GloCal es una palabra que representa la fusión de Global y Local. Es donde la acción local y global se unen en el cruce intencional de barreras, de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios.
Una Oración por Adviento y la temporada de Navidad
Nuestro Dios: En estas semanas previas a la Navidad anhelamos conocer el sentido, el poder y el misterio de aquella gran misión por la cual viniste a salvarnos de nuestros pecados.
Ayúdanos a enfocarnos en la buena noticia que ha causado gran gozo en la gente alrededor del mundo y a través de los siglos.
Nos admiramos ante la venida del Señor Jesús, que ha modelado la historia del mundo y ha cambiado incontables millones de personas. Necesitamos este evangelio en épocas de tribulación para no volvernos cínicos, dubitativos, temerosos ni vengativos. Fortalece nuestra fe durante épocas desafiantes.
Nos regocijamos en la proclamación de Emanuel, Dios con nosotros. Isaías dijo: «Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz», Isaías 9:6. Necesitamos el gobierno de Cristo, el Señor, porque la humanidad está fuera de control.
Necesitamos al «Consejero admirable» porque deambulamos en ignorancia y necedad la mayor parte del tiempo.
Necesitamos al Salvador que es «Dios fuerte», capaz de salvar y preservar.
Necesitamos al «Padre eterno» que nos protege y provee no solo lo que pensamos que necesitamos sino lo que realmente precisamos.
Necesitamos al «Príncipe de paz» debido a las tensiones entre las naciones del mundo, porque hay miles de personas cuyo corazón está entenebrecido con pensamientos de homicidio y terrorismo, y porque incluso amigos y parientes pelean tan a menudo entre sí.
Siempre hemos necesitado un Salvador. Pero ahora más que nunca.
En el nombre de Jesús el Cristo, Hijo de Dios, Salvador. Amén.
Fuente: Oraciones por nuestra vida – 95 conexiones con Dios en las circunstancias de cada día. Mel Lawrenz
Cuando el Señor establece la gran comisión lo hace desde la periferia, una provincia apartada como es Galilea. No lo hace desde el centro del poder que está en Jerusalén.
Fue en Galilea donde Jesús comenzó su ministerio, Lc. 4:14-15; y eligió a sus primeros discípulos, Lc. 6:12-16. Darío López comenta que la opción de Jesús por Galilea no fue circunstancial sino una elección intencional. ¿Porque la opción no surgió desde Jerusalén? Jesús eligió cumplir su ministerio entre las masas olvidadas por los líderes políticos y religiosos para luego ir a Jerusalén.
La periferia representó tarea impostergable y compromiso ineludible. Incluía a todos ya sean judíos, Samaritanos y Gentiles. Jesús los envía a llevar la buena nueva del Reino de Dios y este mandato es para todas las generaciones. Un mensaje que tiene que ver con la transformación total de la existencia humana. Por lo tanto, Jesucristo nos comisiona desde la periferia a llevar todo el evangelio a todas las naciones.
El despertar misionero en lo general surge fuera de los centros de decisión. Esto pasó en la historia de las misiones con Guillermo Carey. Fue una persona que tocó a su generación (1761-1834, siglo XVIII). Provenía de una familia de clase media baja en Inglaterra. Aprendió el oficio de zapatero y fue pastor. Su lema fue: Espere grandes cosas de Dios, arriesgue grandes cosas por Dios, Is. 54:2-3.
Sus contemporáneos le presentaban varias objeciones ante el desafío sobre la evangelización mundial: ¿Por qué debemos ir allá si hay tanta gente acá sin alcanzar? Carey les contestaba que era válida la pregunta, pero el hecho que tengamos gente sin alcanzar localmente no es una excusa para no llevar el evangelio a otras culturas o traspasar fronteras políticas, geográficas, culturales y sociales. El hecho que están sin alcanzar acá no es un argumento válido para abandonar la tarea de alcanzarlos en otros lados.
La respuesta de muchos líderes fue: «Dios hará la tarea sin usted y sin nosotros. Tome asiento». Pero Guillermo Carey no era una persona para quedarse sentada dado que tenía pasión y su corazón ardía por la tarea de la evangelización mundial. El entendía que la iglesia involucrada en la evangelización mundial es una tarea de cada generación y de cada época e involucra a toda la iglesia.
