viernes, 18 de abril de 2025

“Si” a unos y “No” a otros

Un absoluto “SI”

“Pilato le preguntó a Jesús: —¿Eres en verdad el rey de los judíos?”, Mc 15:2
Pilato se caracterizó por ser una persona indeterminada, confusa, oscura, incierta y oportunista. Su perfil quedaría resumido en no tener complicaciones. Los dirigentes religiosos entregaron a Jesús por envidia porque lo que estaba en juego era el poder y el control, Mc 15:9-10. Por otro lado, sabían que a Pilato solo le podría interesar el aspecto político. Luego de un juicio interno y proceso injusto entregan a Jesús por ser un perturbador. Pilato discute e intenta negociar, se toma tiempo, pero luego cede ante la multitud. Todos tienen prisa, en el caso de Pilato "terminar" con lo que había tratado de evitar y para los religiosos "eliminar al perturbador para pasar su pascua tranquila". Pilato se debe enfrentar cara a cara con Jesús, con los jefes judíos, con el pueblo y en su imaginación con sus superiores de Roma. Todo esto nos lleva a pensar que hay momentos en la vida que debemos tener valor para decir “Si” a unos y “No” a otros. “No” a la crueldad, la violencia, la mentira, el engaño, la manipulación y búsqueda del poder para eliminar a quien sea. Cuando no se tiene valor para estar cara a cara con Jesús es cuando cedemos el lugar a otras cosas y nos alejamos de los valores del Salvador. Ese puede ser el momento donde corremos el peligro de mirar para otro lado y las decisiones podrían ser como la de Pilato: “quedar bien con aquello que destruye”. Dios nos llama en este tiempo a ser coherentes, tener convicción y no eliminar la presencia inquietante de Jesús. El ¡Sí! a él debe salir de un “No” a otras cosas. El tema central es comprometer nuestra existencia con el Señor. Jesús quiere convertirse en una decisión seria para nosotros. "Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.", Mt 10:33. Vivamos nuestra vida en su seguimiento.
Carlos Scott

jueves, 17 de abril de 2025

La Gracia y el amor de Dios

Estatus

“Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás. —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús—, no vas a pertenecerme. —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, ¡no solo los pies! —exclamó Simón Pedro.  Jesús respondió: —Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los pies para estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos.”, Jn 13:6-10

Jesús era una persona que estaba dando vuelta el orden social. El amor de Cristo trascendió las barreras de clase social. Esta actitud de Jesús produjo una reacción fuerte en Pedro. “¡No!, protestó Pedro jamás me lavaras los pies”, Jn 13:8. No podía soportar la idea de que Jesús se humillara de esa manera. Jesús estaba rompiendo con el paradigma de los honores y prestigio que solemos tener en nuestro medio. Pedro seguramente no se sentía digno. Tenía razón: no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión de mérito sino de Gracia. Lo que nos cuesta entender es el mensaje central: Jesucristo sirve y da su vida por los pecadores. Su humillación lo engrandece una vez más y de aquí nace el modelo del Siervo, el modelo del pastorado, el modelo para ser discípulo. La reverencia del sistema actual o del mundo es diferente. Encuentra difícil hacer lo que el Señor hizo. “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.  No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.”, Fil 2:1-4 

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox



Estoy entre ustedes como uno que sirve

Identidad

“Era la hora de cenar, y el diablo ya había incitado a Judas, hijo de Simón Iscariote, para que traicionara a Jesús. Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios.  Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.”, Jn 13:2-5

Jesús era alguien que conocía su identidad. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los pies. Por lo general era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y niños. Lo más probable es que este lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos. Quizás estaban discutiendo en qué orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión debía ser el siervo y lavar los pies de todos. Lucas en su evangelio nos relata que tuvieron un altercado sobre quién sería el más importante. Los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono, pero no por una toalla. No era probable que alguno tome la toalla para lavar los pies de su compañero. Ellos preferían sentarse a comer sucios antes que estar limpios. Jesús realizó algo impresionante. No apareció ningún esclavo, el que apareció fue Jesús. Se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante o llenar un vacío en su vida. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante. “Jesús les dijo: «En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados “amigos del pueblo”. Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve.”, Lc 22:25-27

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox





 

