sábado, 8 de agosto de 2020

¿Inocente?, Jn 5:11-18

¿Inocente?, Jn 5:11-18
“¿Quién es ese hombre que te dijo recoge tu camilla y anda? El que había sido sanado no tenía ni idea de quién era, porque Jesús se había escabullido entre la mucha gente que había en el lugar”
"Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: -Mira ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor”. Juan nos relata dos cosas: la iniciativa de Jesús en provocar una confrontación con las autoridades, y su trabajo personal con el hombre sanado.
Las autoridades se habían desentendido del hombre sobre la base que su enfermedad era producto del pecado. No tenían que esforzarse por ayudar al enfermo porque merecía el castigo que sufría. Su enfoque estaba puesto en que no cumplía la reglamentación porque cargar la camilla implicaba violar la prohibición de trabajar en el día de reposo. Jesús sanó al inválido y rompió definitivamente con tal manera de pensar y actuar. Ahora bien, ¿Por qué le dijo no vuelvas a pecar?
Este hombre no se atrevió a cuestionar la estrechez de los criterios oficiales y le echó la culpa por violar la ley a un desconocido. La “cosa peor” que podría pasarle sería perder su vida por traicionar a Jesús y esto sería la consecuencia de quedar en el lado equivocado del conflicto. El pecado de este hombre no es lo que hizo antes sino lo que hizo después.
“El hombre se fue e informó a las autoridades que Jesús era quien lo había sanado”. A sabiendas de la oposición de los religiosos, el hombre delató a Jesús y por esto las autoridades religiosas le perseguían pues hacía tales cosas en sábado, así que redoblaban sus esfuerzos para matarlo. Lamentablemente este hombre traicionó a Jesús.
Las autoridades en vez de escuchar la voz de Dios decidieron eliminarla. Seguir el modelo de Jesús es muy arriesgado. Seguir su ejemplo puede traernos problemas, pero el camino contrario sería traicionar a Jesús. Si queremos seguir y servir al Dios vivo no queda otro camino que identificarnos con Jesucristo. Jesús nos vuelve a decir: "No me traiciones"
¿En qué casos podemos traicionar a Jesús?¿Suelo colocarme del lado correcto a favor de los que son tratados injustamente y no se respeta su dignidad?

viernes, 7 de agosto de 2020

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16
Jesús nos muestra una teología que tiene que ver con el apego, el cuidado, el abrazo, la ternura, la proximidad, aceptación, pertenencia y equidad. Hay empatía, valoración y humildad. Dios nunca pierde el corazón. Nunca. Es una teología del amor que se manifiesta en la autoridad del afecto y el cuidado tierno.
Al pensar en la iglesia Latinoamericana las últimas estadísticas nos indican que el 50 % no se congrega. Hay gente que ha sido avergonzada, humillada, no tratada con respeto, dignidad y equidad. En una sociedad líquida, como el agua que se va entre las manos las personas siguen perdiendo las relaciones sólidas, los vínculos, la cercanía, la confianza y el sentido de comunidad. ¿Podrán volver a confiar?
En la Iglesia y la sociedad del rendimiento con su exceso de positividad, dispersión y autosuficiencia para vivir sin límites hemos perdido el descanso espiritual, emocional y físico. Es como una rodilla que aprieta el cuello de una persona y no le permite respirar. Su medida es utilitaria y política por lo que podemos aportar o dar. La pandemia de la productividad, los resultados, la competencia, la aceleración y el éxito a cualquier costo, nos llevaron a tener una sociedad e iglesia cansada que puede estar alejada de una teología trinitaria de relación, del compañerismo, la amistad, la unidad en el espíritu y cerca del dolor, del lamento, fragilidad y sufrimiento de la gente. ¿Qué tipo de iglesia surgirá después de esta pandemia?
¿Cuáles son nuestros problemas? ¿Es la institución, el clero o liderazgo? ¿El problema son los laicos o feligreses? ¿Qué hemos hecho mal si es que algo hicimos mal? ¿Cuál es el proceso de purificación que necesitamos?