Partió para la India en 1793 y su impacto fue tremendo. Vivió como misionero durante 40 años sin interrupción. Carey creía que aquellos que no conocían a Cristo estaban perdidos. Entendía a la misión como un mandato de obediencia. Estudió bengalí, les predicaba a los indios, comenzó a aprender el sanscrito y al mismo tiempo traducir la Biblia al bengalí. Fundó una iglesia nativa y contextualizó por medio de predicadores locales. A su muerte había traducido la Biblia o porciones de la misma a por lo menos 35 idiomas y dialectos de la India.
La lucha de Carey es la misma hoy. Cada generación tiene que hacer su labor. «La iglesia misma requiere, una y otra vez, ser desafiada para la tarea de evangelización mundial. La gran Comisión no envejece, la tarea de misiones nunca acaba por lo tanto cada generación debe hacerla suya.
Las instituciones religiosas grandes y estructuradas tienen una tendencia a centrarse en su propio universo y necesidades, por lo que pierden de vista el carácter de universalidad que es inherente a la misma y no se puede separar de su vocación eclesiológica. El despertar misionero surge, una vez tras otra, como una iniciativa por fuera de los centros de decisión o, como dice Gustavo Warneck, de parte de los «silenciosos de la tierra», se podría decir, de los «zapateros» de la vida»
Cómo iglesia debemos preguntarnos: ¿Podrán las instituciones a las cuales representamos hacer un esfuerzo más intencional de llevar todo el evangelio a todo el mundo? «La misión es una tarea cotidiana de la iglesia en cualquier lugar, en cualquier tiempo y en cada generación» Somos llamados a ser personas claves para que el evangelio esté disponible a cada persona en todas partes.
"Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud: «¡Escuchen con atención, todos ustedes, compatriotas judíos y residentes de Jerusalén! No se equivoquen. Estas personas no están borrachas, como algunos de ustedes suponen. Las nueve de la mañana es demasiado temprano para emborracharse", Hch 2:14-15
Pedro le habla a una multitud: "Lo que pasa es que hoy Dios ha cumplido lo que nos prometió, cuando por medio del profeta Joel dijo: “En los últimos tiempos les daré a todos de mi Espíritu: hombres y mujeres hablarán de parte mía; a los jóvenes les hablaré en visiones y a los ancianos, en sueños", Hch 2:16-17. Es uno de los milagros más sorprendentes de todo el texto bíblico. Pedro explica que estas personas no están borrachas. En muchos lugares de nuestro continente y del mundo hay un énfasis en la presencia y el poder del Espíritu Santo. Como sucedió en Pentecostés hay quienes miran de afuera y piensan que estamos descentrados o fuera de sí. Es ahí donde las acusaciones se describen como irracionales, emotivas o ignorantes. Son personas que no logran sorprenderse por el milagro de la gracia de Dios. Y porque no pueden sorprenderse, se burlan de los demás. Quien cree saber cómo el Espíritu Santo va a actuar, se arriesga a no ver su acción cuando tenga lugar. La actividad del Espíritu Santo es siempre sorprendente. “Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió, para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada. Por eso, ante Dios, nadie tiene de qué sentirse orgulloso”, 1 Co 1:27-29. “Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor”, Ro 5:5
“Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos”, Hch 2:13 Cuando el Espíritu Santo descendió en el día de Pentecostés no todos vieron este milagro, no todos respondieron positivamente. ¿Cómo puede ser que algunos no percibieron lo que estaba ocurriendo en Pentecostés? ¿Por qué algunos encontraron un motivo de burla? Cuando pensamos que el Espíritu se debe manifestar de una sola manera corremos el peligro de no percibir algo más. Es como decir: “Nosotros sabemos todo, tenemos todas las respuestas”. Cuando esto sucede, perdemos la capacidad de asombro. En ese momento aparece la burla que refleja una vida basada en prejuicios y conceptos cerrados. Hay personas que se quedan atrapadas en la letra y no en el espíritu. Se busca la seguridad en el reglamento, los estatutos y la tradición. Los que aparentemente saben todo