miércoles, 27 de febrero de 2019

Servir


Cuando hablamos de la iglesia local estamos hablando de una comunidad que sirve. Una comunidad sana es la que renuncia al afán del dominio. Entiende y expresa en su acción lo que es servir al prójimo. Es una comunidad abierta para servir a todos. * "Así que Jesús los llamo y les dijo: Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Por qué ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”, Mr 10:35-45. *Entre los discípulos y Jesús mismo había diferentes maneras de interpretar el reino. El pasaje bíblico hace referencia a la petición de Jacobo y Juan. Se observan la ambición, la soberbia y el egoísmo. Se contrapone lo que los discípulos quieren y lo que Jesús vino hacer. La discusión que los discípulos tuvieron en Mr. 9:34 sobre quién es el más importante, quedo atrás. Ahora el tema que les ocupa es quien ocupará el primer lugar, quien tendrá más privilegios y ventajas. *Jesús responde: “Entre ustedes no debe ser así”. El requisito para ser grande es ser servidor. Lo trascendente es renunciar a un afán de dominio y tener un sello completamente distinto: Ser esclavos de todos. El requisito es ser diácono, servidor de todos.

sábado, 23 de febrero de 2019

Recibir

- Cuando hablamos de la comunidad o iglesia local estamos hablando de aceptar a otros, recibir, perdonar y amar. La salud de una comunidad se revela en como recibimos a otros, el dar oportunidades, amar, buscar el bien del otro, preguntar, escuchar, aceptar, perdonar, servir. Una comunidad abierta es la que recibe a la gente, le permite participar y no la excluye. Una comunidad sana se caracteriza por dar oportunidades para todos. *“Maestro -dijo Juan-, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. – No se lo impidan – replicó Jesús – Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí” Mr. 9:38-39. A Juan y a los discípulos les preocupa la competencia, el prestigio y el poder. Ensimismados tratan de excluir a otros. Juan revela el motivo de su queja: porque no nos siguen, "no son de los nuestros". En otras palabras: No hace las mismas cosas que nosotros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a nuestro séquito, a nuestra pauta cultural, a nuestros parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente "No nos pidieron permiso para hacer esto". La posición de responsabilidad o mal llamada “poder” cuando es vista como privilegio para abusar de ella y no como don para el servicio, siempre es excluyente. Los discípulos no han entendido el modelo de Recibir y prefieren Excluir. El resultado de esto en las iglesias y en los movimientos misioneros es el sectarismo. *Jesús responde explicando la intención que tenemos que tener dentro del reino: Recibir, dar oportunidades, hacer participar, no celar, no competir. Jesús acepta a una persona fuera del grupo. No indaga acerca de su doctrina, ni tampoco sobre sus motivaciones. Jesús les dijo: “El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.” Mr. 9:40-41. El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas. Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Una teología muy amplia y abarcativa. Nadie tiene el monopolio en la misión.

martes, 19 de febrero de 2019

Amar a los enemigos


- Cuando hablamos de comunidad o iglesia local hablamos de lavar los pies de todos sin excepción. Una comunidad sana es la que ama y sirve a sus enemigos. *Jesús lavo los pies de Judas. Jesús sabía quién era Judas, Jn. 2:25, 6:64,70. ¿Qué haríamos si alguno de nosotros tuviese en su grupo a una persona como Judas? Quizás por mucho menos que una traición no tendríamos a personas que no estén de acuerdo con nosotros. Judas había oído el mensaje de Jesús, pero eso no lo transformó. Es muy interesante cuando Pablo les habla a los Corintios sobre la locura de la cruz, 1 Co. 1:23, 25. Exponerse y quedar vulnerable ante el enemigo es realmente una locura. Sin embargo, Jesús lavó los pies de Judas. Responder cabalmente al ejemplo de Jesús en lavar los pies de todos implica abandonar el derecho de elegir a quien quiero servir. “¿Entienden lo que he hecho con ustedes?” “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien porque lo soy”. Maestro cuya doctrina tenemos que aprender y Señor cuya voluntad debemos obedecer. Deja claro que su humildad no ignora quien y que es El. Su humildad es la de un Rey, la de un ser Divino. No solemos ver esto en nuestras mentes y rendirnos en adoración. Los modelos aprendidos muchas veces son otros y distorsionan nuestra comprensión - comportamiento. ¿Somos personas que experimentamos la gracia de Dios y la compartimos con los demás? ¿Nos mostramos legalistas y desarrollamos una relación en base al mérito? ¿Cómo debe ser el modelo del siervo?

