viernes, 26 de mayo de 2023

Comprometidos en todo tiempo

 El más allá y el más acá

“¿Qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”, Hch 1:9-11.

El Espíritu Santo nos desafía a traer la realidad del cielo a la tierra. El capítulo uno de Hechos nos relata que Jesucristo les ordenó a los discípulos que no se alejaran de Jerusalén porque dentro de pocos días serían bautizados con el Espíritu Santo. “Habiendo dicho esto, ... fue llevado a las alturas... Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. Se le acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”, Hch 1:9-11. Estos dos hombres de blanco les indican, que hay que cambiar el enfoque y la dirección en la que tenemos puesta la mirada. “Los apóstoles no debían convertirse en exploradores del cielo”. Lo que les está diciendo es que no conseguirán que regrese el Señor con solo mirar el firmamento. Si solamente nos enfocamos en el más allá y nos alejamos del más acá, la consecuencia es que nos alejamos de los sufrimientos y angustias de la gente. “Si el ‘reino’ tiene que ver solamente con el ‘más allá’, los que predican ese ‘reino’ no tendrán mayores conflictos con el “más acá”. El Reino de Dios no es solo para mirar al cielo. Cuando la predicación solo se enfoca en el “más allá”, corre el peligro de decir y hacer poco a quienes tienen que vivir en medio de las injusticias y sufrimientos del “más acá”. Mientras permanezcamos acá, el Señor nos llama a involucrarnos en la misión. Como Jesús volverá, es en esta tierra donde debemos ser obedientes, en medio de circunstancias y dificultades bien terrenas. En el cielo está nuestro Señor sentado a la diestra de Dios y tenemos todos los recursos para vivir y desafiar al "más acá" con todo el Evangelio, Ef. 1:3, 2:6-7, Lc 10:19-20.

Carlos Scott

jueves, 25 de mayo de 2023

Huellas

 Cosas más grandes

“Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea—les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!», Hch 1:10-11

Seguir a Jesús se trata de andar y caminar. Es vivir en diferentes situaciones y aprender a frecuentar los lugares de la ausencia. Las personas vestidas de blanco confrontan a los apóstoles para que no se queden mirando al cielo. Se trata de establecer una conexión entre el cielo y la tierra. Jesús no abandonó la tierra y se hace presente por medio del Espíritu Santo. Hay un camino y huella que seguir. Son las huellas de los pies del Señor. Son pisadas que están por todos lados y nos llevan a otra parte. Muchas de estas huellas nos indican un destino, una señal, un signo. Principalmente es la señal de los clavos, la cruz y la resurrección. Jesús nos inspira a seguir su caminar y nos dice “Vengan a ver”. Hay señales por todas partes y nadie logra borrar sus huellas. Jesús las multiplica para dejarse descubrir y encontrar. Veremos cosas más grandes de las que imaginamos y solo nos queda aceptar su invitación. “Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.», 1 Co 2:9

Carlos Scott

miércoles, 24 de mayo de 2023

Inventar cada día

Explorar la humanidad

“Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista”, Hch 1:9

Existe un riesgo y es el de quedarnos mirando el cielo. Alguien disgustado con la tierra y sus habitantes puede huir hacia una contemplación desconectada de las realidades más incómodas y comprometedoras. Es necesario explorar la tierra y entender por dónde Dios quiere caminar. Es aquí donde encontramos la belleza de seguir a Jesús. Es un camino que hay que inventar cada día, entre certezas e imprecisión, situaciones diversas, imprevistos, que obligan a revisar constantemente las posiciones. Es tener sentido de la realidad, sin renunciar a la esperanza. Conciencia clara de los peligros que amenazan, sin ceder a la tentación de esconderse en cómodos refugios. Es vivir alegremente lo provisional y experimentar la fuerza que viene del Espíritu. “Porque somos la obra maestra de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”, Ef 2:10 “Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil.”, Stg 2:17

Carlos Scott


martes, 23 de mayo de 2023

Valentía

 El Espíritu de poder

“Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo”, Hch 1:8

Se nos llama a ser testigos, pero ¿testigos de qué...? El testimonio para el cual los discípulos reciben poder es el anuncio concreto de lo que Dios ha hecho en la vida, muerte y resurrección de Jesús. En los escritos de Lucas el Espíritu de misión es a la vez el Espíritu de poder. El Espíritu infunde valentía a los antes tímidos discípulos. Por medio del Espíritu, Dios está en el control de la misión. Ser testigos no es ser jueces. Hay mucho juicio entre los "santos". La evidencia de que seguimos a Jesucristo es que amamos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. "Cuando todo ha fracasado el amor vence". Los testigos establecen el valor de seguir a Cristo. Somos testigos desde Jerusalén hasta el fin del mundo. “No deberíamos detenernos hasta que ambos extremos hayan sido alcanzados”. Todo el período entre Pentecostés y la segunda venida del Señor se ha de llenar con la misión global de la iglesia en el poder del Espíritu. Lamentablemente a veces somos testigos de una determinada "etiqueta", nombre o denominación, tradiciones, programas, sistemas o modelos. Norberto Saracco comparte que «la misión que tenemos es ser testigos. Esto no es solo hablar acerca de..., sino vivir de acuerdo a... Debemos profundizar el discipulado de tal manera de encarnar aquello de lo cual queremos dar testimonio. El mayor escándalo de la iglesia es la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Debemos llegar al punto en que la gente simplemente diga: “yo quiero vivir como ustedes”. Sabemos que solos no podemos. Por eso en la promesa del Espíritu Santo se nos asegura que nos daría poder para ser testigos. Poder para el servicio y poder para una vida ejemplar»

