de escucharme”, Mi 7:7 «El mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón». Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo”, Ro 10:8-10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 22 de febrero de 2024

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“Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar... De pronto, un hombre en la sinagoga, que estaba poseído por un espíritu maligno, gritó: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: el Santo de Dios!» Pero Jesús lo reprendió: «¡Cállate!—le ordenó—. ¡Sal de este hombre!». En ese mismo momento, el espíritu maligno soltó un alarido, le causó convulsiones al hombre y luego salió de él", Mc 1:21-26

Martín Lutero decía “Donde Dios ha construido una iglesia, el demonio construye también su capilla”. Saber diferenciar una de la otra es la esencia de la comunión entre los creyentes y saber cómo enfrentar el mal. Suele pasar que algunas veces se vive entre los extremos que todo lo que pasa y anda mal es demoníaco o nada es demoníaco. Dios está en el centro de todo, el señorío es de Cristo y es clave rechazar la centralidad del demonio. Dios nos invita a ver y vivir en su Gracia y el demonio es inferior a Dios bajo todos los conceptos. “Debemos rechazar el demonio como excusa para anular la libertad y la responsabilidad humana. Antes que nada, debemos señalarnos con el dedo a nosotros mismos, no consolarnos diciendo que otros nos arrastran, nos despedazan y nos quebrantan”. Ante todo, está el ser humano con su libertad y con su riesgo fascinante. “Piensa bien antes de actuar, y estarás bien protegido; el mal no te alcanzará ni los malvados podrán contigo”, Pr 2:11-12 “El cielo y la tierra son testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida”, Dt 30:19. “Busquen al Señor y su fuerza, búsquenlo continuamente”, 1 Cr 16:11

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Autoridad Absoluta

 El más fuerte

“Jesús y sus compañeros fueron al pueblo de Capernaúm. Cuando llegó el día de descanso, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar”, Mc 1:21

Cuando la comunidad de fe atraviesa periodos de un sueño profundo el diablo duerme tranquilamente. Muchas veces el peligro está oculto, es secreto e invisible. Esto puede pasar cuando tenemos un estilo de vida opaco, decadente y perdemos el compromiso en ser discípulos de Jesús. En estas circunstancias el demonio puede dormir con mucha tranquilidad, se entrega al sueño, desaparece de circulación, porque no tiene nada que temer. Cuando el demonio se siente amenazado trata de no perder sus posesiones que debilitan su poder y cuestionan su imperio. La llegada de Jesús hace sonar todas las alarmas y los demonios saltan: “¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?”. Llego el más fuerte y tiene la autoridad absoluta. Su nombre es Jesús. “Permítanme darles otra ilustración. ¿Quién tiene suficiente poder para entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes? Solo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y después saquear su casa”, Mc 3:27. “Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente. Yo soy el buen pastor. El buen pastor está dispuesto a morir por sus ovejas”, Jn 10:10-11. Expulsemos al demonio, pero no a Jesús. “Porque la luz hace todo visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes; levántate de los muertos, y Cristo te dará luz», Ef 5:14

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Abrir los ojos

  Caminar y ser abiertos “Seis días después, Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a Juan hasta un cerro alto, para estar solos. Frente a ellos,...