viernes, 19 de enero de 2024

Nuevo comienzo

Leer la vida

“Cuando Jesús vio a Simón, le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan, pero ahora te vas a llamar Cefas, es decir, Pedro», Jn 1:42

Jesús nos conoce y sabe quiénes somos realmente. Su mirada no solo es una mirada de elección, sino también una mirada profunda. Nos puede leer el corazón, sabe que llevamos dentro y como interpretamos la vida. Jesús le anuncia a Simón que será llamado Pedro. Mas adelante Jesús les pregunta a sus discípulos: “—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Jesús respondió: —Bendito eres, Simón hijo de Juan, porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano. Ahora te digo que tú eres Pedro (que significa “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará”, Mt 16:15-18. Jesucristo es la “vida entera”, es la roca que edifica la iglesia y el poder de la muerte no la conquistará. “Ustedes son piedras vivas que Dios está usando para construir un templo espiritual. Por lo tanto, acérquense a Jesucristo, pues él es la piedra viva que la gente despreció, pero que Dios eligió como la piedra más valiosa. Además, ustedes son sacerdotes especiales, y por medio de Jesucristo le ofrecerán a Dios los sacrificios que a él le agradan. Pues Dios dice en la Biblia: «… Seré la piedra principal, y serviré de base al edificio» El que confíe en mí jamás será engañado» … “ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado, y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.”, 1 P 2:4-9. Se nos encarga dar a conocer al Señor que puede leer la vida de todo ser humano, darle un nuevo comienzo y una nueva interpretación.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 18 de enero de 2024

Conmoción

Realidad dinámica

"Ellos fueron y vieron dónde vivía Jesús; y como eran casi las cuatro de la tarde, se quedaron con él por el resto del día. Uno de ellos era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Cuando lo encontró, le dijo: «¡Hemos encontrado al Mesías, es decir, al Cristo!» Entonces Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús. Cuando Jesús vio a Simón, le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan, pero ahora te vas a llamar Cefas, es decir, Pedro», Jn 1:39-42

Encontrarnos con Jesús es una realidad dinámica y una misión para realizar. Andrés y el otro discípulo permanecieron con Jesús, pero esta realidad no fue la concluyente. Andrés, sin dudarlo fue a buscar a su propio hermano Simón y cuando lo encontró, le dijo: «¡Hemos encontrado al Mesías, es decir, al Cristo!». Nada es ya como antes. Se ha producido un hecho nuevo, por el cual ellos son personas “distintas”.  La fe es don y es experiencia. El “signo” ofrecido por el testigo puede servir para encender un deseo, poner en movimiento, pero de ninguna manera debe reemplazar al descubrimiento personal. El encuentro con Jesús no esta encerrado en sí mismo en una esfera intimista. Estar y seguir a Jesús nos lleva en ir a buscar a otros. El “ver” se hace contagioso y la fe se hace invitación. El encuentro con Jesucristo nos lleva a ir a buscar a los demás. No buscarle, no “vivir con él”, significa que otros no lo puedan encontrar. Una fe no contagiosa es una fe enferma, o incluso muerta.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

miércoles, 17 de enero de 2024

Trayecto

Seguir y ver

La única manera de conocer a Jesús es ir por donde el camina. Suele desacomodarnos para quitar nuestras ambiciones egoístas. Es directo y nos quiere llevar a pensar en los demás, trabajar a favor de la justicia, la misericordia y la paz. Nos invita a seguirle y busca una transformación en nosotros. El evangelio de Juan nos dice que los primeros discípulos le siguieron y “se quedaron con El”, Jn 1:39. Jesús nos desafía a ver donde se hospeda. Su casa es casa de oración para todas las naciones; para todas las etnias hasta lo último de la tierra, Mc 11:17. Está caminando por cada rincón de esta tierra, no se queda quieto y “es imprevisible en sus exigencias”. “El no soporta nuestra tienda angosta, de siempre. La quiere diferente, más espaciosa, más variada”, Is 54:2-3.  Estar en el seguimiento de Jesús es un proceso que comienza y nunca acaba. La invitación de Jesús es seguir para poder ver, y no ver para poder seguir. Implica creer y seguir creyendo. Muchos quieren ver antes de comprometerse, pero bienaventurados son los que creen sin ver porque luego verán, Jn 20:29. “Sin la seguridad de haber visto y entendido todo, estamos llamados a arriesgarnos y actuar en la confianza de que Dios será fiel a su carácter y promesas. Como dijo Pablo, "estamos llamados a vivir no por vista, sino por Fe, 2 Co. 5:7”. Esto cambia nuestra historia y cambia la historia. “Aceptemos por tanto nuestro camino. Que es siempre un camino incomodo, lleno de dificultades y de sorpresas. Saber caminar a oscuras, saber correr el riesgo, saber gustar la aventura cristiana en todo su maravilloso dramatismo”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 16 de enero de 2024

