domingo, 2 de agosto de 2020

La alegría del Evangelio

LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO.
El seguimiento de Jesús se ha hecho parecer más a una ceremonia lúgubre que a una fiesta jubilosa. Como si tener fe en él fuera similar a renunciar a la alegría, a sacrificar la existencia (la de uno y la de otros) y a privarse de disfrutar de la dicha de estar vivos. En esta fúnebre versión del cristianismo, la fe tiene rostro de tormentos y amarguras.
Es cierto que Jesús advirtió que los suyos estarían expuestos a pruebas y aflicciones (Jn.16:33). Pero estas serían consecuencia de vivir la fe con radicalidad. Eran la consecuencia, pero no la esencia de la fe. Pues quien abraza el Evangelio puede tropezar con la persecución y el sufrimiento, pero nadie debería abrazarla para ser perseguido y vivir sufriendo.
Jesús, en una de sus prodigiosas parábolas —por cierto, la más breve de todas— enseñó que encontrar el Evangelio era semejante a haberse topado con un tesoro escondido en el campo. Un hallazgo que produce una inmensa alegría. Y por ser un tesoro tan valioso, el agraciado vende todo lo que tiene para comprarlo.
“Dios es alegría infinita”, según Teresa de los Andes (1900-1920). Si, infinita. Es la alegría de quienes saben que con Jesús la vida es más plena. El Evangelio es un tesoro.
“El reino de los cielos puede compararse a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra, lo primero que hace es esconderlo de nuevo; luego, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo. También puede compararse el reino de los cielos a un comerciante que busca perlas finas. Cuando encuentra una de mucho valor, va a vender todo lo que tiene y la compra.” MATEO‬ ‭13:44-46‬ ‭Biblia La Palabra.
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Foto de Gilbert Lennox

sábado, 1 de agosto de 2020

EL IMPULSO DEL ESPÍRITU

EL IMPULSO DEL ESPÍRITU La comunidad de Jesús vive bajo la inspiración del Espíritu Santo. Este es el secreto de su vida, de su comunión y de su poder. El don del Espíritu es el don de involucrarse en la Misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Somos desafiados a percibir el soplo del Espíritu, ser abiertos y sensibles a su fuerza y vigor. El mensaje del evangelio se extendió por medio de compartir la Palabra de Dios al mismo tiempo que el poder sobrenatural del Espíritu. La conversión requiere una palabra específica pero también un poder que va mucho más allá que la palabra del predicador. Es la práctica de la misión la que abre a las personas a la acción del Espíritu Entre la Palabra y el poder hay una especie de relación: “Aquí las poderosas energías del Espíritu son más importantes que palabra alguna, aun cuando estas energías en tanto que son del Espíritu Santo deben su origen a la Palabra de Dios.” Seguir el impulso del Espíritu Santo es ser obedientes y creativos para una nueva manera de ser iglesia para los demás. "El Espiritu le dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro,... le anunció las buenas nuevas de Jesús" Hch 8:29, 35 "... el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe,... y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos..." Hch 8:39-40 ¿Que implica para nuestras vidas y la vida de la iglesia seguir la inspiración y el impulso del Espíritu Santo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 22 de julio de 2020

Perspectivas del Movimiento Cristiano Mundial

¡Estamos a 3 días del cierre de inscripciones del curso virtual de Perspectivas
¡No te quedés fuera!

¿Cual es tu experiencia con el Espíritu Santo y su dirección?

"El Espíritu Santo dijo: "Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado..." "Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre". Cuando leemos este texto se valora profundamente la experiencia que vivieron aquellos apóstoles y surgen algunas preguntas: ¿Podemos fiarnos de una voz a la cual llamamos el Espíritu Santo? ¿Cómo la descubrimos y escuchamos? ¿Cómo podemos describirla e interpretarla? El texto de Juan nos puede ayudar cuando dice «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu»,Jn. 3:8. Es un Espíritu que según Juan nos enseñara todas las cosas, Jn 14:26. Hay una dimensión sobrenatural que supera nuestra razonabilidad. En un primer acercamiento podemos decir que es algo que "viene de arriba" o "de lo alto" y no corresponde a ninguna construcción humana. El Cristo resucitado se hizo presente en la comunidad primordialmente por medio del Espíritu. El mismo Espíritu, en cuyo poder Jesús se fue a Galilea, también empuja a los discípulos a la misión. A cada paso se ve la misión de la Iglesia inspirada y confirmada por manifestaciones del Espíritu. El evento decisivo, por supuesto, es Pentecostés El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Roland Allen comenta: “No habla de hombres quienes, siendo lo que eran, se esmeraron en obedecer las últimas órdenes de un patrón muy amado, sino de hombres quienes, habiendo recibido un Espíritu, fueron impulsados por tal Espíritu a actuar de acuerdo con ese mismo Espíritu” ¿Cual es tu experiencia con el Espíritu Santo y su dirección? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

«La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación»

   Resurrección y periferia “No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está a...