lunes, 18 de febrero de 2019

Identidad


-Cuando hablamos de comunidad o iglesia local estamos hablando de parecernos a Jesús. Una comunidad sana conoce su identidad. *Jesús era alguien que conocía su identidad. Jesús lavo los pies de los discípulos y realizó algo impresionante, Jn 13:4-5. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los pies. Esto no es un problema a no ser que tengas que lavarles los pies a otros. Por lo general era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y niños. Lo más probable es que este lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos. Quizás estaban discutiendo en qué orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión debía ser el siervo y lavar los pies de todos. Lucas en su evangelio nos relata que tuvieron un altercado sobre quién sería el más importante. *Los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono, pero no por una toalla. No era probable que alguno tome la toalla para lavar los pies de su compañero. Ellos preferían sentarse a comer sucios antes que estar limpios. * Jesús se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante. ¿Como nos afecta el poder?, ¿El poder del amor o el amor al poder? ¿Como vemos a nuestro prójimo? ¿Nos relacionamos en base al poder o valoramos a los demás como personas que tienen dignidad?

domingo, 17 de febrero de 2019

Comunidad Sana


Cuando hablamos de comunidad estamos hablando de encarnar el amor de Jesús. Una comunidad sana se caracteriza por el amor. “Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el fin” Jn 13:1. Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se recluye para estar con los discípulos. ¿Qué sentía en esa hora hacia los discípulos? El texto dice: los amó hasta el fin. *-Jesús era una persona que amaba. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No fue egoísta. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior. Se resalta la constancia de Jesús. Jesús nos muestra un amor hasta el fin, aunque no todos lo amaron así. El Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Que hizo Jesús con este poder? Jesús realizo un acto sencillo y profundo: “así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura”, Jn. 13: 4-5. Jesús hace una exposición dramatizada de la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba. Los amó hasta el fin. ¿Cómo nos impacta el ejemplo y enseñanza de Jesús como comunidad e iglesia? ¿Cómo me afecta en lo personal?

viernes, 15 de febrero de 2019

Signos de vida


Cuando una comunidad o iglesia local tiene buena salud, es un polo de atracción, hay compromiso y las nuevas personas se sienten a gusto. Hay signos de vida. Las señales no son buenas cuando no se quiere ir a las reuniones, no hay diálogo, se pierde la confianza y no hay alegría en estar juntos. Puede haber signos de enfermedad cuando hay celos, envidia, competencia, rivalidades, inmoralidad, falta de integridad y juicios. Todo esto y mucho mas enferman al cuerpo. La salud de una comunidad se revela en como recibimos a otros, el dar oportunidades, amar, buscar el bien del otro, preguntar, escuchar, aceptar, perdonar, servir. Es ir a buscar lo que esta perdido. Es la confianza de unos con otros en los momentos difíciles. Es cuando miramos a las personas no por su poder o lo que nos pueden dar, sino por lo que son, imagen de Dios. Es crecer juntos hacia la madurez a semejanza de Cristo. Una comunidad esta enferma cuando cae en la soberbia, arrogancia, autosuficiencia. Es cuando se mira a sí misma y aparta los ojos del que le trajo la vida. De vez en cuando, cada comunidad debe preguntarse en que momento se encuentra, hacerse un chequeo, analizar si tiene un cuerpo saludable, avanzar y ser semejante a Jesucristo. Esto, no siempre es fácil. Se necesita ser honestos con nosotros mismos, con los demás, con Dios y hablar la verdad con amor. Es necesario discernir las señales que dan la vida y los posibles síntomas de una enfermedad, Ap 2 y 3. Una de las señales de vida de una comunidad es la creación de lazos. Una comunidad que se encierra en sí misma muere por asfixia. Las comunidades que viven su unen a otras. Tiene conciencia de su propia identidad y no necesita comparase con otras. La salud de una comunidad también se manifiesta cuando se extiende y multiplica. No retiene celosamente a sus miembros, sino abre las manos para que sirvan donde Dios les quiere plantar, es generosa, se goza en que otros sean alcanzados. Una comunidad sana es una comunidad que vive la fe, la esperanza y el amor. Es cuando piensa en los demás y se une al corazón de Dios. Una comunidad es sana cuando reconoce a Dios como su fuente de vida.

