jueves, 2 de junio de 2022

El Templo, excluidos y rechazados

 Un encuentro en una piscina

“Tiempo después, Jesús regresó a la ciudad de Jerusalén para asistir a una fiesta de los judíos. En Jerusalén, cerca de la entrada llamada «Portón de las Ovejas», había una piscina con cinco entradas, que en hebreo se llamaba Betzatá. Allí, acostados en el suelo, había muchos enfermos: ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos había un hombre que desde hacía treinta y ocho años estaba enfermo”, Jn 5:1-5
Este acontecimiento tiene como protagonistas a Jesús y un hombre que estaba enfermo. El lugar llamado Betzatá puede significar “casa de la misericordia” y aparentemente había surgido un nuevo barrio separado de la ciudad.
Era una especie de balneario sin demasiadas pretensiones, a cuyas aguas se le atribuían poderes curativos. Las autoridades religiosas no mostraban demasiada simpatía por este ambiente. Las cinco entradas podrían tener un dato simbólico dado que en esos lugares se impartía la enseñanza religiosa de la Torá o bien podrían representar los cinco libros de la ley.
Había disposiciones concretas de mantener fuera del templo a los cojos y a los ciegos. En definitiva, ese lugar era un encuentro para todos aquellos que estaban excluidos y eran rechazados. Irónicamente en el “Portón de las ovejas” había una comunidad descuidada, en mal estado y desamparada.
El reglamento, la tradición y el rendimiento muchas veces marca la importancia de la estructura por encima del Espíritu. Era sábado y en ese día Jesús viola la ley. 
Jesús se acerca a las personas excluidas para sanar y liberar y nos busca en el "Portón de las Ovejas". Jesús busca a la gente “estigmatizada” y “deshumanizada”. Él nos lleva a lugares amplios para movernos con entera libertad, nos da descanso y su Espíritu nos enseña todas las cosas, toda verdad y lo que vendrá, Jn 14:25, 16:13.
“Yo soy la puerta del reino de Dios: cualquiera que entre por esta puerta, se salvará. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.”, Jn 10:9
Carlos Scott

Educación teológica para nativos digitales - Lausanne Movement

Educación teológica para nativos digitales - Lausanne Movement: Las verdades de los evangelios son inmutables y eternas. Esto no solo significa que son las mismas de siempre, sino que necesitan ser aplicadas en diferentes momentos de la historia y diferentes contextos culturales. Nuestro papel como cristianos es entender cómo se aplican esas verdades al aquí y al ahora, a las cuestiones de nuestro…

miércoles, 1 de junio de 2022

Quitarnos las máscaras

Experimentar poder

“En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua.”, Jn 4:7-8
Nos gustaría sentarnos en el borde del pozo y como lo hizo la mujer poder dialogar con Jesús. Es un diálogo abierto, honesto, sincero, desgarrador pero liberador, lleno de amor.
Acercarnos a Jesús implica quitarnos las máscaras de la propia auto justificación. Es lo que Jesús está esperando de cada uno de nosotros. Declararnos insatisfechos y asumir nuestra pobreza espiritual y emocional.
La alegría y satisfacción de beber un agua que es manantial de vida en la persona de Jesús nos lleva a dejar nuestro cántaro para compartir con otros al que da la vida entera, pero Jesús no nos libera o exonera de nuestras obligaciones y compromisos cotidianos.
Quizás el camino que debas recorrer podrá ser el mismo de todos los días, pero estará iluminado por una palabra, una certeza, una convicción profunda que algo ha cambiado y podrás experimentar poder.
Enfrenta este presente y vive el poder liberador de Jesús “porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”, Mt 11:30
Carlos Scott