Carlos Scott


lunes, 22 de mayo de 2023

Horizontes

 Ampliando fronteras

"Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: —Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?", Hch 1:6

Con la venida de Jesús el Reino de Dios se ha inaugurado. “Más que un mandato misionero lo que vemos en los escritos de Lucas es lo que el Espíritu realiza. Es un Espíritu misionero”. “El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu". La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio Reino, Hch 1:6. El Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua, todas las personas, todas las naciones. Los apóstoles mantenían aspiraciones estrechas y nacionalistas. Estaban preocupados por su propio Israel e independencia. La respuesta de Jesús fue ampliar su horizonte, Hch 1:8. El tema clave es que el Reino de Dios no tolera ningún nacionalismo estrecho. Mientras que ellos le preguntan por la restauración de Israel, Jesús les responde hablándoles de una misión hasta lo último de la tierra. Lo que debían saber es que habrían de recibir poder de manera que entre la venida del Espíritu y la segunda venida del Hijo habrían de ser sus testigos en círculos cada vez más amplios. Una iglesia llena del Espíritu de Dios entiende que el evangelio es universal. Es para todos sin excepción, Hch 10:34. Es una iglesia que tiene un amor amplio: Toda lengua, toda cultura, toda etnia está en el corazón de Dios. Es una iglesia que está ampliando las fronteras del Reino de Dios.

Carlos Scott

domingo, 21 de mayo de 2023

Cosas por hacer

 Principio o Final

“Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: —No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo", Hch 1:4-7

Ante la promesa de Jesús los discípulos se debaten si es el final o el principio de esta historia. Ellos le preguntan ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel? Jesús les contesta: “—No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre” Todo parece estar bajo el signo de la inestabilidad y lo imprevisible. Quizás esperan el final donde hay cansancio, decaimiento e incertidumbre. Es aquí donde se les invita a modificar su comportamiento y experimentar la esperanza de un nuevo principio: “dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo” Esto les debe generar alegría, consuelo, seguridad y ganas de comenzar. El Señor estará con ellos y confirmara su palabra con los signos que los acompañaran. Jesús les dijo: “Los que confíen en mí y usen mi nombre podrán hacer cosas maravillosas: Podrán expulsar demonios; podrán hablar idiomas nuevos y extraños; … Además, pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán.», Mc 16:15-18. La resurrección de Jesucristo es el signo de que el mundo puede cambiar, que las fuerzas del mal pueden ser vencidas, que no excluye la duda, la incertidumbre, las contradicciones. Equipados con la fuerza que viene de lo alto, todo esta cumplido y todo queda por hacer. “No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien”, Ro 12:21

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

sábado, 20 de mayo de 2023

El valor de seguir

Personas de valor 

"Durante cuarenta días les demostró que realmente estaba vivo, y siguió hablándoles del reino de Dios", Hch 1:1-4

Jesús resucitado estuvo cuarenta días hablando acerca del Reino de Dios a sus discípulos. Les había dado la orden de no alejarse de Jerusalén. "Desde un lugar peligroso y que no era el lugar de origen de ellos, se derramó el Espíritu Santo para que en el nombre de Jesucristo se predicará el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones." Cuando estalló la persecución los apóstoles no se dispersaron…, permanecieron en un lugar peligroso. Fueron arrestados, humillados, censurados y golpeados más de una vez, Hch 4:1-21 y 5:17-41. Con el tiempo, Jacobo fue muerto, Hch 12:2. Así y todo, siguieron en Jerusalén, rehusándose a huir… Pedro fue arrestado. Estas eran personas obstinadamente obedientes. Al parecer, no había amenazas que pudieran intimidarlos "Ser testigo implica actuar en un contexto público" No es solo afirmar los hechos de Jesús sino también seguirle con disposición de sufrir, Hch 14:21-23. Es un testimonio constituido por el sufrimiento. Todo esto se da por hombres y mujeres comunes que actúan con valor. Son estos tiempos cuando se establece el valor de seguir a Cristo. “Y seguía aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor.”, Hch 5:14. Somos desafiados a ser testigos fieles en la ciudad, la nación y el mundo. Es predicar el evangelio, no claudicar, no transar, no negociar valores y principios. "El lugar peligroso es donde experimentamos el poder del Señor."