jueves, 14 de febrero de 2019

Crecimiento


Cuando decimos comunidad o iglesia local decimos "crecimiento". Cada uno de nosotros esta haciendo un viaje: el viaje de la vida. Todos somos peregrinos en este camino. La vida humana en este viaje y camino de crecimiento debe ser un viaje hacia la unidad con otros. En este camino nos encontramos con nuestras fortalezas y debilidades. Crecer es emerger y salir muchas veces de una visión egoísta. Las comunidades nacen, crecen y dan vida, luego envejecen para volver a renacer. Muchas tensiones en la comunidad provienen de que algunos se resisten a crecer, pues el crecimiento de una comunidad implica el crecimiento de cada persona. Siempre hay quien se resiste al cambio y rehúsa la evolución, pues quiere que las cosas sigan como siempre han sido. Muchos se resisten al crecimiento por las exigencias que demandan una nueva etapa. La comunidad del Reino de Dios o la iglesia es una comunidad que siempre debe estar en crecimiento. Sino crecemos, entonces decrecemos; sanamos o enfermamos. Somos llamados a la madurez en Cristo, reproducirnos, extendernos, multiplicarnos, Ef 4:11-13, Col 1:28-29, Hch 2:47, 5:14, 6:7, 8:4,8, 9:31, 11:20-21, 12.24, 13:49, 16:5, 19:20, 28:31. El reto o desafío de una comunidad que desea crecer es el de adaptar sus estructuras a la cultura y contexto donde sirve; estando disponible para alcanzar a otros con todo el evangelio. El peligro puede estar en una tradición que hay que conservar o una autoridad; o prestigio que hay que preservar. En nuestros días puede haber oposición del Espíritu y Estructuras, pero el reto está en crear estructuras en función del espíritu y no que el espíritu se adapte a la estructura. Necesitamos crecimiento cualitativo - cuantitativo. La manera de ejercer autoridad , discernir y progresar es según el Evangelio que es fuente de vida no olvidando que "el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos".

Sal y Luz

La misión consiste en llevar la vida de Dios a los demás. Esto es posible cuando las iglesias locales dejan que la vida de Dios fluya a través de ellos. La misión de dar la vida es la misión general de toda comunidad o iglesia local. Somos llamados a estar unidos, vivir la misión, ser luz en un mundo de tinieblas. Una comunidad no existe para sí misma ni para su propia gloria. Es un signo que nos invita a ir mas lejos. El contenido del mensaje de Jesús es el don de la vida. Vida en abundancia. Ha venido a liberar, abrir nuevas puertas y caminos, quitar las culpabilidades, sanar, unificar y salvar. Nos envía como comunidad con la misma misión. Llamados a ser cosas imposibles, ser instrumentos de sanación, de reconciliación, de perdón y unidad. Nos demanda tener confianza en su llamado y poder que se manifiesta a través de la pequeñez y humildad. Cada comunidad es guiada por Dios donde inspira a hombres y mujeres para que respondan a una necesidad específica de la humanidad, en un momento particular de la historia. Esto es evidente cuando se responde a las necesidades menos alcanzadas de los no alcanzados donde ellos se encuentran. En el mundo hay mucha gente sin esperanza, sin el evangelio, demasiados gritos sin respuesta, demasiadas personas muriendo en su soledad. El evangelio es un mensaje que transforma toda la existencia humana. Se vive con plenitud la comunidad cuando es una fuente fresca para todos los hombres. Es cuando se toma conciencia del alcance y universalidad de las Buenas Nuevas. No podremos florecer si estamos centrados en nosotros mismos, sobre nuestras estructuras, problemas y sin un fin afuera. Las comunidades cristianas están ahí para dar vida y esperanza a todos, especialmente a los pobres y a los que sufren. La iglesia como el cuerpo de Cristo esta llamada a penetrar en toda la humanidad como testigos de Jesucristo.