martes, 31 de mayo de 2022

En el pueblo

 Todo puede cambiar

”¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura”, Jn 4:35
 ”La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente: —Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?”, Jn 4:28-29
Cuando Jesús entra en diálogo con la mujer samaritana, busca una relación no sólo con ella, sino con todo el pueblo. 
Jesús no deja solo al ser humano, nos confronta a que abramos los ojos, que nos demos cuenta de la angustia y la preocupación en la cual vivimos por las elecciones de vida que hemos realizado. Que nos animemos a reconocer nuestro cansancio y buscar a Jesús aceptando su invitación: “Vengan a mí”
Todo ha cambiado para esta mujer, todo ha cambiado para la vida de este pueblo y todo puede cambiar para nosotros.
Jesús se compromete en acompañarnos en cada momento y nos invita a experimentar su poder.
» Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar.» Mt 11:28-30
Carlos Scott

lunes, 30 de mayo de 2022

El Señor está en el trono - Pr. Norberto Saracco

CARA a CARA

 Me doy cuenta

“—Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta.”, Jn 4:19
El relato de la mujer de Samaria tiene algo para enseñarnos cuando se nos revela la peligrosidad del encuentro con Jesús.
Ella intuye que ese encuentro cara a cara es arriesgado y comprometido. Es que pone de relieve quién soy y que busco. Es poner en discusión el planteamiento de la vida misma y cambiar radicalmente los equilibrios alcanzados. 
Su conversación con Jesús parece áspera, dura, salpicada de evasiones y revela su deseo de escapar, de no quedar atrapada, de no verse obligada para hacer una opción o de tomar una decisión.
La mujer de Samaria nos recuerda que Jesús “sabe”, conoce nuestros enredos más secretos y deja al descubierto las heridas que intentamos esconder. Él nos confronta con las verdaderas causas de nuestra insatisfacción e inquietud. Nos muestra que toda complacencia es un empobrecimiento.
Ante la mirada profunda de Jesús muchas veces deseamos desactivar lo que nos dice, neutralizar y hacer inofensivas sus provocaciones, de dejar para mañana la conversión, de diferir las decisiones más comprometedoras.
El encuentro con él, si es verdadero encuentro, no deja a las personas como estaban. Es ahí donde se descubre lo esencial. Hay una fuente que nos da la “vida entera”, pero para eso es necesario dejarnos cuestionar por aquel que da la vida plena.
"A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida", Ap 21:6
"Él los guiará a manantiales del agua que da vida. Y Dios les secará cada lágrima de sus ojos.", Ap 7:17
Carlos Scott


domingo, 29 de mayo de 2022

NECESIDAD

Si supieras de lo que tienes necesidad

“—Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.”, Jn 4:10
Se suele vivir de costumbres y el horizonte puede ser el habitual. Solemos recorrer el mismo camino y a veces lo cotidiano se puede transformar insoportable cuando no está atravesado por la luz, sacudido por el presagio de otra cosa.
Jesús sale a nuestro encuentro para desafiarnos en aquello que podemos ser. No el recuerdo, ni siquiera el remordimiento, sino la imaginación.
Tenemos necesidad de Dios, pero muchas veces tenemos temor en admitirlo.
Tenemos necesidad de ternura, pero a veces nos colocamos la máscara de la dureza.
Tenemos necesidad de escuchar, pero seguimos hablando.
Tenemos necesidad de convicciones profundas, de sabiduría, de una meditación seria, de sinceridad con nosotros mismos, pero podemos caer en la superficialidad.
Tenemos necesidad de decidirnos, de esperanza, de comprometernos, de cortar, de la aventura y rechazamos el riesgo.
Tenemos necesidad de una verdad, de una espiritualidad profunda, de fe, fidelidad, de amor, humildad, de amigos, de una comunidad; de algo que está delante de nuestros ojos y no vemos.
En resumen, tenemos necesidad de… tener necesidad. Es ahí, donde debemos convertirnos en personas capaces de recibir.
“El que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.”, Jn 4:14.
Carlos Scott

