viernes, 10 de enero de 2025

La posibilidad de ver

 Revelación progresiva

“Jesús y sus discípulos pasaron por la ciudad de Jericó, y al salir de allí mucha gente los siguió. Junto al camino estaba sentado un ciego que pedía limosna. Se llamaba Bartimeo hijo de Timeo”, Mc 10:46

La historia sobre el ciego Bartimeo tiene mucho que enseñarnos sobre la comunión, la cooperación y la solidaridad. Porqué la comunión (koinonia) y solidaridad es valorizar al prójimo. Es saber preguntar: ¿Qué quieres que haga por ti? Es muy común observar que los comentarios de Marcos sobre los discípulos están caracterizados en que no entienden. Tienen las mentes embotadas. En otras palabras, no ven todo como debe ser, les falta claridad y visión. El tema central es la posibilidad de ver. Nosotros muchas veces nos encontramos en el mismo proceso que los discípulos. No vemos con claridad y no entendemos. Necesitamos alcanzar una visión más clara sobre la misión y la comunión. Quizás nos encontramos en medio de un proceso como el ciego de Betsaida, Mr. 8:22-26. Pero en este proceso hay esperanza y posibilidades futuras: el ciego de Betsaida como el ciego Bartimeo llegaron a ver. También vieron los discípulos y también podemos ver nosotros. Existe una revelación, discipulado y discernimiento progresivo. Nosotros podemos alcanzar una visión más clara de la misión. Pero hay un precio para pagar: el seguimiento a Jesús y el proceso de recibir la vista van de la mano. Somos llamados a una conversión continua y esto nos permite abrir las mentes y corazones.  "¡Pero benditos sean aquellos que sólo confían en mí! Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto”, Je 17:7-8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

jueves, 9 de enero de 2025

Una imagen invertida del poder

 Primeros en amar

“Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida”, Mc 10:35-45     

Jesucristo vivió el grado más alto de grandeza a través del servicio para luego darlo a la Iglesia. Por eso desde ese momento el fundamento para una institución y sociedad sana sólo puede ser una imagen invertida del poder basada en el amor, la verdad, la paz,  la justicia y el servicio. La grandeza, importancia y poder es para servir y no para servirme. Lo cierto es que Jesucristo quiere cambiar nuestra mentalidad y pragmatismo. Jesucristo quiere arrancar completamente de nuestras vidas el afán de dominio de una persona sobre otra. Es una actitud interior. La eclesiología de la iglesia debe ser una imagen invertida del poder. La comunidad del reino de Dios está basada en que cada uno es el servidor de todos los demás. Para eso, hoy más que nunca necesitamos ser rescatados por Dios y asumir nuestra vulnerabilidad. Oramos en este tiempo por la Iglesia y por cada uno de los Países que representamos. Que pueda haber actitudes humildes delante de Dios y de los hombres, a favor de la justicia, la paz y la verdad. Oramos por la iglesia para que encarne la misión a semejanza de Jesucristo. El poder del amor y no el amor al poder. Que la Iglesia de Jesucristo sea una puerta abierta de bendición para todas las naciones.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

miércoles, 8 de enero de 2025

Renunciar a un afán de dominio

   La ventaja que otros necesitan

“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: —Ustedes saben que los que se sienten jefes y grandes señores se portan como los amos del mundo e imponen su autoridad sobre todos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguien quiere ser importante, tendrá que servir a los demás”, Mc 10:35-45    

Las diferentes situaciones que se dan en nuestro contexto iberoamericano nos hacen recordar lo que le pasó al grupo de discípulos de Jesús. Entre los discípulos y Jesús mismo había diferentes maneras de interpretar el reino. En algunos de nuestros países parece que también hay diferentes maneras de interpretar lo que significa el reino o los valores que debe tener un determinado sistema. Se contrapone lo que los discípulos quieren y lo que Jesús vino hacer. La discusión que los discípulos tuvieron sobre quién es el más importante, quedó atrás, Mr. 9:34. Ahora el tema que les ocupa es quien ocupará el primer lugar, quién tendrá más privilegios y ventajas. Jesús responde: “Entre ustedes no debe ser así”. El requisito para ser grande es ser servidor. Lo trascendente es renunciar a un afán de dominio sobre otros y tener un sello completamente distinto: Ser servidor de todos. “El criterio de autoridad, por tanto, es la ventaja que reciben los demás” Si nuestra perspectiva es autoritaria y verticalista, nuestro estilo de vida será impositivo por lo tanto no cuestionaremos los abusos de autoridad o poder. Los diferentes sectores en pugna que encontramos en nuestras regiones muestran sus serias falencias. El peligro de los abusos de autoridad sigue latente. La respuesta que tenemos como Iglesia ante la sociedad es encarnar el mensaje del evangelio, predicar a tiempo y fuera de tiempo: ser, hacer y decir. Jesús con su ejemplo indica que el poder es para servir, amar al prójimo y la grandeza implica la capacidad de ser humilde.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 7 de enero de 2025

Jesús puede sentarse a mi lado en misericordia y oportuno socorro


No se trata de... 