o creen que están en ventaja, corren el peligro de quedarse atrás porque no pueden ver lo extraordinario que está ocurriendo. Solo los que piensan que Dios se manifiesta de una sola manera hacen de la vida cristiana un método y un sistema. El Espíritu sopla de donde quiere, Jn 3:8. Cuando se teme o se critica, lo que se puede estar temiendo, es la pérdida del control. Se nos llama a no entristecer al Espíritu Santo: “No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”, Ef. 4:30. No menospreciemos a otros hermanos o sectores de la iglesia. Vivamos el poder del amor y no el amor al poder. “El libro de los Hechos nos habla que el Espíritu Santo actúa, no para hacer que todos se conformen al mismo patrón, o que todos sean iguales, sino para que la gracia de Dios sea accesible a todos por igual.” Carlos Scott
"Y no salían de su asombro, ni dejaban de preguntarse: «¿Y esto qué significa?», Hch 2:12 El libro de los Hechos nos da a entender el modo en que el Espíritu obra en la comunidad de fe. Si bien la iglesia pasó de 120 a 3000 personas en un solo día, no todos pudieron percibir el milagro. Algunos estaban desconcertados y perplejos, se preguntaban: "¿Qué quiere decir esto?" Otros se burlaban y decían “lo que pasa es que están borrachos”. No entregarme a la vida del Espíritu es no poder percibir el milagro que Dios quiere hacer en este mundo. Una iglesia guiada por el Espíritu Santo es una iglesia que no se burla, ni descalifica a los demás, Hch 2:13, Mc 6:1-6. Es abierta al Espíritu (Mc 3:20-30, Lc 11:14-23), busca su llenura (Hch 4:23-31) y se dedica a la oración (Hch 1:14). Hablamos de una iglesia abierta al mundo que entiende que el evangelio es para toda clase de persona sin excepción, Hch 10:34. Somos desafiados a no perder la capacidad de asombro. Lamentablemente muchos piensan que el Espíritu Santo se ha de manifestar solo de una manera particular en la predicación, servicio o culto y si no es así, nos burlamos de otros, los tratamos mal o los descalificamos. La actividad del Espíritu Santo es siempre una experiencia que nos supera, nos sorprende y caemos rendidos a Él.
“¡Todos por igual los oímos proclamar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios!”, Hch 2:11
En Pentecostés Dios le dio su aprobación al pluralismo lingüístico y cultural. Babel fue un monumento al orgullo de un grupo humano, Gn 11:1-9. Utilizaron su unidad lingüística y recursos para dar rienda suelta a su orgullo. Dios los confundió y lo que produjo fue la multiplicidad de lenguas. Lo que Dios produce en Pentecostés es también una multiplicidad de lenguas donde ningún idioma predomino sobre los demás. En un pequeño grupo de cultura y lengua uniforme surge una explosión multilingüe y multicultural por el poder del Espíritu Santo. No debemos entender la unidad como uniformidad. La comunidad de la iglesia debe ser como una danza de vida y amor. ¿Cómo podemos bailar juntos, alrededor, en la danza de la vida y el amor? ¿Cómo aprendemos los pasos de esta danza? Debemos dejar la división, pero no la diferencia; dejar la uniformidad, pero no la diversidad; dejar el individualismo, pero no la distinción y personalidad. Implica que hay diversidad sin uniformidad, diferencia sin división y distinción sin individualismo. Es cuando estamos compenetrados con el otro respetando su personalidad. Hacer espacio para otros, vaciarnos de nosotros mismos y ser humildes. Respetar, dar dignidad y tener una relación cara a cara. El sentido de cooperación, solidaridad y unidad que se basa en el Dios trinitario implica darnos lugar unos a otros. “Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o fracturada -muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias, nuestro Dios nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos." Nuestro desafío como iglesia es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21
"Los que estamos aquí somos de diferentes países. Algunos somos de Partia, Media y Elam. Otros vinimos de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia y Egipto, y de las regiones de Libia cercanas al pueblo de Cirene. Muchos han venido de Roma, otros han viajado desde la isla de Creta y desde la península de Arabia. Algunos somos judíos de nacimiento, y otros nos hemos convertido a la religión judía. ¡Es increíble que los oigamos hablar, en nuestro propio idioma, de las maravillas de Dios!», Hch 2:9-11