Nada podrá separarnos del amor de Dios

 Hasta el fin

“Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el fin” Jn 13:1

Este capítulo nos habla que se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se recluye para estar con sus discípulos. ¿Qué sentía en esa hora hacia los discípulos? El texto dice: los amó hasta el fin. Jesús era una persona que amaba. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No fue egoísta. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior. Se resalta la constancia de Jesús. Jesús nos muestra un amor hasta el fin, aunque no todos lo amaron así.  El Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Que hizo Jesús con este poder? Jesús realizo un acto sencillo y profundo: “así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura”, Jn. 13: 4-5.  Jesús hace una exposición dramatizada de la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba. Los amó hasta el fin. “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios.  Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.”, Ro 8:38-39

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox


miércoles, 16 de abril de 2025

El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte

 Sí a la vida

“Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.”, Is 60:1

El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte. Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza. Se nos llama a brillar, levantarnos y resplandecer manteniendo la esperanza como una fuente de vigor, vida y alegría.

“¿Por qué estoy desanimado?  ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”, Sal 42:11 “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando…No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”, Ro 12:9-21. “Tú eres mi refugio y mi escudo; tu palabra es la fuente de mi esperanza.”, Sal 119:14. “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”, Heb 10:23. “Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!”, Mi 7:7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida

 Amor por la vida

 “¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos!”,  Ec 9:7-8

Dios tiene el control de la historia y es vital aprovechar los momentos gratificantes que humanizan, aun cuando estos sean insignificantes. Se trata de vivir como seres humanos sintiendo que se vive en una sociedad que no deja vivir por su exigencia de productividad y eficacia. La alegría, el amor y la amistad forman parte de una espiritualidad liberadora. 

También es la alegría de todos aquellos que sirven a favor de los menos alcanzados en sus necesidades no alcanzadas. Dios disfruta cuando sus criaturas disfrutan. La comida es muestra de la generosidad de Dios; la amistad es señal de su presencia y la alegría es testimonio de fe 

Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida, y la característica principal de quien vive la experiencia del Espíritu de Dios es la opción por la vida y las ganas de vivir.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 14 de abril de 2025

Un mundo distinto

 El coraje de existir

“En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido!”, Ec 8:14. “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.”, Ec 7:18

En el libro de Eclesiastés encontramos la palabra vanidad. Se usa 73 veces en el Antiguo Testamento de las cuales 41 se encuentran en el Eclesiastés. El autor describe que “¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!” y al final de sus escritos dice: “Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo.  Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.”, Ec 12:13-14. El autor también expresa “Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido”, Ec 7:13. Es aquí donde nos encontramos con el coraje de existir. Dios ha desbordado los límites de la comprensión humana y es el único que lo sabe todo y lo puede cambiar todo en su tiempo. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Solamente la confianza serena nos permite continuar. “Respeta a Dios y todo te saldrá bien”.  

El creyente, que sabe de la soberanía de Dios y que reconoce los límites humanos, lucha y se entrega hasta el final en procura de un mundo distinto, más cercano al sueño del Creador. Hace todo lo posible por apresurar el Reino venidero, pero deja que lo imposible se encargue Dios.  “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.”, Ec 9:10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 13 de abril de 2025

El peligro de estar solo - Andrés Pérez

Tenacidad

 Una fe terca

“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones.”, Ro 4:18

Una fe terca, reiterativa y obstinada sigue esperando. Dios desafía nuestra fe ante un mundo lleno de injusticias donde podemos encontrar una confianza renovada en Dios y un desbordante entusiasmo por la vida. Nos encontramos frente al Absoluto, Absoluto, Dios es Dios y esto afirma nuestra vida. Nuestro Señor es Totalmente Otro. Él es el Señor de todo cuanto existe y por eso podemos confiar en él y dejar que se encargue de lo imposible. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.

