Nuestras dudas
"Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.", Mt 28:16-18El encuentro de los discípulos con Jesús resucitado fue caracterizado por la adoración y la duda. La palabra adoración implica caer postrado. Pero la palabra duda tiene que ver con la falta de determinación. Es vacilar e implica incertidumbre, irresolución e incredulidad. El grupo de discípulos es una pequeña comunidad humana, con conflictos y dudas. Por lo tanto, adoración y duda caracterizan el encuentro de los discípulos con Jesús. Este texto es muy humano y trae esperanza a nuestra vida. De ninguna manera Jesús los rechaza porque algunos dudaban. Jesús nos acepta con nuestras dudas. Dudamos muchas veces sobre la dirección que debemos tomar y lo que debemos hacer. Otras veces dudamos sobre la protección del Señor ante las diferentes circunstancias como la enfermedad, la falta de empleo, los problemas familiares, los principios y valores que debemos mantener. La duda puede tener semejanza con una noche muy oscura donde no sabemos por dónde caminar. Pero en medio de las circunstancias Dios no deja solo a sus hijos y tampoco nos rechaza. Es precisamente en esos momentos donde necesitamos aferrarnos a una palabra del Señor. Los discípulos en su momento recibieron una palabra: «Este es mi hijo amado. Escúchenlo». Es precisamente ahí donde el camino del creyente se ilumina por una palabra. «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero». Alessandro Pronzato nos comparte que si bien la lámpara no elimina la noche nos permitirá caminar. Ante nuestras dudas, sufrimiento y dolor debemos mantenernos mirando al Invisible que todo lo puede y nos dice: “estoy aquí”. Siendo así debemos arriesgarnos y seguir en fe.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
No hay comentarios:
Publicar un comentario