lunes, 8 de septiembre de 2025

Los rasgos de un rostro divino

 "De la Oscuridad a la Luz: El Arrepentimiento en la Cruz"

“Uno de los criminales colgados junto a él se burló: «¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!».  Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo». Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús respondió: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.”, Lc 23:39-43

En el relato de la crucifixión nos encontramos con un criminal que ha hablado con Jesús antes de la muerte final. No resultaba fácil hablar en aquellas condiciones. La cruz impide los largos discursos. Jesús y el criminal se han entendido. Se han dicho todo aquello que era necesario decirse con pocas palabras: “—Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús respondió: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.” El criminal o ladrón descubre a Dios bajo la imagen de un delincuente común. El criminal reconoce a Cristo como Rey y Señor no en el momento del triunfo, de los milagros, de los aplausos, sino en el momento de la “derrota”, cuando sus discípulos han desaparecido. Jesús se encuentra con una corona de espinas, su cuerpo esta marcado por los azotes, desnudo, reducido a nada, expuesto a todos los golpes. En la oscuridad del fracaso, el ladrón demuestra ver con claridad. En medio de la densa tiniebla, distingue con precisión los rasgos de un rostro divino. Lo reconoce cuando está “desfigurado”.  Es fácil seguir al Jesús de los milagros, de las revelaciones excepcionales, rodeado por la multitud, pero se necesita ser valiente para seguir el itinerario de ese hombre que se esconde, que no se defiende, que se deja procesar y burlar. Hay un hecho que contradice la lógica o el sentido común y parece un callejón sin salida. En la vida podemos ser perdedores, pero no estar perdidos cuando estamos dispuestos a ponernos del lado de este rey, que según la valoración humana puede parecer un perdedor. El criminal arrepentido puede convertirse en nuestra historia.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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