Una nueva era
“Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús”. Hch 11:20-21
Cuando leemos los escritos de Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles lo que resalta es como el Espíritu va llamando a la iglesia a nuevas formas de obediencia. Lucas nos dice que la misión a toda etnia, cultura y lengua es la obra del Espíritu Santo y se da por medio de varios acontecimientos paralelos: la del etíope eunuco por medio de Felipe, la de Cornelio por medio de Pedro y ahora por creyentes anónimos en Antioquía. Lucas comenta que Pedro bautizó a Cornelio y a otros, es decir, nos relata el comienzo de una iglesia de origen gentil en Cesarea y ahora pasa a comentarnos de otra iglesia semejante que está en Antioquía. “Después de la muerte de Esteban, los seguidores de Jesús fueron perseguidos y maltratados. Por eso muchos de ellos huyeron … En todos esos lugares, ellos anunciaban las buenas noticias de Jesús solamente a la gente judía. Sin embargo, algunos de Chipre y otros de Cirene fueron a Antioquía y anunciaron el mensaje del Señor Jesús también a los que no eran judíos. Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús”. Antioquía tenía una comunidad judía numerosa y una bella sinagoga donde muchos paganos se sentían atraídos y es ahí donde comienza una nueva iglesia a casi quinientos kilómetros de Jerusalén. El centro de atención va a pasar de Jerusalén a Antioquía. Jerusalén tenía una tendencia a vivir aislada con su creciente estrechez nacionalista y etnocentrista. La iglesia de Jerusalén tuvo su momento y su misión, pero ahora está comenzando una nueva era. Antioquía que fue un lugar periférico, a gran distancia del centro, vendrá a ser el foco de la acción. Será necesario responder al desafío de llevar el evangelio a toda etnia, pueblo y nación. La iglesia de Antioquía no era la más rica, la más poderosa y antigua, pero el Espíritu Santo está interesado en toda comunidad de fe que está dispuesta a enfrentar los nuevos contextos y horizontes. “El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor”
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
Cuando leemos los escritos de Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles lo que resalta es como el Espíritu va llamando a la iglesia a nuevas formas de obediencia. Lucas nos dice que la misión a toda etnia, cultura y lengua es la obra del Espíritu Santo y se da por medio de varios acontecimientos paralelos: la del etíope eunuco por medio de Felipe, la de Cornelio por medio de Pedro y ahora por creyentes anónimos en Antioquía. Lucas comenta que Pedro bautizó a Cornelio y a otros, es decir, nos relata el comienzo de una iglesia de origen gentil en Cesarea y ahora pasa a comentarnos de otra iglesia semejante que está en Antioquía. “Después de la muerte de Esteban, los seguidores de Jesús fueron perseguidos y maltratados. Por eso muchos de ellos huyeron … En todos esos lugares, ellos anunciaban las buenas noticias de Jesús solamente a la gente judía. Sin embargo, algunos de Chipre y otros de Cirene fueron a Antioquía y anunciaron el mensaje del Señor Jesús también a los que no eran judíos. Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús”. Antioquía tenía una comunidad judía numerosa y una bella sinagoga donde muchos paganos se sentían atraídos y es ahí donde comienza una nueva iglesia a casi quinientos kilómetros de Jerusalén. El centro de atención va a pasar de Jerusalén a Antioquía. Jerusalén tenía una tendencia a vivir aislada con su creciente estrechez nacionalista y etnocentrista. La iglesia de Jerusalén tuvo su momento y su misión, pero ahora está comenzando una nueva era. Antioquía que fue un lugar periférico, a gran distancia del centro, vendrá a ser el foco de la acción. Será necesario responder al desafío de llevar el evangelio a toda etnia, pueblo y nación. La iglesia de Antioquía no era la más rica, la más poderosa y antigua, pero el Espíritu Santo está interesado en toda comunidad de fe que está dispuesta a enfrentar los nuevos contextos y horizontes. “El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor”
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox