viernes, 19 de mayo de 2023

Dios nos ayuda en todo

Revelación y prueba

 “Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios.”, Hch 1:3
 
Jesucristo resucitado paso cuarenta días con sus discípulos. Estos cuarenta días son significativos e indican el tiempo de una revelación y de una prueba. Recordamos los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto antes de su misión. Estos cuarenta días después de la pascua es el tiempo de preparación para la misión de la iglesia: “les habló acerca del reino de Dios”. “Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu, para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios. También le pido a Dios que les haga comprender con claridad el gran valor de la esperanza a la que han sido llamados, y de la salvación que él ha dado a los que son suyos.  Pido también que entiendan bien el gran poder con que Dios nos ayuda en todo. El poder de Dios no tiene límites; con ese mismo poder Dios resucitó a Cristo y le dio un lugar en el cielo, a la derecha de su trono; con ese mismo poder, Dios le dio a Cristo dominio sobre todos los espíritus que tienen poder y autoridad, y sobre todo lo que existe en este mundo y en el nuevo mundo que vendrá.  Dios puso todas las cosas bajo el poder de Cristo, y lo nombró jefe de la iglesia. Cristo es, para la iglesia, lo que la cabeza es para el cuerpo. Con Cristo, que todo lo llena, la iglesia queda completa.”. Ef 1:17-23 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 18 de mayo de 2023

En movimiento

 De un lugar a otro

“Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios”, Lc 24:50-53

A Jesús lo encontramos en el camino, en movimiento y junto a él una comunidad que le sigue. El Señor nos muestra que la fe se vive en “salida”, hacia afuera. Jesús se compromete en ser nuestro guía cada vez que nos movamos para anunciar el evangelio. Todo esto es posible con su bendición que significa la provisión de Dios para el desarrollo del ser humano. Los discípulos saludan la partida del Señor no con el llanto sino con la alegría. “Los discípulos regresaron a Jerusalén con gran alegría”. Deberán enfrentar un mundo donde nada ha cambiado, donde actúan las fuerzas del mal, el sufrimiento, la muerte, el odio y a su vez anunciar que todo ha cambiado. Deben afrontar un mundo hostil llevando la paz, el amor y el perdón donde lo harán con la fuerza y la alegría de lo alto. Estos testigos van a declarar que el cielo es posible traerlo a la tierra. Jesucristo ha resucitado, es el tiempo de la esperanza y su bendición nos llena de alegría.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 17 de mayo de 2023

Amor al Riesgo

 Saber y comprender

“Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón». Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan.”, Lc 24:33-35

Solemos tener información de muchas cosas, pero no a todas les podemos dar una explicación. Saber no necesariamente significa comprender. Jesús nos ayuda a encontrar el sentido de la vida, nos comparte la escritura y se nos revela en el gesto de partir el pan. Todo esto es una acción de gracia. Cleofás y el otro discípulo se habían alejado de Jerusalén y se separaron de la comunidad. Se alejaron de un lugar peligroso donde comenzaría la expansión de su gloria. Por su gracia, Jesús nos alcanza, nos encuentra, no solamente cuando lo buscamos, sino también cuando huimos. Jesús sale a nuestro encuentro y vuelve a encender el fuego que todos necesitamos para vivir. Se trata de encender nuestro corazón porque Dios nunca pierde el corazón, nunca. Quizás sea necesario que salga nuevamente a nuestro encuentro para percibir un latir diferente del corazón. Necesitamos tener una chispa de aquel fuego, un gran espíritu de aventura y un amor al riesgo para ir a "Jerusalén”. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres», Mt 4:19. “Su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos!”, Jer 20:9.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 16 de mayo de 2023

Un gran panorama

Una chispa

“Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?, Lc 24:32

El día que Jesús resucitó se encontró con dos de sus seguidores en el camino a Emaús, Lc 24:13-35. Salían de Jerusalén que se había transformado en un lugar peligroso. Estos creyentes estaban abatidos y preocupados. Sus sueños destruidos. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret. Jesús habló con ellos y la oscuridad se hizo luz. La invitación fue simplemente a leer y a entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva y confiarnos a la guía del Espíritu. Jesús les dio significado a las cosas, les presentó un gran panorama y sus vidas tuvieron sentido “Entonces se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. “Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? La palabra que nos alcanza es siempre el fenómeno de estar en el camino. Ellos regresaron a Jerusalén, lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el ritmo de los latidos del corazón” 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

lunes, 15 de mayo de 2023

Nueva fuerza y comfianza

 Partir el pan

“Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció”, Lc 24:30-31 

Jesús fue reconocido no precisamente por abrir un libro, sino en el acto de partir el pan. Es un pan que despierta los sentidos y nuestro entendimiento. Es un don que se recibe con los ojos. Nuestra distancia con el Señor puede estar marcada por no saber ver y permanecer bajo el signo de la palabra y del pan. Después de haber acumulado tanto cansancio y recibir decepciones, siempre hay un pan partido que nos da nueva fuerza y confianza. “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre”, Jn 1:14. El sendero de la vida que el Señor nos muestra nos permite dejar atrás las caras largas, las lamentaciones, el desánimo, los suspiros, las frustraciones. “Me mostrarás el camino de la vida; me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre”, Sal 16:11. El caminante misterioso que se une a los viajeros a Emaús enciende sus corazones con una palabra y luego lo reconocen al partir el pan. La resurrección es una fuerza que transforma la realidad. “Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan”, Lc 24:35.

Carlos Scott 

Foto de Gilbert Lennox

domingo, 14 de mayo de 2023

Abrir los ojos

 Alcanzar lo que esta delante

 “Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos insistieron: —Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche. Así que entró para quedarse con ellos”, Lc 24:28-29. 

La invitación a que se quede con nosotros será nuestra oportunidad para comprender y abrir los ojos. No podemos detenerlo y llevarlo hacia atrás. Jesús seguirá andando por el camino, se adelantará, va más lejos y nos espera más allá. Él debe lanzarse hacia delante y nosotros con él. Nos espera en la cita de lo imprevisible, exige la prueba de la atención, está presente en la mesa de la común humanidad y nosotros tenemos que reconocerlo. No podemos privatizar la misión porque es la misión de Dios. Es inútil retener a Jesús y a todos aquellos que le siguen para ir por donde Él quiere caminar. “Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará”, Jn 12:26. “Jesús volvió a hablarle a la gente: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida”, Jn 8:12. “Que el Señor les guíe el corazón a un entendimiento total y a una expresión plena del amor de Dios, y a la perseverancia con paciencia que proviene de Cristo”, 2 Ts 3:5. 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 13 de mayo de 2023

El verdadero sentido

Comenzando a entender

"—¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria. Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras", Lc 24:25-27

Jesús nos lleva al principio para hacernos descubrir el verdadero sentido de todas las cosas. Es necesario comenzar de nuevo desde el principio y ser aprendices del evangelio. No se trata de tener respuestas cerradas o preparadas. Se trata de tener una nueva mirada y el corazón preparado. Es ir al evangelio con alegría y descubrir un río de agua viva. Se trata de pensar, profundizar, repensar, interiorizar, recrearnos y respirar aire puro. Es necesario dejarnos abordar por su Espíritu y su palabra, que haga saltar una chispa que encienda la vida, que renueve algo dentro nuestro y el camino a seguir se vea como una aventura que alegra el corazón. Todo es cosa de apasionados y estar enamorados. Jesús nos acompaña y ora por nosotros:  ”Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. Y me entrego por ellos como un sacrificio santo, para que tu verdad pueda hacerlos santos.”, Jn 17:17-19. Tengamos el coraje de arriesgar el corazón y encender la vida.

Carlos Scott 

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 12 de mayo de 2023

¿Qué esperabas?

Lo que esperábamos...

“Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que murió”, Lc 24:21

Como ellos nosotros tenemos necesidad de desahogarnos, de compartir las desilusiones, porque nosotros esperábamos… ¿Qué esperabas? ¿Qué es lo que esperábamos?  Esperábamos una iglesia sin legalismo, lejos de una religiosidad que se manifiesta en estructuras, reglamentos, etiquetas. Esperábamos una comunidad de gracia, libertad, respeto, ternura y cuidado mutuo. Esperábamos salir de modelos de repetición y jerárquicos. Esperábamos hallar pastos y movernos en libertad. Esperábamos un espacio para sanar, para volver a creer, para desarrollar la fe, tener esperanza. Esperábamos vivir el poder del amor, del apego, la empatía, la proximidad, la equidad. Esperábamos una comunidad donde hacer amigos, hospitalaria y espiritual. ¿Qué esperabas?... ¿Y Ahora qué? Volvamos a lo que Jesús espera de nosotros. Es no claudicar y volver atrás. “Nosotros no somos de los que retroceden”. Es amar, perdonar, pedir perdón, saber dejar atrás. Es sostener la esperanza, la fe y el amor. “El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios”. Es mirar al Señor y seguir su caminar. “Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras. Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo». "El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.” “Jesús nos dice: —Entonces cuida de mis seguidores, pues son como ovejas.”

Carlos Scott 

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 11 de mayo de 2023

Cansancio y desorientación

Reconociendo la luz

"Mientras conversaban y hablaban, de pronto Jesús mismo se apareció y comenzó a caminar con ellos”, Lc 24:15