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

viernes, 19 de mayo de 2023

Dios nos ayuda en todo

Revelación y prueba

 “Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios.”, Hch 1:3
 
Jesucristo resucitado paso cuarenta días con sus discípulos. Estos cuarenta días son significativos e indican el tiempo de una revelación y de una prueba. Recordamos los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto antes de su misión. Estos cuarenta días después de la pascua es el tiempo de preparación para la misión de la iglesia: “les habló acerca del reino de Dios”. “Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu, para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios. También le pido a Dios que les haga comprender con claridad el gran valor de la esperanza a la que han sido llamados, y de la salvación que él ha dado a los que son suyos.  Pido también que entiendan bien el gran poder con que Dios nos ayuda en todo. El poder de Dios no tiene límites; con ese mismo poder Dios resucitó a Cristo y le dio un lugar en el cielo, a la derecha de su trono; con ese mismo poder, Dios le dio a Cristo dominio sobre todos los espíritus que tienen poder y autoridad, y sobre todo lo que existe en este mundo y en el nuevo mundo que vendrá.  Dios puso todas las cosas bajo el poder de Cristo, y lo nombró jefe de la iglesia. Cristo es, para la iglesia, lo que la cabeza es para el cuerpo. Con Cristo, que todo lo llena, la iglesia queda completa.”. Ef 1:17-23 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

jueves, 18 de mayo de 2023

En movimiento

 De un lugar a otro

“Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios”, Lc 24:50-53

A Jesús lo encontramos en el camino, en movimiento y junto a él una comunidad que le sigue. El Señor nos muestra que la fe se vive en “salida”, hacia afuera. Jesús se compromete en ser nuestro guía cada vez que nos movamos para anunciar el evangelio. Todo esto es posible con su bendición que significa la provisión de Dios para el desarrollo del ser humano. Los discípulos saludan la partida del Señor no con el llanto sino con la alegría. “Los discípulos regresaron a Jerusalén con gran alegría”. Deberán enfrentar un mundo donde nada ha cambiado, donde actúan las fuerzas del mal, el sufrimiento, la muerte, el odio y a su vez anunciar que todo ha cambiado. Deben afrontar un mundo hostil llevando la paz, el amor y el perdón donde lo harán con la fuerza y la alegría de lo alto. Estos testigos van a declarar que el cielo es posible traerlo a la tierra. Jesucristo ha resucitado, es el tiempo de la esperanza y su bendición nos llena de alegría.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 17 de mayo de 2023

Amor al Riesgo

 Saber y comprender

“Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón». Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan.”, Lc 24:33-35

Solemos tener información de muchas cosas, pero no a todas les podemos dar una explicación. Saber no necesariamente significa comprender. Jesús nos ayuda a encontrar el sentido de la vida, nos comparte la escritura y se nos revela en el gesto de partir el pan. Todo esto es una acción de gracia. Cleofás y el otro discípulo se habían alejado de Jerusalén y se separaron de la comunidad. Se alejaron de un lugar peligroso donde comenzaría la expansión de su gloria. Por su gracia, Jesús nos alcanza, nos encuentra, no solamente cuando lo buscamos, sino también cuando huimos. Jesús sale a nuestro encuentro y vuelve a encender el fuego que todos necesitamos para vivir. Se trata de encender nuestro corazón porque Dios nunca pierde el corazón, nunca. Quizás sea necesario que salga nuevamente a nuestro encuentro para percibir un latir diferente del corazón. Necesitamos tener una chispa de aquel fuego, un gran espíritu de aventura y un amor al riesgo para ir a "Jerusalén”. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres», Mt 4:19. “Su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos!”, Jer 20:9.

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

martes, 16 de mayo de 2023

Un gran panorama

Una chispa

“Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?, Lc 24:32

El día que Jesús resucitó se encontró con dos de sus seguidores en el camino a Emaús, Lc 24:13-35. Salían de Jerusalén que se había transformado en un lugar peligroso. Estos creyentes estaban abatidos y preocupados. Sus sueños destruidos. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret. Jesús habló con ellos y la oscuridad se hizo luz. La invitación fue simplemente a leer y a entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva y confiarnos a la guía del Espíritu. Jesús les dio significado a las cosas, les presentó un gran panorama y sus vidas tuvieron sentido “Entonces se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. “Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? La palabra que nos alcanza es siempre el fenómeno de estar en el camino. Ellos regresaron a Jerusalén, lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el ritmo de los latidos del corazón” 

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

Creer y seguir creyendo

  Procesos “Y postrándose, lo adoró.”, Jn 9:35-38 El evangelio de Juan nos sigue confrontando con la transformación de un ciego y su proceso...