miércoles, 13 de febrero de 2019

Miembros los unos de los otros

Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios. La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo? Nos toca vivir en función de la misión de Dios, contribuir constantemente a la realización de la unidad que Jesús pide en una de sus más profundas oraciones. Jn 17:21. La meta es clara y la asistencia del Espíritu Santo está asegurada, Jn 14:26, 15:26, 16.7-8. La mejor forma de trabajar en esta realización es imitando con la ayuda de la gracia divina lo que viven las tres personas de la trinidad. Son eternamente activas donde el Padre siempre trabaja y que Él también trabaja, Jn 5:17. No hay cansancio ni tampoco interrupción en las relaciones que unen a las tres Personas. Implica movernos a la entrega y el intercambio mutuo sea por obras específicas, la oración y relación espiritual. Moverse significa también hacer espacio para que los demás puedan desarrollarse y realizar la misión sin obstáculo, ni estorbo. Hay que saber ceder el lugar a quienes lo van aprovechar mejor y ampliarlo para que quepan otros. Nadie y ningún grupo puede quedar excluido de la comunión. Todos deben ser integrados cuanto antes, unir fuerzas y con energía enfrentar el mal y combatir los ataques dirigidos contra la unidad, motivadas por la soberbia, egoísmo y la codicia. Somos llamados a servirnos unos a otros por la pasión que tenemos por el evangelio. Nos necesitamos, 1 Co 12.21-22. Somos miembros los unos de los otros. Se nos invita a tomar una decisión, creer, a no dudar y tomarnos de la mano de Dios. Esto determinara el grado de intimidad con Dios que deseamos tener y en qué medida queremos que sea Dios quien dirija nuestra danza. Sera necesario aprender los pasos, escuchar la música del Espíritu y ser un acontecimiento de gracia al desplegarse su vida en nosotros.


Una danza de vida y amor

Jesús ora por todos los creyentes: “No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno…”, Jn 17:20-22 El texto de Juan 17 presenta el modelo de la unidad sobre la base del amor trinitario. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente, donde sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. La oración de Jesús fue oída por el Padre, así que, en Cristo y en la perspectiva de Dios, ya somos uno. El cuerpo de Cristo desde su perspectiva es indivisible. “Nuestro pasado puede ser denominacional, pero nuestro futuro es ecuménico. Nuestro gran desafío es como convivir en la diversidad”. La comunidad de la iglesia debe ser como una danza circular de vida y amor. Debemos dejar la división, pero no la diferencia; dejar la uniformidad, pero no la diversidad; dejar el individualismo, pero no la distinción y personalidad. La comunidad implica danzar alrededor, danzar en torno e intercambiar lugares. Es cuando estamos compenetrados con el otro respetando su personalidad. Hacer espacio para otros, vaciarnos de nosotros mismos y ser humildes. Respetar, dar dignidad y tener una relación cara a cara.