Algunas veces perdemos la capacidad de darnos cuenta de que Jesús camina con nosotros. Esto le paso a dos de sus discípulos en su camino hacia Emaús. Hay veces que no lo reconocemos a causa de nuestro cansancio y desorientación. Y Jesús nos pregunta “—¿De qué están hablando por el camino?” ¿Cuál es nuestro estado de ánimo? Es como si conociéramos demasiado nuestra oscuridad como para darnos cuenta en lograr reconocer la luz. Nuestra esperanza a veces tiene poco aguante y una esperanza de poco aguante no es esperanza. No siempre lo que queremos aparece cuando lo pedimos. Nos cuesta esperar y sufrir en silencio. Es necesario caminar y escuchar. Necesitamos ver más allá. Cuando la soledad nos rodea hay alguien que está empeñado en caminar con nosotros. En medio del camino Jesús se sienta a la mesa, toma el pan, lo bendice y nos da el alimento necesario para que se nos abran los ojos. Un corazón apagado necesita nuevamente escuchar las palabras de Jesús. Es ahí donde todo vuelve a comenzar y el corazón comienza a encenderse. La oscuridad se transforma en luz, el desánimo en una pasión incontenible y el cansancio en una fuerza que nos permite lograr lo imposible. Solo Jesús, solo él y nada más. Respira la vida: “El Señor ha resucitado”.

Carlos Scott 

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 10 de mayo de 2023

El Rey prometido

 Una autoridad universal

"Jesús se acercó a los discípulos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra", Mt 28:18.

Después de la resurrección Jesús recibe toda autoridad en el cielo y en la tierra y por lo tanto aparece la extensión universal de su autoridad. “El crucificado se convierte en el Señor del cosmos”. Esta declaración parece una contradicción a lo que sigue diciendo «Por tanto, vayan y hagan discípulos…» Mt 28:19. Si su soberanía ya se estableció y si Jesús tiene «toda autoridad en el cielo y en la tierra» ¿Porque es necesario ir a todo el mundo y persuadir a las naciones para que sigan a Jesús? ¿Qué sentido tiene tratar de hacer que su soberanía se manifieste aún más? ¿Implica que todavía Jesús no es el Señor universal? ¿Su soberanía tiene que ser ratificada por las naciones, reconociéndolo como Rey? ¿Sus seguidores tienen que hacerlo Señor, discipulando, bautizando y enseñando a las naciones? ¿Su reino se pone en duda? Una palabra clave que pasa inadvertida nos da la respuesta: "por tanto" (vayan). ¿Qué significa "por tanto"? Muestra lo que está antes, el impulso de nuestro mandato. Vamos a todas las naciones porque hay una realidad anterior, algo que ocurrió, que Dios hizo. Jesús afirma su autoridad suprema porque Dios lo ha exaltado como el Rey prometido. Es por medio de su autoridad y su reino que Dios va a bendecir a todas las naciones. Lo cierto es que si Jesús, en verdad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser proclamada. Es imposible quedarse callado ante semejante certeza. Y precisamente esto significa la misión: «la proclamación del señorío de Cristo» La autoridad universal de Jesús nos trae un desafío profundo, "por tanto": «hagan discípulos». Jesús es el Rey que inaugura y posibilita una misión global. Su autoridad y dominio universal e ilimitado implica una respuesta igualmente universal e ilimitada de todos nosotros."La misión es una consecuencia lógica de la instalación de Jesús como soberano Señor del universo." Finalmente, la gran motivación para proclamar esta verdad es su palabra final: "Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo" Mt 28:19-20

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 9 de mayo de 2023

Incertidumbre

 Nuestras dudas

"Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.", Mt 28:16-18

El encuentro de los discípulos con Jesús resucitado fue caracterizado por la adoración y la duda. La palabra adoración implica caer postrado. Pero la palabra duda tiene que ver con la falta de determinación. Es vacilar e implica incertidumbre, irresolución e incredulidad. El grupo de discípulos es una pequeña comunidad humana, con conflictos y dudas. Por lo tanto, adoración y duda caracterizan el encuentro de los discípulos con Jesús. Este texto es muy humano y trae esperanza a nuestra vida. De ninguna manera Jesús los rechaza porque algunos dudaban. Jesús nos acepta con nuestras dudas. Dudamos muchas veces sobre la dirección que debemos tomar y lo que debemos hacer. Otras veces dudamos sobre la protección del Señor ante las diferentes circunstancias como la enfermedad, la falta de empleo, los problemas familiares, los principios y valores que debemos mantener. La duda puede tener semejanza con una noche muy oscura donde no sabemos por dónde caminar. Pero en medio de las circunstancias Dios no deja solo a sus hijos y tampoco nos rechaza. Es precisamente en esos momentos donde necesitamos aferrarnos a una palabra del Señor. Los discípulos en su momento recibieron una palabra: «Este es mi hijo amado. Escúchenlo». Es precisamente ahí donde el camino del creyente se ilumina por una palabra. «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero». Alessandro Pronzato nos comparte que si bien la lámpara no elimina la noche nos permitirá caminar. Ante nuestras dudas, sufrimiento y dolor debemos mantenernos mirando al Invisible que todo lo puede y nos dice: “estoy aquí”. Siendo así debemos arriesgarnos y seguir en fe.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

Manos a las piedras

  Recurrente "En nuestra ley, Moisés manda que a esta clase de mujeres las matemos a pedradas.", Jn 8:5 Lamentablemente los que su...