Itinerario

Recorrido

 "-Vengan y vean—les dijo”, Jn 1:39
 
Jesús nos introduce en un descubrimiento progresivo, en las sorpresas. No presenta un programa cerrado, sino un camino atrayente para recorrer, un itinerario imprevisible, una estimulante aventura que vivir. Habrá riesgos y cosas inesperadas. No faltarán las novedades y habrá lugar para la maravilla. Cuando uno acepta realizar el salto de la fe, aterriza en un territorio que hay que descubrir. Nuestro tema son los pasos que debemos dar y lo que vamos a ver. Jesús propone un camino, a lo largo del cual se construye desde adentro un creyente. Nos dirige hacia nuevos horizontes, cosas que ver y descubrir. La lámpara de Dios no se ha apagado y sigue encendida, 1 S 3:3. En medio del camino Dios nos dice «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él», Mt 17:15. La lámpara de Dios no se apaga mientras haya personas dispuestas a escuchar su voz y seguirle. “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino”, Sal 109:105. La lampara no alumbra todo el camino, pero nos permite caminar. “—¿Puedes confiar en Dios? Para el que confía en él, todo es posible”, Mc 9:23.

lunes, 15 de enero de 2024

Aventura

"Fe" 

“Vengan a ver”, Jn 1:39

"Vengan a ver" se trata de una Fe difícil porque Dios muchas veces nos sacude, nos moviliza, hay que partir y no conocemos el camino. Es la misma experiencia que tuvo Abraham cuando la escritura nos dice: “Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber dónde iba… y habitó en tiendas de campaña”, He 11:8-9. Es una Fe peligrosa porque te expone a la intemperie. Se aprende a vivir entre dificultades, demoras e incomodidad. Tampoco hay rebaja en el costo del billete. Hay que ponerse a caminar, mover la carpa, avanzar y tener un espíritu nómada que va en contra de la mentalidad de gueto. Hay éxodo, peregrinación y recorrido. La Fe es aventura y riesgo porque se nos llama a creer. Es fiarse y confiar en otra persona que conoce el camino. “Creer quiere decir simplemente que otro conoce el camino y sabe dónde esperarnos”. Solo nos podemos guiar por una voz, palabra y promesa. “El riesgo fundamental es siempre el de los pasos, no el de las discusiones” El Reino de Dios quiere alcanzar territorios inexplorados por lo tanto Dios nos espera en otra parte.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 14 de enero de 2024

Jesús

“Único”

Juan el Bautista se encontraba con dos de sus discípulos y al ver pasar a Jesús les dijo “¡Aquí tienen al Cordero de Dios!”. La razón de ser del Bautista era testificar sobre Jesús para que fuera revelado a Israel. El éxito de su ministerio era conducir a las personas a Jesús. “Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunto: ¿Qué buscan?, Jn 1:37-38. Jesús confronto a estos dos discípulos y también nos confronta a nosotros. Siempre es un buen momento para preguntarnos y pensar, ¿Qué es lo que buscamos de Jesús? Jesús cuestiona a los que les siguen. Más allá de nuestras primeras respuestas y motivos, el Señor nos desafía: “Vengan a ver”, Jn 1:39. “Vengan a ver” es la gran invitación de Jesús. Significa ser semejantes a Él, aprender, aceptar sus condiciones y experimentar poder, Mt 11:28-30. Nos desafía a profundizar nuestro compromiso y continuar un proceso de fe. No siempre buscamos a Jesús por motivos desinteresados, pero Jesús nos quiere llevar más allá. Es camino e invitación. Es crecer en la calidad de la relación con El, con nuestro prójimo, permanecer en sus enseñanzas y unirnos a su misión, Jn 8:31, 20:21

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 13 de enero de 2024

Examinar

Indagar

¿Qué buscan?, Jn 1:37-38

Estar en el camino del seguimiento de Jesús nos lleva a examinarnos a nosotros mismos y verificar continuamente la autenticidad de su búsqueda. En cuestión de búsquedas debemos ser honestos con nosotros mismos. Existe el riesgo de buscar al Señor por motivos equivocados. No se trata de usar el nombre de Dios para construir el propio monumento de honores, éxito, prestigio, poder y fama. Una cosa es lo que nosotros buscamos y otra diferente puede ser la que Jesús nos presenta. Podemos buscar lo superficial, pasajero o fugaz, pero Jesús nos ofrece lo que es absoluto y duradero. Dios nos llama a una búsqueda arriesgada, de fe, atrevida, que desemboca en la novedad más sorprendente. “Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?”, o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”.  Los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.  Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas”, Mt 6:31-33. “Verás cosas más grandes que esta. Y agregó: «Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la tierra”, Jn 1:50-51