El Reino de Dios nos invita a mirar hacia el futuro sin ansiedad y a esperar el cumplimiento de la obra de Dios. No se construye con la limitación de las manos humanas, pero si en la esperanzada confianza en Dios. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una de sus oraciones expresaba: “Nada de lo que nosotros hacemos es completo. Ninguna oración expresa nuestra fe totalmente. Ninguna confesión trae la perfección. Ninguna visita pastoral trae la totalidad. Ningún programa logra la misión de la iglesia. Esto es lo que nosotros somos; plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, mientras sabemos que ellas sostienen la promesa futura. Nosotros no podemos hacer todo. Puede estar incompleto, pero es un principio, un paso para el camino, una oportunidad para que la gracia de Dios penetre y haga el resto. Nosotros nunca podemos ver el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor y el obrero. Nosotros somos obreros, no constructores, ministros, no Mesías. Nosotros somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 12 de abril de 2025

Discípulos en Tiempos de Preocupación y Ansiedad - Andrés Pérez

Éxodo

 Utopía y Peregrinaje


“¡Aquí viene nuestro Dios! ¡Viene con todo su poder!”, Is 40:9-10

Cuando hablamos de estar en el camino hablamos del peregrinaje. Implica éxodo y es el viaje de los creyentes en Cristo hacia un destino determinado. El término peregrinación proviene del latín peregrinatio, significa viaje al extranjero o estancia en el extranjero. El peregrino encuentra lo sobrenatural en un lugar preciso, en el que se participa de una realidad diferente. Esta realidad está marcada por la utopía que, en el sentido positivo se emplea como proyecto o ideal de un mundo diferente.

Para los seguidores de Jesucristo la utopía es el horizonte de esperanza donde se desea llegar… y se llegará. Es el pan del camino y el anhelo de un mañana diferente. Es también la crítica del presente defectuoso. Nuestra fe es utópica en el sentido que está fundamentada en la esperanza, pero es real. Es alimentada por la promesa, se proyecta hacia adelante y tiene el anhelo de encontrar el mundo prometido por Dios. El mañana esperado es el que tiene la fuerza de transformar el presente. Es una mirada hacia el frente. El profeta Isaías nos dice: “Y ahora, Dios le dice a su pueblo: «No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca.”, Is 43:18-19. La esperanza es un principio de vida y la utopía es el motor de la historia.

La historia avanza hacia los propósitos globales de Dios donde la humanidad es bendecida, Dios es reconocido y adorado y el mal derrotado por medio del Reino de Dios. La palabra final no será el mundo presente de injusticias. No. Es el cielo y la tierra nuevos anunciada por el profeta. “Dios dijo: «Llénense de alegría, porque voy a crear algo nuevo. Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva.”, Is 65:17-18. Esta es la utopía que mueve la historia y la razón que sustenta nuestra esperanza. Nuestra respuesta es unirnos a la Misión de Dios predicando el evangelio, en palabra y obra, transforma toda la existencia humana y erradica la injusticia. Dios nos invita a ser parte de este futuro y esto llena nuestra existencia de esperanza.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 11 de abril de 2025

La gloria de servir a todos

 La Gloria del Amor 

"Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.”, Jn17:22-23

Somos desafiados a buscar la gloria del amor. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros, Jn 13:12-17. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”, Jn 13.35-35. Es acercarnos primeramente al centro que es Dios mismo; para luego estar más cerca unos de otros “para que el mundo crea que tú me has enviado”. Implica escuchar a Dios y escucharnos unos a otros. Es la gloria de servir a todos, ser pequeños, humildes, perdonar. Es aprender a preguntar a semejanza de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti?, Mr 10:51. La gloria que el Señor nos muestra y enseña requiere el máximo sacrificio a costa del abandono, la traición y el maltrato. La majestad y la belleza se manifiestan de una manera diferente, Is 52:13-15; 53. No es triunfalismo barato o números que llamen la atención. Tampoco es mercadeo, lucha de poder, competencia, control, aplausos. Es humildad, amor, misericordia, justicia y verdad en contraposición con el celo, la envidia, el enojo, el orgullo y la arrogancia. Nos llama a encarnar su vida, seguir su dirección y obedecer sus principios, Fil 2:1-11. Está muy lejos de ser una gloria para exaltarnos unos a otros, apelar a las ambiciones egoístas, ser mejores que otros con justicia propia y legalismo. En Jesucristo tenemos el modelo del amor, el servicio, el perdón y la reconciliación. Solo con este tipo de gloria podemos llegar a ser uno entre nosotros e imitar al Dios trino. Necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 10 de abril de 2025

¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

 Hacer lugar

“Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo» Oh Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y estos discípulos saben que tú me enviaste. Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos».”, Jn 17:24-26