Daniel, Marta e Iker Scott Rizzo - País Vasco -


Noticias de Daniel, Marta e Iker Scott Rizzo - País Vasco - Kaixo lagunak! ¡Hola amigos! Gracias a Dios con la ayuda del grupo de la Iglesia Aviva de Argentina la semana pasada hemos realizado unas encuestas sobre la fe y las creencias de los euskaldunas en diferentes pueblos: - Zarautz - San Sebastián/Donosti - Legorreta - Pamplona/Iruña Al finalizar las encuestas a cada persona se les entregó nuestra página web, ya que los resultados los publicaremos el 14 de marzo. Dios nos sorprendió al tener conversaciones muy buenas con diferentes personas, y algunos incluso mostraron interes en ser invitados a algún tipo de charla. También se pegaron carteles de la web en las calles de los pueblos. El 25 de febrero si Dios quiere volveremos a continuar con la tarea de hacer encuestas en diferentes pueblos. Estamos entusiasmados ya que en esas fechas tendremos la ayuda de un grupo de jóvenes de diferentes partes de Latinoamérica y que se están preparando en la escuela de misiones de PRISMA en Suiza. Por favor orar: - Por las personas a las cuales se les realizó las encuestas. - Por los euskaldunes de los pueblos de Zarautz, San Sebastián, Legorreta y Pamplona. - Por las próximas personas a las cuales entrevistaremos, y por los próximos pueblos a los cuales vamos a ir. Muchas gracias por orar y por ser parte de lo que Dios está haciendo en el pueblo euskaldun.

martes, 12 de febrero de 2019

Perdón

La comunidad del Reino de Dios, la iglesia, debe ser un lugar de perdón. Muchas veces el pecado de la vida en la comunidad es el juzgarnos y condenarnos. Cuando juzgamos, rechazamos a los otros, levantamos un muro, una barrera. Cuando perdonamos, esas barreras se destruyen y nos acercamos a los demás. La comunidad es el lugar del perdón. Mas allá de la confianza que puedan tener unos con otros, hay ocasiones donde las palabras hieren, actitudes que pueden marcar la evidencia de situaciones distantes de unos y otros. El entrar a formar parte de la comunidad o la iglesia implica que estaremos aprendiendo a perdonar y a ser perdonados setenta veces siete o de lo contrario estaremos desilusionados y frustrados. El perdón es darle un regalo a quien no lo merece. Es cancelar la deuda que otros tienen con nosotros. "Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.", Col 3:13 (NTV). "No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados.", Lc 6:37 (NTV). "Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz." Ef 4:2-3 (NTV) El Espíritu Santo viene en nuestra ayuda y no estamos solos. Nos inquieta y nos habla. La Palabra no ilumina todo el camino, pero nos muestra el próximo paso; nos permite caminar. La vida en la comunidad del Reino de Dios es justamente ayudarnos a continuar la ruta con esperanza, aceptarnos, recibirnos, perdonarnos, amarnos. Es el corazón de la vida en la comunidad



Iglesia

La comunidad del Reino de Dios, la iglesia, debe ser un lugar de sanidad y crecimiento. El calor de ser bien recibido y el amor dan vida. La comunidad es un ámbito de relaciones y puede revelar nuestra afectividad herida. Seremos desafiados a vivir en relación "unos con otros" y responder de acuerdo al modelo de Jesús. En la comunidad se manifiestan los temores y el egoísmo de la persona. Se manifiestan debilidades de carácter, bloqueos, incapacidad para entenderse, frustraciones, envidias, celos, competencia, enojos. Si estamos solos podemos creer que amamos a todo el mundo pero la realidad de la vida se manifiesta en la relación "unos a otros", en comunidad. Es ahí, donde soy probado y el amor puede parecer una ilusión. La vida de la comunidad revela quien soy, quienes somos y a veces es difícil de asumir. La tentación es huir y abandonar el proceso de crecimiento. Nuestro Yo egoísta es desafiado por el Espíritu y la Palabra para que seamos un solo cuerpo y nos transformemos en fuente de vida, porque la comunidad debe ser un lugar seguro. "Cuando todo ha fracasado el amor vence". Necesitamos darnos una nueva oportunidad a nosotros mismos y volver a empezar. El amor, la aceptación y el perdón al estilo de nuestro Señor forman la base. Nadie se debe excluir, sentirse excluido, ni excluir a otros o decir no tengo mas oportunidad. Debemos vencer la verguenza, el orgullo, inclinarnos ante el Señor y volver a empezar. La comunidad se puede convertir en un lugar de liberación y crecimiento cuando tenemos brazos abiertos, corazón dispuesto, amando, aceptando, perdonando. Podemos ser más abiertos y compasivos, tenemos una misión Jesús es el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas, Jn 10:11. "Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo", Jn 6:37