“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: …”, Mc 10:42

Hay personas que no pueden ir por el mismo camino. Nos encontramos con la incompatibilidad de caracteres entre el seguimiento de Jesús y la búsqueda de honores, privilegios y fama. “Jesús les preguntó: —¿Qué es lo que quieren? Ellos le contestaron: —Por favor, cuando estés en tu reino poderoso, déjanos sentarnos a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Jesús respondió: —Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo malo que va a pasarme? Ellos dijeron: —Sí, lo estamos. Jesús les dijo: —Les aseguro que ustedes sufrirán mucho, igual que yo”, Mc 10:36-39. Los seguidores de Jesús son compatibles con el Señor cuando están dispuestos a ir por dónde él va. Son esos momentos en medio del camino donde necesitamos encontrar una palabra y seguridad. “Jesús es el Hijo de Dios, y es nuestro gran Jefe de sacerdotes, que ha subido al cielo. Por eso debemos seguir confiando en él. El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios. Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.” Jesús manifiesta un servicio de misericordia y compasión. Su gloria no es satisfacer la ambición o la sed de dominio, sino la gloria de amar a la gente, compartir su debilidad, acompañarlos con su ternura a lo largo de un camino difícil. Jesucristo nos conoce desde dentro en nuestra condición humana. Su profunda capacidad de compasión viene de la familiaridad en el dolor. Jesús conoce el lenguaje de la angustia, del hambre, del desánimo, de la duda, de la soledad. Entonces no se trata de buscar un lugar a la derecha o la izquierda de Dios. Se trata ser agradecidos porque Jesús puede sentarse a mi lado en misericordia y oportuno socorro.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

lunes, 6 de enero de 2025

"El amor al poder o el poder del amor"

 Caminos y senderos diferentes

“Sus discípulos Santiago y Juan, que eran hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: —Maestro, queremos que nos hagas un favor. Jesús les preguntó: —¿Qué es lo que quieren? Ellos le contestaron: —Por favor, cuando estés en tu reino poderoso, déjanos sentarnos a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”, Mc 10:35-37

 Mientras que el camino de Jesús es dar su vida por toda la humanidad, algunos de sus discípulos pensaban en su propia gloria. Los compañeros de Santiago y Juan se indignaron. “Cuando los otros diez discípulos supieron lo que Santiago y Juan habían pedido, se enojaron con ellos”, Mc 10:41. Quizás pensaron “alguien se nos adelantó y nosotros perdimos la oportunidad”. Hay un gran contraste entre ellos y Jesús. Se acercaron pidiendo honor y poder, “el amor al poder y no el poder del amor”. El escritor de Hebreos nos habla de otra manera en la que podemos acercarnos a Jesús “Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.”, Heb 4:16. Jesús nos muestra otro camino y sendero. “Dios dijo: «¡Miren a mi elegido, al que he llamado a mi servicio! Él cuenta con mi apoyo; yo mismo lo elegí, y él me llena de alegría. »He puesto en él mi espíritu, y hará justicia entre las naciones. Mi fiel servidor no gritará, no levantará la voz, ni se le oirá en las calles. No les causará más daño a los que estén heridos, ni acabará de matar a los que estén agonizando. Al contrario, fortalecerá a los débiles y hará que reine la justicia. No tendrá un momento de descanso hasta que haya establecido la justicia en esta tierra. ¡Los países de las islas del mar esperan recibir sus enseñanzas!», Is 42:1-4. “El fiel servidor dijo: «Dios me enseñó a consolar a los que están afligidos y cansados. Me despierta todas las mañanas, para que reciba sus enseñanzas como todo buen discípulo. Dios me enseñó a obedecer, y no he sido rebelde ni desobediente", Is 50:4-9

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 5 de enero de 2025

Permanecer en lo alto para luego descender transformados

Ascender y descender

“A los pies del Señor …”, Lc 10:39

Se dice que todo lo que sube vuelve a bajar. Jesús nos lleva a un encuentro con él y también se encarga de empujarnos hacia abajo. Estar a los pies del Señor no solo es refugio, contemplación, ánimo, esperanza. Es también dejarnos cuestionar por la realidad inquietante y a veces dramática que nos rodea. La experiencia con Dios nos hace más espirituales y también más humanos o más bien terrenos. Necesitamos permanecer en lo alto para luego descender transformados. Se trata de la comunión con Dios y unos con otros. El milagro también es dar el tiempo que no tenemos y falta. “Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los dos hermanos, Santiago y Juan, y los llevó a una montaña alta para estar a solas. Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó a tal punto que la cara le brillaba como el sol y su ropa se volvió tan blanca como la luz… una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él» … Al pie del monte, les esperaba una gran multitud.”, Mt 17:1-14. “Un discípulo de Jesús es una persona en “comunión” y la fe se convierte en una buena noticia para los demás”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 4 de enero de 2025