Dejar lugar a los demás, actitud fundamental de humildad, supone al mismo tiempo respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter. Cada cual debe promover la libertad y la autonomía de los demás y tratarlos con el máximo amor en el respeto de las diferencias. Respetar las diferencias está lejos del deseo de centralizar, de uniformizar los pensamientos y costumbres, sino por el contrario es dar la oportunidad de apreciar las riquezas que ofrecen los otros y de gozarlas. Del trabajo realizado entre todos a partir de las diferencias, resultará una complementariedad armoniosa y reciproca vivida por el amor. Esta relación de unos con otros, exige un dialogo continuo marcado por el respeto dentro de una Inter comunión creciente. En esta fe trinitaria tenemos la ayuda del Espíritu Santo hacia una progresiva compenetración de unos con otros, conservando la identidad, creciendo en santidad, sirviendo a los demás con los dones que Dios nos dio y recibiendo lo que otros hacen por nosotros. No habrá erosión ni confusión de personalidades donde cada uno crece conforme a lo que es y de acuerdo a su vocación. Habrá intimidad, libertad, alteridad y amor. Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios.  La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 9 de abril de 2025

Be Alright (LIVE) - Evan Craft, Redimi2, Danny Gokey

Cómo nos transforma la oración - Andrés Pérez

La unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida

 Comunión, cooperación, solidaridad y unidad

“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno…”, Jn 17:20-22

El sentido de cooperación, solidaridad y unidad que se basa en el Dios trinitario implica darnos lugar unos a otros. Es un sacrificio, 2 Co 8:2. “Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o demasiado fracturada -muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias- entonces la Trinidad, el Dios que es uno y que es tres, nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos. "La Trinidad aparece como prototipo de sociedad perfecta y de esa forma ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida. Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor. No es solo un camino de una persona a otra, sino también encuentro de amor unos con otros, que se dan mutuamente y comparten la vida. El ser humano ha sido creado a la imagen de Dios y como tal, está llamado a expresar esta relación unos con otros, dando lugar a los demás con humildad y respetando las diferencias. Es un llamado a la humanidad para recorrer este camino. La unión perfecta que se llama unidad se expresa por el amor donde cada persona es libre y misteriosamente autónoma dentro de una asociación íntima y una comunión activa. Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra en proceso circular. Es un camino como un baile incesante, en el cual cada persona se dirige sin cesar a la otra en donación total. El itinerario de Dios es proceso culminado. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 8 de abril de 2025

En busca del bien de los demás

 Gloria y Encarnación

» No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.”, Jn 17:20-22

Juan quiere enseñarnos otro concepto de gloria totalmente distinto. En nuestro medio por lo general se suele buscar el beneficio propio o algo para sí mismo, Jn 5:44; 7:18. En el evangelio, el momento máximo y supremo de gloria es cuando Jesucristo entrega su vida en la cruz. Mientras muchos se rinden gloria mutuamente, Jesús se sacrifica en busca del bien de los demás. “Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”, Mr 10:45. Esta gloria y servicio de buscar el bien para los demás está lleno de gracia y verdad. Es misericordia y verdad. Se revela como un Dios fiel y misericordioso en el largo caminar de la humanidad y de su pueblo. La gloria que Dios le otorga a Jesucristo tiene una relación directa con la encarnación. Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo y Juan nos dice que hemos contemplado su gloria. Es una manifestación de servicio y entrega. Se identificó con los temas y problemas de la gente. Su modelo implica sacrificarse por los demás y buscar su bienestar. La encarnación es el modelo para la misión de la Iglesia, Jn 20:21.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Misión de Dios: Desafíos y oportunidades

lunes, 7 de abril de 2025

Convivir en la diversidad

 Caminar hacia el centro

“Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.”, Jn 17:20-22

El texto de Juan 17 presenta el modelo de la unidad sobre la base del amor trinitario. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente, donde sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. La fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse realizándose en las otras. La oración de Jesús fue oída por el Padre, así que, en Cristo y en la perspectiva de Dios, ya somos uno. El cuerpo de Cristo desde su perspectiva es indivisible. “Nuestro pasado puede ser denominacional, pero nuestro futuro es ecuménico. Nuestro gran desafío es como convivir en la diversidad”. Ser una comunidad trinitaria implica que hay diversidad sin uniformidad, diferencia sin división y distinción sin individualismo. La comunidad de la iglesia debe ser como una danza de vida y amor. Debemos dejar la división, pero no la diferencia; dejar la uniformidad, pero no la diversidad; dejar el individualismo, pero no la distinción y personalidad. La comunidad implica danzar alrededor, danzar en torno e intercambiar lugares. Es cuando estamos compenetrados con el otro respetando su personalidad. Hacer espacio para otros, vaciarnos de nosotros mismos y ser humildes. Respetar, dar dignidad y tener una relación cara a cara.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