Comunidad

La comunidad del Reino de Dios o la iglesia es un lugar para la comunión, colaboración, cooperación. Todos estamos llamados a colaborar. La colaboración y cooperación encuentra su fuente en la comunión de unos con otros. Es cuando existe un amor mutuo, porque los miembros se sienten llamados a caminar juntos, compartir la vida en el llamado de Dios. Es transformar la sociedad local hasta lo último de la tierra con los valores del Reino de Dios. La colaboración sin la comunión puede ser algo penoso y pesado porque le faltaría el principal ingrediente que es la experiencia común del amor. La comunión y cooperación es el reconocimiento que somos un solo cuerpo, un solo pueblo llamado por Dios a ser fuente de amor y de paz. Es una experiencia de apertura y confianza. Es un don del Espíritu Santo. La comunidad del Reino de Dios es ante todo un lugar de comunión. Se debe dar lugar a la relación porque tenemos una fe trinitaria, una fe relacional, una fe comunitaria. Lo primero que compartimos es la fe y de ahí sale la colaboración práctica y cooperación de la obra. Cuando una comunidad es solo un lugar de trabajo, está en peligro. Se pierde el sabor, la esencia, el gusto y la alegría. Dios quiere que celebremos el encuentro, la vida, la relación unos con otros que despierta esta conciencia de comunión.


lunes, 11 de febrero de 2019

Rol Profético

La iglesia tiene un rol profético. Somos llamados a trabajar a favor de la justicia en la sociedad, Sal 82:1-4, Am 5:21-24, Lc 3:10-14, 4:18-21, Mt 11:4-6, Ef 5:11. El pueblo de Dios esta llamado a defender la causa de los pobres y necesitados en cada nación y en todo el mundo no como si fuera la tarea primaria o exclusiva de la iglesia, sino como un testimonio de que la redención y la santidad incluyen todas las áreas de la vida. La manera en como se tratan a los pobres y "a todos aquellos que no tienen poder social" es una prueba de la justicia en cualquier sociedad o sistema político. La iglesia debe servir como conciencia moral, marcando y planteando cuestiones de justicia, rectitud, integridad . La iglesia es profética cuando es una comunidad que revela la naturaleza del reino, la mente y el carácter de Jesucristo. La dimensión profética y la dimensión evangelizadora de las buenas nuevas están entrelazadas en la vida y testimonio de la comunidad del Reino, la iglesia. Incluye la proclamación del evangelio de manera que toda persona tenga la oportunidad de responder con fe en obediencia a Jesús y colaborar en la edificación de la comunidad cristiana. Esta comunidad es una nueva realidad social donde es desafiada a mostrar la semejanza a Cristo trabajando por la justicia y la paz en el mundo


Una expresión global y local

La vida cristiana esta enraizada en la comunidad. La expresión de la fe en Jesucristo tiene su base en la comunidad. Cuando alguien se convierte se une a la iglesia Universal o comunidad global alrededor de todo el mundo, pero el primer paso para el discipulado es incorporarse como miembro de una comunidad o iglesia local Todos los cristianos formamos parte de un solo cuerpo, la iglesia global o universal. La iglesia se hace visible cuando los creyentes vienen a ser parte de las congregaciones o comunidades locales. Perteneciendo a una visible comunidad de fe podemos hacer realmente visible el cuerpo de Cristo. El plan de Dios se hizo evidente desde el principio donde seguir a Jesús implicaba pertenecer a la comunidad del Reino de Dios, la iglesia. En Pentecostés "los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración... Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común..., no dejaban de reunirse... De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios... Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos" Hch 2:41-47


Servicio

domingo, 10 de febrero de 2019

Dones

Administradores

Carisma

Comunidad del Espíritu Santo

sábado, 9 de febrero de 2019

Agentes de Reconciliación

Todo el mundo es la conciencia del Reino.

Grupos con una Misión

viernes, 8 de febrero de 2019

Sensibilidad

Cultura y Estructura

Estructuras