Celebrando la vida al estilo de Jesús. Quien dice Movilización y Multiplicación dice aceptación. ¿Recibir o Excluir...?
“Maestro -dijo Juan-, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. – No se lo impidan – replicó Jesús – Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí” Mr. 9:38-39.
A Juan y a los discípulos (protagonistas de esta historia) les preocupa la competencia, el prestigio y el poder. Ensimismados tratan de excluir a otros. Lo cierto es que Juan revela el verdadero motivo de su queja: porque no nos siguen, no son de los nuestros. No hace las mismas cosas que nosotros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a nuestro sequito, a nuestra pauta cultural, a nuestros parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente: No nos pidieron permiso para hacer esto.
Parece que los discípulos no han entendido el modelo de Recibir, aceptar a otros, perdonar y amar. Se quedan detenidos o prefieren Excluir. Jesús responde “no se lo impidan”. En definitiva, está explicando la verdadera intención que tenemos que tener dentro del reino. Recibir, dar oportunidades, hacer participar, no celar, no competir.
Jesús acepta a una persona fuera del grupo que hace milagros en su nombre. Parece que el que expulsaba demonios lo hacía en la autoridad de Jesús, pero es significativo que Jesús no indaga acerca de su doctrina, ni tampoco sobre sus motivaciones. Responde mostrando la alternativa del reino. Quien luche en mi nombre es parte y no enemigo.
El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas. Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Una teología muy amplia y abarcativa.
COMIBAM Internacional y Caminemos Juntos
“Maestro -dijo Juan-, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. – No se lo impidan – replicó Jesús – Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí” Mr. 9:38-39.
A Juan y a los discípulos (protagonistas de esta historia) les preocupa la competencia, el prestigio y el poder. Ensimismados tratan de excluir a otros. Lo cierto es que Juan revela el verdadero motivo de su queja: porque no nos siguen, no son de los nuestros. No hace las mismas cosas que nosotros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a nuestro sequito, a nuestra pauta cultural, a nuestros parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente: No nos pidieron permiso para hacer esto.
Parece que los discípulos no han entendido el modelo de Recibir, aceptar a otros, perdonar y amar. Se quedan detenidos o prefieren Excluir. Jesús responde “no se lo impidan”. En definitiva, está explicando la verdadera intención que tenemos que tener dentro del reino. Recibir, dar oportunidades, hacer participar, no celar, no competir.
Jesús acepta a una persona fuera del grupo que hace milagros en su nombre. Parece que el que expulsaba demonios lo hacía en la autoridad de Jesús, pero es significativo que Jesús no indaga acerca de su doctrina, ni tampoco sobre sus motivaciones. Responde mostrando la alternativa del reino. Quien luche en mi nombre es parte y no enemigo.
El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas. Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Una teología muy amplia y abarcativa.
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