La búsqueda de la profundidad y el rendimiento inmediato

 Discernimiento

“La ha descubierto, y nadie se la quitará”, Lc 10:42

Es necesario que la escena la ocupen tanto Marta como María. No podemos seguir adelante solo con una de las dos. Marta y María tienen que estar juntas. María nos ofrece la búsqueda de la profundidad, del significado, de la armonía, de los valores, pero le falta el plano de la eficiencia, del rendimiento inmediato. Marta es de ayuda a María al llevarla a poner los pies en el suelo, en el terreno de lo concreto. Es meter las manos en la realidad más incomoda. El escuchar tiene una relación directa con el hacer. No existe una escucha cómoda, sin compromiso. Jesús nos habla, pero no para quedarnos en la contemplación intimista, individual y sentimental. Estar a los pies de Jesús nos lleva a estar atentos a todos aquellos que esperan algo de nosotros. Todo se trata de seguir mirando al cielo, pero con los pies en la tierra. Una espiritualidad que pierde el contacto con la realidad, con los compromisos terrenos, pierde también la cita con Dios. Busquemos elegir pidiendo a Dios el discernimiento y la sabiduría necesaria para cada situación. No dejemos que nos domine la agitación y la preocupación. “Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios…, Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado.”, 1 Co 2:10-12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 3 de enero de 2025

Una sola cosa por la que vale la pena

Un amigo que dice la verdad

“—Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles!”, Lc 10:41

Jesús es un amigo y no un diplomático. Le pudo decir a Marta que había una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. Podemos imaginar su tono de voz afectuoso, agradable, tierno y delicado. Se trata de estar a sus pies y escuchar sus enseñanzas. Jesús va camino a Jerusalén y es un tiempo diferente a cualquier otro. Por otro lado, muchas veces las cosas no salen como esperamos. No alcanzan las buenas intenciones cuando se trata solo de hacer. Es necesario parar, escuchar, pensar, reflexionar, descansar y volver a respirar aire puro. La agenda es del Señor y no nuestra. No se trata de nuestros deseos, perspectivas y control. “Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles, pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.”, 1 Co 13:1-3. Dios nos llama a enfatizar la relación, el apego, la ternura. La mejor parte es la que reclama la profundidad de nuestro ser. “Espero en silencio delante de Dios, porque de él proviene mi victoria. Solo él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido.”, Sal 62:1-2. “Esto dice el Señor: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.”, Jer 6:16.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 2 de enero de 2025

Busca otra cosa en nuestras propias vidas

 ¿Programas?

“Estaba distraída con los preparativos para la gran cena.”, Lc 10:40 

Dios no es programable. No somos dueños de Dios y no lo podemos reducir a nuestros gustos personales, familiares, eclesiales u organizacionales. Es necesario escucharle porque tal vez quiere y busca otra cosa en nuestras propias vidas. Es elegir la mejor parte que desea el Señor. Implica dilatar o ampliar nuestros espacios, la superación de nuestras medidas, la disponibilidad y romper el círculo sofocante que nos aleja de él. Es solo hacer una cosa necesaria: “el Señor hablaba con Moisés cara a cara, como cuando alguien habla con un amigo”, Ex 33:11. El Señor nos llama a que nuestro corazón y mente sean más amplios y extendamos el territorio. «Ensancha el espacio de tu tienda y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones y poblará ciudades desoladas”, Is 54:2-3

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 1 de enero de 2025

Año 2025: "A tu nombre le corresponde toda la gloria"

"No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre le corresponde toda la gloria, por tu amor inagotable y tu fidelidad." Salmo 115:1


Descubrimiento progresivo

 Búsqueda y propósito

“Se sentó a los pies del Señor …”, Lc 10:39

Algunas veces los creyentes se preguntan cuál es el propósito para nuestras vidas. Se trata de un descubrimiento progresivo que se da en medio del camino. El Señor nos llama a creer y seguir creyendo, confiar y seguir confiando, avanzar y no detenernos. “La fe cristiana es una fe que nació para caminar”. Es búsqueda, aventura y pasión. Es el inicio al seguimiento de Jesús. Es ser un discípulo, y permanecer como tal. No es una jerarquía o posición organizacional. El discípulo asume la vida de Jesús, la toma para sí en sus opciones y gestos. Es necesario escucharlo, detenernos, centrarnos en él, concederle espacio, sorprendernos. “Después subió al monte y llamó a sí a los que él quiso, y vinieron a él … para que estuvieran con él, …”, Mc 3:13-15. “Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él”, 2 Co 3:17-18. Dia a día siempre hay algo nuevo. Nuestro Dios prepara el banquete y nos dice “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.”, Ap 3:20

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Convivir en la diversidad

  Caminar hacia el centro “Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea qu...