lunes, 23 de mayo de 2022

Espíritu y Verdad

 El paso de la esperanza

"—No tengo esposo —respondió la mujer. —Bien has dicho que no tienes esposo. Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad.”, Jn 4:17-18
El encuentro de Jesús con la mujer de Samaria nos revela el estado de todo un pueblo. Los cinco maridos de la mujer pueden tener un valor simbólico.
Tras la toma de Samaria, según el relato de 2 R 17:24-41, el rey de Asiria, para repoblar el país, había hecho venir gente de cinco regiones diferentes. Los inmigrantes trajeron de sus cinco ciudades sus dioses y continuaron adorándolos, incluso adoptando el culto de Dios, 2 R 17:41. Este sincretismo había atraído el odio de los judíos.
En el A.T. la alianza entre Dios y su pueblo se representa frecuentemente con la imagen nupcial y el culto a los falsos dioses se define como la separación con el Dios vivo, mientras que el abandono de estos dioses era considerado como un nuevo matrimonio entre Dios y su pueblo. Recibiendo a Jesús y su mensaje ellos reencuentran el culto del Dios verdadero
»Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura…, y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza,…”, Os 2:14-15
“Quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me conozcan”, Os 6:6
“Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!”, Jer 2:13
“Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”, Jn 4: 23-24
Carlos Scott

sábado, 21 de mayo de 2022

Nuestra propia vida

Las probabilidades inexploradas

“Como tenía que pasar por Samaria, llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida”, Jn 4:1-8
En lo cotidiano y fatigado del camino Jesús se encuentra con una mujer de Samaria y la desafía a ver la vida de otra manera. La invita a una superación que provoca una maravilla.
Jesús profundiza y penetra en el corazón de todo ser humano para revelar sus probabilidades inexploradas. Él quiere hacernos crecer, dilatar los deseos, los sueños, ampliar nuestros horizontes y llevarnos más allá de nuestras esperanzas. Somos llamados a medirnos según el proyecto de Dios.
Jacob se limitó a excavar un pozo, pero Jesús excava dentro de nuestra propia vida. Él es la fuente inagotable de “agua viva” y nos abre un espacio a la plenitud. Jesús quiere que no pidamos a otros lo que solamente él es capaz de ofrecernos.
«¡Todo el que tenga sed puede venir a mí! ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”», Jn 7:37-38
Carlos Scott

jueves, 19 de mayo de 2022

Una nueva humanidad

 Salir de donde estamos... 

“—Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida…  —Señor, dame esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla.  —Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá —le dijo Jesús. —No tengo esposo —respondió la mujer. —Bien has dicho que no tienes esposo. Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad.  —Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta”, Jn 4:10-19
Jesús nos ofrece beber un agua que nos confronta con nuestra identidad: ¿Quién soy? ¿Qué busco?.
Nos encontramos con una mujer cuya vida es difícil y dolorosa. Jesús le pide que traiga a su esposo, no la critica y tampoco la rechaza. Es una invitación a que reconozca su sed no satisfecha.
Jesús le demuestra su interés a diferencia de sus vecinos. Le muestra lo que puede ser, de lo que está llamada a ser, una belleza que alcanzar, de una armonía que encontrar. Ella tiene que elegir entre esquivar a Jesús o abrirse a su propósito.
La mujer niega tener esposo, pero no revela su situación real. Jesús reacciona con generosidad, no la obliga a enfrentarse con un espejo acusador y sentir horror.
Frente a un espejo solemos detenernos para contemplarnos, admirarnos o detestarnos. Jesús nos coloca delante una imagen inédita y diferente. Es una imagen no narcisista, pero esplendorosa donde podemos entender la exigencia y el reclamo de una superación. Es la llamada a una metamorfosis y cambio profundo. Hay un regalo que Dios nos da para tener una “vida entera”, completa, no dividida, en abundancia.
“No se trata, para él, de restaurar al ser humano viejo, de volverle a dar la posibilidad de funcionar mejor o menos mal, sino de dar a luz al ser humano nuevo”. Es como lo hizo con Nicodemo, con la Samaritana, y lo puede hacer con cada uno de nosotros. Es un poder que solo viene de lo “alto”: es nacer de nuevo, nacer del Espíritu de Dios”.
Carlos Scott

Manos a las piedras

  Recurrente "En nuestra ley, Moisés manda que a esta clase de mujeres las matemos a pedradas.", Jn 8:5 Lamentablemente los que su...