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 12 de enero de 2024

Orientar

Una mirada

“Jesús miró a su alrededor y vio que ellos lo seguían”, Jn 1:38

La gracia de una mirada es la que suele llegar al corazón. Suelen ser miradas que dicen más que las palabras. Jesús nos mira y nos ama. Nos cuestiona, nos invita a ver y es lo nuevo que me espera en situaciones y territorios no conocidos. “Cuando Jesús vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.” En otra ocasión "Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo— … Después ven y sígueme”. Su mirada de amor nos desafía a preguntarnos si Jesús tiene la prioridad sobre nuestras elecciones. “Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe”, He 12:1-2

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

jueves, 11 de enero de 2024

Estrategia

Logística, formación y libertad

Juan el Bautista no debe haber equipado a sus discípulos con demasiadas cosas. Mateo nos informa que "Juan usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Se alimentaba con langostas y miel silvestre.  Gente de Jerusalén, de toda Judea y de todo el valle del Jordán salía para ver y escuchar a Juan; y cuando confesaban sus pecados, él las bautizaba en el río Jordán”, Mt 3:4-6. Su método fue la austeridad y todo centrado en lo esencial. Ha puesto en pie a personas libres. Libres incluso frente al educador. Los discípulos se han despertado gracias a su voz firme. Los ayudo a descubrir y a frecuentar las profundidades, más que a pasearse en las superficies. Preparación significa quitar lo que impide recibir. Se trata de desaprender, o más bien, aprender de otra manera. Los llevo a salir de los esquemas habituales para descubrir las sorpresas. De la formación no debe salir uno que solamente sabe, sino una persona capaz de exponerse sin protecciones a la luz de la Palabra. Juan eligió ser sencillo y tener las manos abiertas para soltar a sus discípulos. «¡Miren, aquí viene el Cordero de Dios!». Sus discípulos más fieles no dudaron en seguir a “Otro” y esta era la manera más hermosa de decirle gracias. Los preparo para que estuviesen dispuestos a ofrecer su vida al seguimiento del único e insustituible Señor. “Los alumnos no son superiores a su maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá como su maestro”, Lc 6:40. Hagamos discípulos y soltemos a la gente a la obra que Dios desea realizar en el mundo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 10 de enero de 2024

Posición

El salto

“Siguieron a Jesús”, Jn 1:37

En el momento que nos encontramos con Jesús se requiere tomar una posición. Avanzamos o retrocedemos. Seguir a Jesús implica dar un gran salto y ningún otro puede saltar por nosotros. Es una decisión personal y el salto es posible si uno soporta el vacío bajo los pies. Juan el Bautista acompaño a los discípulos hasta el momento en que el nuevo paso ya no significaba una prolongación más de su servicio, sino una ruptura. Implicaba abrir las manos y dejarlos ir. El tema no era la continuidad, sino arriesgarse a saltar y seguir a Jesús. Somos llamados a no poseer, no controlar, no retener, abrir nuestras manos, dejarlos ir. Hay algo peor que no tener discípulos y es la pretensión de quererlos retener. “Luego agregó: «Presten mucha atención a lo que oyen. Cuanto más atentamente escuchen, tanto más entendimiento les será dado, y se les dará aún más.  A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento, pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo poco que entiendan», Mc 4.24-25

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

lunes, 8 de enero de 2024

Viajeros sin retorno

Seguimiento

“Al oír eso, los dos discípulos lo siguieron”, Jn 1:36-37

Cuando él pasa, solamente queda un camino: el suyo. El poder seguirle es algo suyo, no nuestro. No somos nosotros los que elegimos. El seguimiento viene después de la elección. Somos atrapados y fascinados al ser descubiertos por Jesús. El Señor establece un vínculo de amor con nosotros y no podemos colocarle condiciones. “Luego Jesús les dijo a sus discípulos: «Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga”, Mt 16:24, Cuando damos el primer paso nos queda sola una posibilidad: dar todos los demás. Significa ir hacia adelante y ponernos en camino. Es la única manera de ser discípulos y estar en su seguimiento. Jesús que es el “Camino” recluta personas de fe, no viajeros preocupados por el retorno. El éxodo significa saber vivir en salida y se le ofrece a los nómadas. “A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman», 1 Co 2:9.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Abrir los ojos

  Caminar y ser abiertos “Seis días después, Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a Juan hasta un cerro alto, para estar solos. Frente a ellos,...