domingo, 6 de abril de 2025

Recuperando el Silencio en mi Relación con Dios | Ritmos | Andrés Pérez ...

Los ojos de la fe

 Diferente

Jesús oró por sus discípulos y dijo: …que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, … Que vean mi gloria, la gloria que me has dado…, Jn 17.20-24.

La palabra gloria generalmente se la asocia con esplendor, magnificencia, grandeza, renombre y reputación. Implica reconocimiento por haber hecho algo importante o cubrirse de gloria cuando se consigue fama por una acción determinada. Vale preguntarnos ¿Qué gloria le dio el Padre a Jesucristo? ¿Qué tipo de gloria quiere que veamos y contemplemos? ¿Qué gloria nos quiere dar a nosotros? ¿Qué relación tiene esto con la evangelización, misión y unidad de su pueblo?  El Evangelio de Juan es un evangelio de sorpresas donde “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad”, Jn 1:14. Una gran sorpresa fue que el mundo no vio su gloria, Jn 1:10. Cuando Jesús anduvo por los caminos polvorientos de Palestina parece que no caminaba en el aire con un coro de Ángeles. Fue todo lo contrario: se ensució tanto que parece que otros no vieron nada excepcional en él. Jesús hizo milagros, pero muchos que lo observaban no vieron nada, Jn 6:30. Para ver a Jesús hacen falta los ojos de la Fe. Cuando el Verbo se hizo carne, al mundo no le costó nada ver en Jesús a un hombre, a un ser humano. El tema clave es darnos cuenta de que podemos ver algo más. Los religiosos y otros no lograron ver algo más; a nosotros también nos puede pasar sino lo vemos con los ojos de la Fe. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 4 de abril de 2025

La imagen de Dios es el ser humano en comunidad

La iglesia como comunidad del Reino de Dios

Cuando hablamos sobre la iglesia que es la comunidad del Reino de Dios, decimos que somos llamados a ser una comunidad trinitaria. La trinidad es como una danza divina de tres personas que se aman unas a las otras y se reciben plenamente, en donde cada una de ellas se vuelve “una” con las otras. La escritura dice "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza", Gn 1:26. Dios está hablando en plural, es decir que ya está en comunidad. La imagen de Dios es el ser humano en comunidad. La vida del ser humano no puede ser buena a menos que se viva en comunidad. El texto de Juan 17 presenta el modelo del amor trinitario basado en la unidad. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente. Esta fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse realizándose en las otras. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. Esta fe trinitaria es relacional, se experimenta en comunidad y sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nuestro desafío como iglesia es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

 

Ore por los Daza en el Chad

Ore por los Daza en el Chad

Los hombres daza ocasionalmente encuentran trabajo estable en aldeas o ciudades. Las mujeres daza trabajan en casa y son responsables de cocinar y limpiar. Los ingresos provienen principalmente de la venta de animales. Los hombres daza usan pantalones holgados con cordones debajo de túnicas de manga larga. Normalmente su ropa es blanca, y a menudo usan turbantes o pequeños gorros musulmanes. Las mujeres daza tradicionalmente llevan vestidos largos. Aunque no se les exige que lleven velo, a menudo lo llevan para protegerse del sol, del polvo o del frío. La sociedad daza está dominada por los hombres. Los matrimonios suelen ser concertados, y las familias intercambian regalos. La mayoría de los daza obtienen el agua de pozos, que a menudo no está muy limpia. Los obreros cristianos, con el equipo y las habilidades adecuados, podrían ayudarles con sus necesidades de agua.

No tenemos conocimiento de ningún seguidor de Cristo entre los daza de Chad. Necesitan escuchar el evangelio de alguien fuera de su cultura.