Hay una visión que deriva del Pentecostés y es que el Espíritu de Dios se derrama sobre todo el género humano, Hch 2:17. Dios une personas de diferentes trasfondos y somos llamados a expresar una fe trinitaria, una fe relacional, en comunidad. Ser creados a la imagen de Dios implica que el ser humano no esté solo y viva en comunidad. El Espíritu Santo nos desafía a evidenciar esta imagen. Unidad con distinción, distinción sin mezcla, y unidad sin separación. Implica amarnos unos a otros, recibirnos y aceptarnos mutuamente. La vida del ser humano no puede ser buena a menos que se desarrolle en comunidad. Somos llamados a ser una comunidad trinitaria. En la antigüedad usaban la palabra perijóresis o perichóresis para describir esta realidad. Se trata de un término griego que está construido por dos palabras: una es peri (alrededor) y el otro choreo (danzar). Es bailar juntos danzando en círculo o alrededor. Significa “intercambiar lugares”, “danzar en torno”. Una danza de vida y amor. Esta fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse con las otras. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. Es una fe relacional, se experimenta en comunidad y sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita.
"En aquel tiempo, muchos judíos que amaban a Dios estaban de visita en Jerusalén. Habían llegado de todas las regiones del Imperio Romano. Al oír el ruido, muchos de ellos se acercaron al salón, y se sorprendieron de que podían entender lo que decían los seguidores de Jesús. Estaban tan admirados que se decían unos a otros: «Pero estos que están hablando, ¿acaso no son de la región de Galilea? ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestro propio idioma?», Hch 2:5-8 La comunidad de los creyentes se organizó en Jerusalén donde dio sus primeros pasos, pero con motivo de la persecución camina hacia Samaria, Antioquia y luego a todo el mundo. Ellos comenzaron a viajar en vez de protegerse y predicaban a Jesucristo. El mundo necesita ver una iglesia abierta que sea inclusiva y no exclusiva. La iglesia que surge en el Pentecostés es una iglesia pública, la gente escucha y ve. Es una iglesia misionera porque nace hablando a todas las lenguas y no pasa desapercibida. Pentecostés implica ser una iglesia abierta que glorifica a Dios. Es una iglesia que mira hacia fuera, es inquieta, camina por todas partes, busca la simplicidad y se atreve hacer cosas diferentes. "La fe cristiana es una fe que nació para caminar". Hablamos de una iglesia donde pueda predominar una dimensión eclesial y no clerical. Una iglesia donde se ejerce el sacerdocio universal de todos los creyentes. La gente es libre, respetada y vive el poder del amor. El Espíritu Santo llama a su iglesia a repensar su estructura o institucionalidad para enfocarnos en su misión. Este tiempo puede ser un buen momento para pensar en cómo salir de los modelos de repetición e imitación para centrarnos en lo nuevo que viene del Espíritu de Dios.
"Fue así como el Espíritu Santo los llenó de poder a todos ellos, y enseguida empezaron a hablar en otros idiomas. Cada uno hablaba según lo que el Espíritu Santo le indicaba", Hch 2:4 "Todos fuimos colocados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu", 1 Co 12:13. El Señor nos colocó en su cuerpo. Un solo cuerpo. La iglesia es el cuerpo de Cristo y Él es su cabeza. No estamos en una comunidad o iglesia local porque tengamos un proyecto común, sino porque juntos hemos sido llamados por Dios. Dios se complace en hacer vivir juntas a personas muy distintas. Humanamente parece un desafío imposible, pero esto da certeza que ha sido Dios quien nos ha elegido para vivir en la iglesia universal y su expresión concreta en la comunidad local. Por la acción del Espíritu Santo lo imposible se convierte en posible: "En esto conocerán todos que son mis discípulos; si se aman los unos a los otros", Jn 13:35 Carlos Scott