Enfoque bíblico: "Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza."
- Salmos 66:1-2

Que muchos de este grupo étnico estén haciendo justamente esto muy pronto. Pídele al Señor que llame a gente que este dispuesta a ir a Chad y ministrar el amor y la compasión de Cristo a los daza. Ore para que Dios libere a los daza de su estilo de vida de guerra. Ore para que Dios levante equipos de intercesores que se pongan en la brecha por los daza. Pídele al Señor que levante una red de iglesias fuertes entre los daza.

Nombre de la Etnia: Daza
País: Chad
Población: 565,000
Población Global: 665,000
Idioma Principal: Dazaga
Religión Principal: Islam
Biblia: Porciones
Audio del Nuevo Testamento en línea: No
Película de "Jesus": Sí
Grabaciones en Audio: Sí
Seguidores de Cristo: Pocos, menos del 2%
Estatus: No Alcanzados


jueves, 3 de abril de 2025

Unidad, comunión y solidaridad

 Jesús ora por todos nosotros

“No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno”, Jn 17:20-22 

Tenemos como Iglesia local y global un desafío: trabajar en unidad, comunión y solidaridad porque Cristo es la verdadera señal de unidad y desde su principio, el Señor nos ha desafiado al trabajo en equipo. José Miguez Bonino nos habla que «la misión puede ser el principio material de nuestra unidad». La cooperación en la tarea práctica de la misión es el primer paso hacia una unidad más profunda. La unidad ha sido lograda por medio de Jesucristo. Tenemos una fe trinitaria que es una fe relacional. Dios en tres personas, pero siempre uno. Su oración es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21. Como comunidad trinitaria somos desafiados a vivir compenetrados unos con otros. Para describir la trinidad algunos usan la palabra perijóresis o perichóresis que fue tomado o fijado en la iglesia antigua por los Padres Capadocios. Se trata de un término griego que está construido por dos palabras: una es peri (alrededor) y la otra choreo (danzar). Es bailar juntos danzando en círculo o alrededor. Significa “intercambiar lugares”, “danzar en torno”. Una danza de vida y amor. Cada persona de la trinidad provee espacio para las otros dos. Esta fabricación de espacio está asociada con el vaciamiento de uno mismo, Fil 2:6. Hay comunión y comunicación total, donde cada persona existe solamente en la medida que camina y avanza hacia la otra, ocupando su lugar y habitando en ella. La trinidad es una danza divina de tres personas que se aman unas a las otras y se reciben plenamente, en donde cada una de ellas se vuelve “una” con las otras. La permanencia y la morada de una de las tres Personas en la otra significa que son inseparables, que no han de separarse. Hay una compenetración. Cada persona está en el otro y viceversa, sin mezcla, fusión o confusión. Se mantiene la personalidad, sin caer en el individualismo. Hay unidad con distinción, distinción sin mezcla, y unidad sin separación. Que Dios nos ayude a vivir una fe trinitaria. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Cómo permanecer en Jesús - Andrés Pérez

martes, 1 de abril de 2025

Igualdad, justicia y respeto

 Dignidad

“Este es mi mandato: ámense unos a otros.”, Jn 15:17

La dignidad implica reconocer y valorar la humanidad de cada individuo, tratándolos con igualdad, justicia y respeto. “Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo… El día que fueron creados los llamó “Seres humanos”, Gn 5:1-2. El mundo del primer capítulo del Génesis es un ideal. Es el ideal de Dios sobre la creación. Es el ideal de vivir en una correcta relación con Dios, con el prójimo y con la creación. Esto nos da esperanza y dignidad. Vivimos tiempos donde se está perdiendo el valor a la vida, el respeto y la dignidad. “La proclamación de que todos somos creados iguales, a la imagen de Dios, desafía categóricamente todo intento de discriminación, desprecio e indiferencia”. A pesar de las diferencias culturales, étnicas y cualquier otra diferencia que se pueda crear, todos provenimos de un Creador que es el Padre Celestial y de nuestro antepasado Adán. Hay principios para tener presente en nuestra vida y carácter. Son fundamentos para que estén activos en toda comunidad y sociedad. Un encuentro entre la verdad y la justicia es un excelente comienzo. La justicia es poner en orden las cosas y dar a cada uno lo que corresponde. La justicia y la paz se unen y la verdad se encuentra con la misericordia. Sin amor somos como un metal que resuena y nada más. En medio de los desacuerdos, divisiones, conflictos y luchas de nuestra sociedad el texto nos llama a que veamos la imagen de Dios en nuestro prójimo y tomemos la perspectiva de Dios: “No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”, Lv 19:18. Volvamos nuestra mirada al Dios creador. “El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la justicia y la paz.”, Sal 85:10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 31 de marzo de 2025

El agradecimiento

 La memoria del corazón

“Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?». Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado», Lc 17:17-19

Nos encontramos con diez personas afectadas por la Lepra y la exclusión de la comunidad. Mientras se dirigen a presentarse a los sacerdotes se dan cuenta que fueron sanadas, pero uno solo, un extranjero, sintió la necesidad de volver y ser agradecido con Jesús dando Gloria a Dios. “Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres?” Jesús comienza a restar y solo le queda uno. ¿Dónde están los otros nueve? Se perdieron la oportunidad de celebrar y ser agradecidos. Ser agradecidos es el principio de un camino de fe. El agradecimiento es la memoria del corazón. Nuestro problema es cuando perdemos la memoria como les paso a estos nueve y nuestras excusas suelen ser recurrentes. Se nos ha concedido la gracia de creer y día a día nuestro Dios nos trata como hijos amados. Todo es gracia, milagro y nuestra gratitud debe estar en todo tiempo. Lo peor es no tener nada por que dar gracias. Una vez más, Dios nos llama a tener la memoria del corazón presente y vivir junto a él la alegría más grande cuanto se trata de sumar en vez de restar. “Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. No apaguen al Espíritu Santo”, 1 Ts 5:18-19

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 30 de marzo de 2025

Nuevas comunidades de fe

Repensar

“Jesús respondió: …  y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará.”, Mt 16:13-19

Nuestro tiempo nos desafía a volver a repensar la iglesia y su implicancia para iniciar nuevas comunidades de fe. Harold Segura nos habla de algunos ejes centrales a tener en cuenta: el reino de Dios (no la iglesia institucional), la conversión (no la afiliación eclesial), la fe (no la creencia dogmática) y el Evangelio (no la tradición religiosa).  “Los confinamientos por la pandemia nos han invitado a poner el acento eclesiológico donde debían haber estado: la comunidad y no el templo, la misión y no la institución, la pastoral y no el pastor, la espiritualidad y no la religión”. Somos desafiados a salir de un modelo de repetición e imitación para volver al espíritu del pentecostés y comenzar nuevas comunidades de fe. Una iglesia pública, dirigida a todos y todas, abierta al mundo, mirando hacia afuera. Una iglesia que trae alegría y esperanza por medio del evangelio a un mundo necesitado.   

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

sábado, 29 de marzo de 2025

Perspectivas del movimiento cristiano mundial

  



La salvación abre la puerta a la bendición

 Edificar

“—Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente ...”, Mt 16:13-19

La predicación del evangelio en palabra y obra no es un fin en sí mismo para hacer grande a una determinada institución. Hablamos de ser una comunidad abierta a toda la humanidad, no exclusivista y auto referencial. Hablamos más de una fuerza centrífuga que centrípeta, de una dimensión eclesial y horizontal (todos somos sacerdotes), y no de una dimensión clerical y solo vertical. El pueblo de Dios es un pueblo que vive en el Éxodo, en salida. “La fe cristina es una fe que nació para caminar”. Implica salir de una estructura de mantenimiento para organizarnos en función de la misión. Nuestro Dios quiere bendecir a toda la humanidad, a todas las etnias y la salvación abre la puerta a la bendición. Discípulos que hacen Discípulos y forman nuevas comunidades de fe es el inicio de un proceso hacia la bendición de todo un pueblo en términos de transformación. La misión se vive con mayor intensidad fuera del templo iniciando nuevas comunidades de Fe para bendecir a la gente, derrotar el mal por medio del Reino de Dios y que Dios sea reconocido y glorificado.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

“Si” a unos y “No” a otros

Un absoluto “SI” “Pilato le preguntó a Jesús: —¿Eres en verdad el rey de los judíos?”, Mc 15:2 Pilato se caracterizó por ser una persona ind...